La guerra contra el sobrepeso. Luis Jiménez
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Название: La guerra contra el sobrepeso

Автор: Luis Jiménez

Издательство: Bookwire

Жанр: Сделай Сам

Серия: El Café Cajal

isbn: 9788412159868

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СКАЧАТЬ medir o cuantificar una guerra suelen reducirse prioritariamente a dos: la duración que ha tenido y el número de muertes provocadas. En otras palabras: por un lado, días, meses o años; y por otro, víctimas totales. Son variables sencillas, relativamente fáciles de conseguir, y que reflejan con bastante fidelidad su relevancia y la (espeluznante) eficacia de cada contendiente.

      Si hubiera que quedarse tan solo con un dato, el más significativo sería el número de bajas, dado el elevado valor que asignamos a la vida humana. Se trata de un indicador que además puede segmentarse, de modo que proporciona valiosa información para describir y caracterizar un enfrentamiento; por ejemplo, víctimas mortales civiles y no civiles o fallecidos indirectamente por efectos negativos colaterales. Y puede ampliarse con otros indicadores secundarios, relacionados con otros efectos negativos sobre las personas, como los heridos de diferente consideración o los desplazados. Por otro lado, hoy en día también se pueden cuantificar con relativa facilidad aspectos como los daños materiales producidos o el coste añadido que se genera. Y, con todos estos datos, podemos formarnos una imagen bastante fiable del grado de relevancia y del efecto destructivo que ha tenido un conflicto.

      Pero ¿cuánto daño provocan las guerras? Afortunadamente, cada vez hay más paz en el mundo, aunque a veces no lo parezca, a causa de la gran cantidad de información disponible sobre el tema (debido al interés al respecto y la gran productividad de los medios de comunicación). La frecuencia e intensidad de las guerras se ha ido reduciendo cada vez más, hasta tal punto que durante la primera década tras el comienzo del siglo XXI se producían anualmente unas treinta mil muertes directas por esta causa (1), una cantidad que era casi diez veces mayor veinticinco años antes.

      ¿Pueden considerarse muchas treinta mil muertes anuales en el mundo? Sin duda, pero podemos ofrecer más perspectiva a este dato mediante alguna otra comparación. Por ejemplo, es similar al número de asesinatos por terrorismo, que también ronda los treinta mil (2). Pero se encuentra muy lejos del número de víctimas mortales por accidentes de tráfico, que se calcula que supera ampliamente el millón de personas al año (3). Y, por suerte, aún más lejos de las escalofriantes cifras asociadas a los gigantescos conflictos armados del pasado, como los más de ochenta millones de víctimas que produjo la Segunda Guerra Mundial, los treinta millones de la Primera Guerra Mundial o los seis millones de la guerra de Vietnam (1).

      Pues bien, según estos datos, veamos ahora la validez de la analogía principal del libro: ¿es realmente el sobrepeso un problema sanitario tan importante?, ¿podemos equipararlo a las impresionantes cifras anteriores?

      Para evaluar la importancia relativa de los efectos de la obesidad, podemos analizar el valor y la magnitud del mismo tipo de indicadores, sobre todo los relacionados con el número de afectados y con la mortalidad. Gracias a los estudios más recientes, disponemos de una cantidad significativa de ese tipo de información. Antes de ello, conviene dejar claro que en el libro vamos a hablar sobre todo de tres tipos de estudios. El primero, y el de menor valor como prueba científica, son los estudios epidemiológicos u observacionales, en los que se recopilan datos de diversas variables y se analizan estadísticamente, buscando interrelaciones. Su mayor problema es que resulta difícil aislar por completo los efectos de cada una de estas variables y por ello no son recomendables para deducir relaciones de causa-efecto. Cuantos más sujetos incluyan, con más rigor se recojan los datos y mayor sea el período analizado, más aumentará su utilidad. El segundo tipo son los ensayos de intervención, en los que además de la observación se realiza una intervención, es decir, un cambio. Son más fiables para deducir causalidad, ya que se puede observar el efecto del cambio realizado. En este caso, la existencia de un grupo de control (en el que no se realiza el cambio), el cegado (que no se sepa a qué grupo pertenece cada sujeto), la asignación aleatoria de los sujetos a uno u otro grupo, el tamaño de la muestra y su duración, son variables que aportan robustez a estas investigaciones. Y el tercer tipo consiste en las revisiones sistemáticas o metanálisis, que en realidad son «estudios de estudios» y los más valorados como prueba concluyente. En estos trabajos, los expertos recopilan un conjunto de estudios (observacionales o de intervención) sobre una temática concreta para analizar y comparar todos los resultados, preferiblemente desde puntos de vista cuantitativos y cualitativos. En este caso, cuantos más estudios se incluyan, más rigurosos y parecidos sean, mayores resulten las muestras y más largo el período de estudio, mejor.

      Una vez explicado esto, vayamos entonces a conocer lo que dicen los datos y los estudios sobre los efectos del sobrepeso.

      El Centre for Disease Control («Centro de Control de Enfermedades Norteamericano»; o CDC, por sus siglas en inglés) publica periódicamente los datos disponibles en Estados Unidos sobre la prevalencia de la obesidad (4). Los resultados llevan muchos años mostrando una tendencia creciente y los últimos indican que en la mayor parte de los estados de este país más de la cuarta parte de los habitantes sufre obesidad, es decir, presenta un índice de masa corporal (IMC) igual o mayor de 30 (el IMC se calcula dividiendo el peso en kilos entre el valor de la altura en metros al cuadrado). Estaríamos hablando de aproximadamente ochenta millones de personas con una importante cantidad de sobrepeso, solo en Estados Unidos. En un análisis segmentado se puede apreciar cómo en media docena de estados la situación resulta especialmente alarmante, ya que la obesidad afecta a más de un tercio de las personas. Y centrándonos solo en los adultos, el dato es aún menos favorable, ya que en casi todos los estados más de un tercio de los ciudadanos de más de dieciocho años sufre obesidad.

      Por otro lado, un reciente informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre cincuenta y tres países de la región europea calificaba a España como uno de los países con mejor salud de Europa y con mayor esperanza de vida (5). Pero alertaba de que esta situación privilegiada podría peligrar, sobre todo para generaciones venideras, debido al aumento de la prevalencia de la obesidad detectado, que en el momento de su edición llegaba a la cuarta parte de la población adulta. Un estudio español posterior confirmó estos malos augurios: el 60 % de la población adulta (el equivalente a más de veinte millones de personas (6)) presentaba sobrepeso u obesidad.

      Poco antes se publicó en The Lancet uno de los mayores estudios sobre la prevalencia y evolución de la obesidad a nivel mundial, analizando los datos disponibles desde 1980 hasta 2013 (7). La conclusión de sus autores fue la siguiente:

      Debido a los riesgos de salud que conlleva y a los aumentos sustanciales de su prevalencia, la obesidad se ha convertido en un importante problema de salud global. La obesidad está aumentando y no se conocen experiencias positivas para combatirla en ningún país en los últimos 33 años. Se necesita una movilización mundial urgente y liderazgo para ayudar a los países a intervenir con más eficacia.

      Poco después, la misma revista publicó un segundo informe con las tendencias mundiales de la obesidad desde 1975 hasta 2014, que se resumió de la siguiente forma (8):

      En 2014, unos 650 millones de personas estaban obesas en el mundo, en comparación con los 100 millones de 1975. 180 millones de ellos sufrían obesidad severa […]. Si las tendencias continúan, la probabilidad de cumplir los objetivos mundiales respecto a la obesidad es prácticamente cero. De hecho, si estas tendencias continúan, en 2025 la prevalencia mundial de obesidad alcanzará el 18 % en los hombres y superará el 21 % en mujeres; la obesidad severa superará el 6 % en los hombres y el 9 % en las mujeres […].

      Sí, ha leído usted bien: seiscientos cincuenta millones de personas sufrían de obesidad en el mundo en el año 2014.

      Pero los estudios epidemiológicos no solo presentan un panorama sombrío respecto a la prevalencia de esta patología, también aportan resultados preocupantes relacionados con el impacto de la obesidad en la salud, la calidad y la esperanza de vida.

      Por ejemplo, en el año 2014 se publicó un metanálisis que analizaba la relación entre la obesidad y la incidencia de trece tipos diferentes de cáncer, utilizando datos de 1985 a 2011 de dieciocho países (9). Los СКАЧАТЬ