Jesús, maestro interior 4. José Antonio Pagola Elorza
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СКАЧАТЬ los «perdidos», sino que los busca apasionadamente, y si Jesús, movido por la misericordia de Dios, acoge y come con pecadores, ¿no tendremos que cambiar radicalmente nuestra actitud ante ciertos colectivos «rechazados» tradicionalmente por buena parte de nuestra sociedad y por parte de la Iglesia? ¿Seguiremos discriminando, condenando y despreciando a los que nos parecen unos «perdidos»? ¿A quién queremos seguir?, ¿a los fariseos y escribas de la Ley o a Jesús, nuestro Maestro interior?

      La parábola sugiere algo más. La oveja no hace nada para volver al redil. Es el pastor quien la busca incansablemente, la carga amorosamente sobre sus hombros y la recupera. ¿No está sugiriendo Jesús que el retorno del pecador no se debe a sus esfuerzos para convertirse, sino a la iniciativa de Dios, que irrumpe en su vida movido solo por su misericordia insondable? ¿Cómo no vamos a confiar en este Dios de amor infinito y desconcertante? ¿Cómo no vamos a confiar en Dios, nuestro Padre y Madre, cuando nos veamos perdidos y sin fuerzas para transformar nuestra vida? ¿Cómo no vamos a seguir a Jesús abriendo nuestro corazón y nuestros brazos a quienes vemos perdidos, alejados de la fe y sin fuerzas para volver a una comunidad cristiana?

      MEDITAMOS

      Hemos leído la parábola del pastor compasivo que busca a su oveja perdida hasta encontrarla, y celebra con una alegría grande el haberla recuperado. Vamos a meditar ahora qué es lo que nos quiere enseñar Jesús a cada uno de nosotros.

      1. Introducción (vv. 1-3)

      Medito despacio la actitud de los pecadores que se acercaban a Jesús para escucharle (v. 1).

      – Cuando me veo pecador, ¿siento necesidad de acercarme a Jesús para escucharle?…

      Medito despacio la actitud de quienes critican a Jesús porque acoge a los pecadores (v. 2).

      – ¿Qué siento yo al ver a Jesús acogiendo amistosamente a los pecadores? ¿Indiferencia… alegría… confianza…?

      – ¿Qué actitudes positivas o negativas se despiertan en mí ante colectivos «rechazados» por nuestra sociedad…?

      2. Actuación sorprendente del pastor buscando a su oveja perdida hasta encontrarla (v. 9)

      Tomo conciencia de su actuación: la oveja está «perdida»; no es capaz de volver al redil; el pastor lo deja todo… la busca… hasta encontrarla…

      – ¿Estoy convencido de que Jesús me busca así cuando me ve perdido… sin fuerzas para volver a él…?

      – ¿Cómo reacciono yo cuando veo a alguien perdido… desvalido… necesitado de ayuda…?

      3. Alegría del pastor al encontrar a su oveja perdida (vv. 5-6)

      Tomo conciencia de su gesto de compasión y ternura con la oveja… cómo la carga sobre los hombros… cómo comparte su alegría con los amigos…

      – ¿He experimentado que Jesús ha tenido gestos semejantes conmigo…?

      – ¿Sé agarrarme a Jesús… y caminar «sobre sus hombros» con confianza absoluta en él…?

      4. La alegría de Dios cuando se convierte un pecador (v. 7)

      Estoy un tiempo centrado en el contenido de la parábola… meditando en la alegría de Dios, que disfruta salvándonos con su amor gratuito…

      – ¿Me convenceré de una vez para siempre de cómo me ama Dios, ese Padre que me quiere con entrañas de Madre…?

      – ¿Lo aprenderé siguiendo a Jesús…?

      ORAMOS

      Hemos meditado una parábola con la que Jesús nos ha ayudado a descubrir mejor la compasión y el amor con que Dios nos busca cuando estamos perdidos… Ahora es el momento de responderle dialogando con él desde dentro… Algunas sugerencias para quienes deseen un punto de partida:

      – Jesús, tú sabes cuántas veces ando perdido… desganado… incapaz de volver a Dios… Cuánto bien me haces con esta parábola… No la quiero olvidar…

      – Jesús, qué alegría ha despertado en mí tu parábola… No termino de creerme cómo me ama el Padre… cómo me busca… ¿Cómo puedo vivir a veces tan apagado… tan indiferente?… Jesús, no te canses de mí…

      – Jesús, muchas veces pienso en mi vida tan mediocre y rutinaria… Este es mi pecado… Quiero agarrarme a tu cuello y dejarme llevar sobre tus hombros confiando solo en ti… Jesús, cuánto te necesito…

      – Jesús, ¿cuándo me convenceré de que solo con mi esfuerzo no puedo nada? Recuérdame siempre que Dios es Amor gratuito, inmerecido… que me ama incluso antes de que me arrepienta…

      – Jesús, sigue hablándome de la compasión del Padre… Lo necesito para ser yo también compasivo con las personas que encuentro en mi camino… Jesús, te quiero mucho…

      CONTEMPLAMOS

      Jesús nos ha descubierto con qué amor compasivo nos busca Dios cuando estamos perdidos… Nos disponemos ahora a preparar nuestro corazón para dar gracias a Dios en silencio interior por su misericordia. Algunas sugerencias tomadas de los Salmos:

      – Te doy gracias, Dios mío, por tu gran misericordia (Salmo 85,12).

      – Cantaré eternamente las misericordias del Señor (Salmo 88,2).

      – El Señor es bueno y misericordioso (Salmo 99,5).

      COMPROMISO

      – Concreto mi compromiso para toda la semana.

      – Tomo una decisión para un tiempo definido.

      – Reviso el compromiso tomado con anterioridad.

      – Sugerencia. Hacer un gesto de compasión con alguna persona que necesite cariño y atención.

      ◊◊◊

      LA OVEJA PERDIDA

      Ven, Jesús, a buscarme,

      busca a la oveja perdida.

      Ven, pastor.

      Deja las noventa y nueve

      y busca la que se ha perdido.

      Ven hacia mí.

      Estoy lejos.

      Me amenaza la batida de los lobos.

      Búscame,

      encuéntrame.

      Acógeme.

      Llévame.

      Puedes encontrar al que buscas,

      tomarlo en brazos

      y llevarlo.

      Ven y llévame

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