Mejores decisiones, menos lamentos. Andy Stanley
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Название: Mejores decisiones, menos lamentos

Автор: Andy Stanley

Издательство: Bookwire

Жанр: Документальная литература

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isbn: 9781646911233

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СКАЧАТЬ fuerzas más fuertes que cualquiera de estas dos. Saber lo inteligente que hay que hacer de ninguna manera garantiza que hacemos lo que es inteligente. Saber lo que hay que hacer no garantiza nada.

      Entonces, ¿qué deberíamos hacer?

      Deberíamos ponernos en tiempo de espera.

      Deberíamos pausar y hacernos cinco preguntas.

      Por otro lado, basta de nosotros por un momento. Cambiemos el foco de atención a esas «otras personas».

      MALA PLANIFICACIÓN

      Cuando vemos que otras personas toman lo que sabemos que son malas decisiones, es como si estuvieran minando su propia felicidad de manera estratégica e intencional. Se necesita mucha planificación para casarse con alguien con quien eres incompatible. Se necesita tiempo y energía para lanzar una empresa creada sobre suposiciones erróneas y un deficiente análisis de mercado. Piensa en todo el papeleo con que tienen que lidiar las parejas para comprarse una casa que no pueden permitirse o solicitar un préstamo que les costará pagar. En la mayoría de los casos, no fueron decisiones improvisadas. Requirió planificación.

      Planificaron un lamento.

      ¿Alguna vez has planificado un lamento?

      Eso es lamentable. Lo siento.

      Nadie decide acabar con un matrimonio. Sin embargo, cada divorcio se encuentra al final de una serie de decisiones, entre ellas la decisión de casarse en primer lugar. Nadie decide criar hijos irresponsables y codependientes. No obstante, al igual que tú, he observado que los padres toman decisiones que encaminan a sus hijos a esa dirección. Nadie decide ser adicto, pero cada adicción está conectada a las decisiones. Nadie planifica enterrarse bajo una montaña de deudas en tarjetas de crédito, pero las personas que se encuentran enterradas así se enterraron al tomar una decisión de hacer una compra a la vez.

      Nadie planifica complicar su vida con una mala decisión. El problema es… lo que me llevó a escribir este libro es… muchas personas no planifican para no hacerlo. No planifican para no complicar sus vidas con malas decisiones innecesarias y totalmente evitables. No establecen unas sencillas salvaguardias para asegurarse un final más feliz.

      Estas cinco preguntas son una salvaguardia.

      VENDERLO

      Es posible que no seas bueno para vender todo a otras personas, pero cuando se trata de autovenderte algo malo, das una clase magistral, ¿verdad? Yo también. Nuestros más grandes lamentos están relacionados con las cosas, «las oportunidades» y las personas a las que nos hemos autovendido.

      Recuerda tu última mala decisión de relación. Parecía correcto en ese momento. Estabas enamorado; o era lujuria; u otra cosa. Lo que sea que haya sido, estuviste metido en ello; y aunque puede no haber sido algo racional, definitivamente era algo emocional. Claro que sí. Las relaciones son emocionales. Tu mamá trató de advertirte. Tu mejor amigo o amiga trató de advertirte. Pero les aseguraste que sabías lo que estabas haciendo, y en ese entonces estabas seguro que sabías lo que estabas haciendo. Sin embargo, al mirar el pasado, te preguntas: ¿Qué estaba haciendo? Debí haberme informado mejor. Debí haber escuchado. Debí haber visto que venía ese tren de carga.

      ¿Qué tal esto…?

      Tu más reciente y mala decisión de compra.

      Tal vez este libro. Espero que no.

      Todos hemos tomado malas decisiones de compras. Es que, una vez que tu corazón se vio apoderado por eso, lo que haya sido, se acabó. Era como que algo se adueñó, y lo siguiente que supiste era que estabas pasándole tu tarjeta de crédito a alguien que no conocías para comprar algo que no necesitabas y tal vez no podrías o no deberías permitírtelo.

      Demasiado para el intelecto y la experiencia. Algo más se apoderó de ti.

      Ese algo más eras tú. Tú te apoderaste. Tú empezaste a autovenderte. ¡Resulta que tú eres un fanático de ti! Exploraremos esta rara dinámica con mayor profundidad más adelante, pero en caso de que más adelante nunca llegue, me adelantaré y te atraeré con un consejo: en cuanto empieces a autovenderte algo, deberías hacer una pausa. Esta es la razón. Rara vez tenemos que autovendernos algo bueno.

      Otra vez.

      Rara vez tenemos que autovendernos algo bueno.

      Simplemente lo sabemos, ¿no es así? Más adelante te diré cómo dejar de vender y empezar a escuchar.

      ¡SORPRESA!

      Los entornos más difíciles para la toma de decisiones son los que no esperábamos, los que nos toman por sorpresa. Decisiones de compras, escoger una escuela, seleccionar un destino de vacaciones o navegar por un menú en un restaurante nuevo, vemos que esas decisiones aparecen, pero en el camino, todos estamos obligados a tomar decisiones que nunca imaginamos que tendríamos que tomar. Decisiones inesperadas.

      Se presenta un nuevo trabajo y tienes una semana para decidir.

      Sorpresa.

      Ya tienes una relación y luego alguien que nunca esperabas que mostraría interés en ti empieza a mostrar interés.

      Sorpresa.

      O tal vez tienes una relación… y pensaste que las cosas iban bien, y luego descubres información preocupante del señor o la señora Correcta. Ahora tienes que decidir si quieres causar problemas o hacer la vista gorda.

      Sorpresa.

      Decisiones sorpresivas. ¿No las aborreces? Si eres padre o madre de familia, las decisiones sorpresivas son una forma de vida. En algún punto del camino, tal vez incluso hayas dicho: «Desearía no tener que decidir» o «desearía que otras personas decidieran por mí».

      Lo desafiante de las decisiones sorpresivas es el plazo. Suele ser poco tiempo. Dado que el plazo es ajustado, raramente tenemos tiempo para conseguir la información que necesitamos para tomar una buena decisión. Sin embargo, ¡debe tomarse la decisión!

      Si te has encontrado alguna vez en una relación tóxica, sabes de lo que estoy hablando. Con tóxico me refiero a que la relación no fue buena para ti. La otra persona no necesariamente era mala, pero era mala para ti. Ustedes estaban mal juntos. Las cosas empezaron bien, pero con el tiempo, pues, se volvieron poco saludables: tóxicas. Como la mayoría de las personas en relaciones tóxicas, minimizaste lo malo y te enfocaste en lo bueno. Después de todo, te gustaba; pero te estabas pareciendo más a él (o ella), y no necesariamente te gustaba eso en lo que te estabas convirtiendo.

      Luego, alguien lo remarcó.

      Tenías una decisión que tomar.

      Una decisión que nunca pensaste que tendrías que tomar. Una decisión que no querías tomar. Una decisión que estabas tratando de evitar. De cualquier manera que decidieras, perderías algo. Perderías un amigo o seguirías perdiéndote a ti mismo. Tenías que optar por lo uno o por lo otro. Podrías estar en una situación similar ahora mismo. Podría ser la razón por la que alguien te dio este libro. Es un lugar terrible.

      Buena suerte.

      En realidad, sigue leyendo.

      Y luego aparece esto: la perspectiva СКАЧАТЬ