Название: El pequeño libro del cánnabis
Автор: Amanda Siebert
Издательство: Bookwire
Жанр: Медицина
Серия: General
isbn: 9788418403347
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No fue hasta 1843 cuando el cánnabis irrumpió en la medicina occidental. William O’Shaughnessy trabajaba en Calcuta cuando presenció por primera vez el uso del cánnabis como medicina. Pronto adoptó la planta y la empezó a usar para el tratamiento de varias dolencias, a la vez que pedía consejo a los estudiosos indios de su tiempo sobre los métodos de preparación. A la postre, O’Shaughnessy descubrió que las tinturas de cánnabis eran un tratamiento efectivo para el cólera, y esa idea llamó la atención de los clínicos en Europa y América del Norte, que no habían conseguido una cura para esta enfermedad letal.
Esto, a su vez, suscitó el interés de más doctores y científicos y, en los siguientes veinte años, los investigadores del mundo occidental publicaron más de cien artículos sobre el cánnabis y su valor terapéutico. En 1851, la U.S. Pharmacopeia listó por primera vez el extractum cannabis, o extracto de cánnabis, como una medicina reconocida. Se incluyó en las sucesivas ediciones hasta 1942, después de que la Marihuana Tax Act (Ley de Tasación de la Marihuana) de 1937 declarara el cánnabis ilegal a nivel federal. De igual manera, el Dispensatory of the United States of America, una suerte de guía que listaba drogas de origen botánico y sus usos varios, afirmaba que el cánnabis podía «recomponer la inquietud nerviosa» y, en concreto, recomendaba su uso para un abanico de dolencias relacionadas con la salud mental incluyendo la histeria, la depresión e incluso la locura.
cómo puede ayudar el cánnabis
En la actualidad, los investigadores están trabajando para averiguar cómo funciona el cánnabis en el cuerpo para aliviar la ansiedad. Los estudios resultantes hasta ahora han demostrado que el cánnabis y sus compuestos más comúnmente estudiados —los cannabinoides thc y cbd— pueden modular la ansiedad dependiendo de la dosis. Pero para poder entender cómo funcionan estos cannabinoides en la relación a la respuesta de estrés del cuerpo, primero tenemos que entender los sistemas que existen con independencia del uso del cánnabis o de su presencia.
El sistema endocannabinoide, o sec, es un importante sistema regulador que existe en todos los mamíferos. Inicia cambios tanto psicológicos como fisiológicos a medida que nuestros cuerpos se adaptan a nuevos entornos o circunstancias (cabe pensar en el estrés como otra circunstancia a la que nuestros cuerpos se tratan de adaptar constantemente). El estrés y la ansiedad activarán un sec sano para que produzca endocannabinoides —es decir, los cannabinoides en nuestros cuerpos— según la necesidad. A su vez, estos endocannabinoides activan los receptores de endocannabinoides que se encuentran por todo el cuerpo para facilitar la respuesta necesaria. En 2012, un equipo de investigadores alemanes completó un estudio publicado en el Journal of Psychopharmacology que mostraba que la señalización de endocannabinoides podía asegurar una reacción apropiada a los acontecimientos estresantes, y se refería al sec como «un sistema regulador tampón para la respuesta emocional».5
Una metáfora común que los científicos emplean a menudo compara el sec con un sistema de cerraduras y llaves: una vez que se introduce la llave (el cannabinoide) en su cerradura correspondiente (el receptor del cannabinoide), un mensaje químico se abre y se desencadena un cambio en el cuerpo que nos ayuda a adaptarnos al estrés. Si lo contemplamos en términos del modelo de estrés de Selye, el sec juega un papel muy destacado en la fase de resistencia, cuando el cuerpo intenta adaptarse a una fuente persistente de estrés.
Incluso antes de que los investigadores pudieran ilustrar la relación entre la ansiedad y el sec, estaban al corriente de que el estrés y la ansiedad eran la razón más común que daban los usuarios de cánnabis para justificar el consumo de la planta. Un estudio canadiense que examinó el uso del cánnabis para fines terapéuticos en un grupo de 628 personas encontró que el 79 por ciento de los encuestados usaba el cánnabis para aliviar la ansiedad.6 Un artículo de revisión de 2017 corroboró esa afirmación mediante ocho estudios transversales que llegaron a la misma conclusión: el alivio de la ansiedad es una razón básica para el uso del cánnabis.7
Ahora que sabemos cómo produce el cuerpo sus propios cannabinoides para combatir el estrés, resulta más fácil entender la manera en que los cannabinoides derivados del cánnabis funcionan en el cuerpo. Dado que los endocannabinoides se producen a demanda y no se almacenan, puede que se agoten si el cuerpo se ve sometido a tanto estrés que agota la capacidad de producir más. Cuando esto ocurre, el sec se desequilibra. (El lector encontrará una explicación más detallada de los endocannabinoides y sus receptores en el apéndice 1.)
Un sec desequilibrado puede causar problemas, en particular en lo que se refiere a la salud mental. En 2014, unos investigadores de la universidad Vanderbilt consiguieron confirmar que, cuando las personas sufrían estrés crónico o un trauma emocional severo, corrían el riesgo de sufrir una reducción en su producción de cannabinoides,8 lo que a su vez incrementaba las posibilidades de experimentar ansiedad. Y aquí es cuando los cannabinoides del cánnabis pueden resultar de ayuda. El mismo estudio descubrió que, cuando los usuarios con una deficiencia de cannabinoides consumían cánnabis, su ansiedad se reducía. Verás: el thc y el cbd actúan de forma similar a los endocannabinoides del cuerpo, lo que significa que pueden abrir o unirse a los receptores cannabinoides de la misma manera. A un nivel neuroquímico, consumir cannabinoides como el thc y el cbd puede ayudar a regular el sec del cuerpo trabajando para restaurar el equilibrio. Sin embargo y como ya mencionamos, la dosis juega un papel importante: resulta que demasiado cánnabis perturba el sec y puede incrementar la ansiedad.
Encontrar la línea divisoria entre incrementar o reducir la ansiedad personal con el cánnabis tiene mucho que ver con las características de los compuestos dominantes de la planta. Sabemos del capítulo anterior que el thc es el cannabinoide responsable de la euforia o subidón que resulta de consumir cánnabis y, para los usuarios primerizos, esta sensación no siempre resulta agradable. De hecho, algunos sostienen que les provoca más ansiedad. El cbd, sin embargo, no causa euforia. Este hecho por sí solo hace que algunos estén convencidos de que el cbd puede ser más efectivo que el thc para tratar la ansiedad.
Se ha demostrado una y otra vez en condiciones de laboratorio que el cánnabis es bueno para regular la ansiedad. Un artículo de revisión de 2010 sobre el uso terapéutico de los cannabinoides analizó casi un centenar de estudios con animales y humanos para determinar el potencial del cbd como ayuda para tratar problemas psiquiátricos. Los científicos señalaron que, debido a su ausencia de efectos intoxicantes o cognitivos y su relativa seguridad, «posiblemente el cbd sea el cannabinoide más probable cuyos hallazgos se traduzcan en la práctica clínica».9 El mismo estudio sugería que, si bien se ha demostrado que el thc posee propiedades sedantes y promueve el sueño, valdría la pena realizar «una atenta exploración de los efectos benéficos de la asociación entre el thc y el cbd». En general, el estudio encontró que el sec era «un objetivo prometedor para intervenciones terapéuticas novedosas para los problemas psiquiátricos, incluida la ansiedad.
Cuando consideramos las cualidades individuales de cada cannabinoide, otro factor que puede afectar a la potencia de un componente es su interacción con otro compuesto. Los científicos saben desde 1974 que el cbd puede interferir con los efectos deseados (y, a veces, no deseados) del thc,10 y confirmaron en un estudio de 1982 que una dosis de cbd podía combatir de forma efectiva los efectos secundarios de ansiedad causados por el consumo de una dosis de thc.11 (De ahí el consejo a una persona que no se siente bien tras consumir thc de que consuma un producto alto en cbd.)
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