Название: Mitología H.P. Lovecraft
Автор: Javier Tapia
Издательство: Bookwire
Жанр: Философия
Серия: Serie Mythos
isbn: 9788418211904
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Los astros en Lovecraft
Un autor prolífico, cuya carta astral nos diría: Leo del Tercer Decanato, casi Virgo, con ascendente en Piscis (para la astrología esotérica por la fecha de su muerte), y ascendente solar en Libra por la hora de su nacimiento, delata un carácter brillante y obsesivo, así como una personalidad sensible y retraída que puede parecer fría o apática.
Un alma joven que evoluciona a través de la Cruz Fija, por lo que añora lo primigenio, lo más antiguo, lo insondable, lo inexplicable, como todos los niños prodigio que se adelantan a su tiempo, para continuar en la Cruz Cardinal en su próxima vida, lo que le hace un ser amable e ingenuo, incluso cómico, que nunca dejó de ser un niño en su avance evolutivo.
Puntilloso, solitario, poco creyente, analista, racional, muy creativo, y a pesar de ello con una gran imaginación, relativamente afortunado o privilegiado, con el don de la escritura y la visión, adicto al trabajo y con aires de grandeza.
Celoso, inseguro, detallista, frío en el sexo y apasionado en el amor, con un gran corazón que ayuda a los demás aunque desprecie a la humanidad.
Complejo, soñador, ambicioso de fama o reconocimiento.
Astuto, pero no violento o valiente. Huye del conflicto y busca resolver sus problemas con la inteligencia y no con los puños y menos con las armas.
Contradictorio en busca de la congruencia, con lucidez desde muy temprana edad, que choca contra el ambiente en el que se desarrolla. Muy crítico, pero cauto y educado. Solitario, pero sin temor a la soledad. Soñador y a menudo ausente de lo que le rodea. Orgulloso, diferente, original.
Howard Phillips Lovecraft en 1934
Su aspecto físico debería ser atractivo y luminoso por Leo, fuego del corazón, pero su ascendente en Piscis, agua de redención, apagaría ese fuego y ese atractivo, trocándolo por ternura y emotividad, pero no belleza clásica.
Con padecimientos físicos de corazón y columna vertebral, en primer lugar, y de hígado y de pies en segundo lugar. Con ciertas debilidades en los signos opuestos: Acuario, que desvela su mente infiriendo en el cerebro, y Virgo, que hace mella en sus intestinos y que será la causa final de su muerte a los 46 años de edad.
El resto dependería de su contexto temporal y social.
Carta natal de Lovecraft
La astrología, y sobre todo la astrología esotérica teosófica, estaban muy de moda a finales del siglo XIX y a principios del siglo XX, y Lovecraft, de pocas creencias, no escapa al análisis esotérico de su tiempo aunque no fue famoso en vida, pero sí se relacionó personal y epistolarmente con importantes autores de su época, y tuvo un grupo de seguidores y fieles fanáticos; y a Lovecraft, con un universo mágico y oculto en sus textos, no le era ajena personalmente, ya que su divinidad, Cthulhu, “se hará presente en el mundo entero cuando los astros se alineen debidamente”.
Si leemos su biografía, incluso la que aparece en la Wikipedia, podemos encontrar rasgos astrológicos de su personalidad como los relatados anteriormente; y si atendemos a su aspecto físico, veremos una gran diferencia en la robustez infantil y la languidez madura del autor.
La infancia de Lovecraft
Howard Phillips fue un niño robusto y prodigio, y un adulto lánguido y sensible, siempre creativo.
Cuentan que a los dos o tres años ya recitaba sendos poemas, que a los cuatro ya sabía leer y que a los seis años ya escribía sus propios textos, aunque, a decir verdad, eso no lo diferenciaba de muchos otros niños de la alta y media burguesía de su tiempo, donde los niños de las familias acomodadas no iban a la escuela y recibían la educación en casa para no mezclarse con niños de menor escala social que, como Tom Sawyer, sí iban a la escuela.
Lovecraft en su infancia
Como Howard, muchos niños de su época y de su condición social eran niños prodigio que antes de los seis años leían, jugaban al ajedrez, tocaban el piano y componían odas. Eran niños solitarios que vivían apartados del mundo real y que se rodeaban de adultos y de criados.
Las casas solariegas de entonces, en un lugar como Providencia, tenían una heredad que explotar (que a menudo no explotaban), campo abierto y naturaleza a descubrir, con cuevas, fauna, flora e insectos interesantes, donde los niños como Howard podían dar rienda suelta a su energía infantil y a su imaginación.
Lo urbano burgués y lo campirano se mezclaban en la formación de Lovecraft, pero nunca durante su infancia tuvo que enfrentarse al páramo yermo, estéril o muerto y rodeado de podredumbre, monstruos o extraños alienígenas, que sin embargo lo acompañaron durante toda su vida.
Su madre, Sarah Susan Phillips, venía de una familia poderosa y rica, y transmitió al joven Howard todas las veleidades de la alta burguesía de Rhode Island y de Nueva Inglaterra, dándole muy poco espacio para las relaciones sociales y llenándolo de prejuicios raciales y de clase. El apellido Phillips pesaba en la región y Howard debía corresponder a la fama de su apellido. Trabajar, como sí lo hacía su padre, Winfield Scott Lovecraft, era cosa de las clases bajas, los negocios de nuevos ricos y la venta cosa de judíos, a las que Howard no debía aspirar jamás. Vivir de rentas o de la explotación de sus heredades era lo propio para un niño de su clase, que no debía pensar en el sucio dinero más que para administrarlo.
Su padre, representante de plata para una gran compañía, era un burgués de cuello blanco, pero no pertenecía a la aristocracia de la zona y se la pasaba de pueblo en ciudad ofertando su producto, sin mucha relación con la formación de Howard, de hotel en hotel y sin llenar las aspiraciones de su santa mujer. Cuando Howard tenía solo tres años, su padre enfermó de una rara crisis nerviosa y fue recluido en un hospital para morir cinco años después, dejándolo huérfano a los ocho sin prácticamente haberlo conocido, con lo que la influencia materna fue tan absorbente como definitiva para la formación de Lovecraft, que pasó de ser un niño robusto, creativo y enérgico a ser un adolescente sensible, enfermizo y clasista.
También tuvo la influencia de sus tías y de su abuelo materno, Whipple Van Buren Phillips, quien lo guio y animó por el mundo de la literatura, pero que contribuyó a su soledad y a su educación clasista y con aires de grandeza.
Adolescencia perdida
Poco se sabe de la adolescencia, en cuanto a vida personal, de Howard Phillips Lovecraft, porque desde la muerte de su padre pasó a ser un recluso de su propio hogar sin apenas relación con el mundo exterior, las pasiones, el amor, los excesos y demás asuntos propios de la juventud. Solo se sabe que escribía poesía y más poesía, algún cuento y algunos artículos científicos para revistas locales sin mayor difusión.
Fue un año a la escuela tras la muerte de su padre, pero su madre lo retiró aduciendo que estaba enfermo; luego asistió dos años y medio a la escuela preparatoria, y hasta ahí llegó su formación académica oficial, ya que sin título de bachiller le fue imposible presentarse a los exámenes de la Universidad de Brown, en Providence, donde soñaba con hacerse astrónomo profesional.
En casa, y al amparo del СКАЧАТЬ