Название: Manual de las pruebas musculares
Автор: Hans Garten
Издательство: Bookwire
Жанр: Медицина
Серия: Anatomía
isbn: 9788499109022
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•Correlación con los meridianos de acupuntura
•Lista de los nutrientes que frecuentemente resultan útiles
Apuntes sobre la realización de las pruebas musculares manuales
•En la Cinesiología Aplicada, es el paciente quien inicia la prueba muscular isométrica. El paciente tiene que tener la oportunidad de alcanzar su fuerza máxima.
•Al llegar a la fuerza isométrica máxima, el examinador aumenta mínimamente la presión de la prueba durante un breve espacio de tiempo (máximo un segundo), es decir, la contracción isométrica pasa a una contracción excéntrica.
•Para que el paciente pueda seguir manteniendo la posición de la prueba, es necesario que tanto los sistemas aferentes sensoriales y eferentes motores, como el control central, funcionen normalmente. Los trastornos en estos sistemas se traducen en el resultado de la prueba como inhibición.
Realización de la prueba
La extremidad, o aquella parte del cuerpo que se moviliza por la acción del músculo y que se va a examinar, se sitúa en una posición inicial definida. Por regla general, dicha posición acerca lo máximo posible los puntos de origen e inserción del músculo, de forma que éste se encuentra en la posición del grado máximo de acción. El examinador ha de establecer un contacto suave con su mano en el extremo distal de la parte corporal. Ha de evitar que el contacto sea puntual o muy localizado, sobre todo en zonas de eminencias óseas, para evitar desencadenar dolor durante la prueba. Ha de explicar al paciente en qué dirección ha de presionar o estirar la parte corporal con máxima fuerza y en contra de la resistencia que ofrece el examinador.
El examinador ha de ir adaptando la resistencia que él ofrece a la creciente fuerza del paciente, de manera que la prueba sea isométrica. Cuando perciba que ya no se produce ningún incremento de la fuerza, es decir, cuando el paciente ha alcanzado su máxima fuerza isométrica, el examinador incrementa la presión durante un breve lapso de tiempo de forma paulatina y leve. De este modo, la contracción isométrica se convierte en excéntrica, con lo que la prolongación del músculo examinado provoca un movimiento articular de algunos grados. En caso de una función muscular normal, el paciente debe ser capaz de mantener la posición de prueba. En un músculo normal se percibe un “encaje” elástico duro al pasar de la fuerza isométrica a la excéntrica.
Condiciones, errores y medidas preventivas en la prueba muscular
Aislamiento del antagonista principal mediante el control del vector de prueba y de la posición de prueba
•Se consigue considerando exactamente el vector de prueba que es específico de cada músculo: debe transcurrir a lo largo del arco que describe la parte corporal movilizada por el músculo cuando se contrae. El contacto de la mano del examinador debe ser evidente, para que también pueda dirigir con el tacto al paciente hacia la dirección correcta. [La mejor forma de establecer un contacto de prueba mantenido de forma evidente es con la palma de la mano plana, no rodeando la extremidad].
•La calibración de la longitud óptima del músculo también ayuda a dar preferencia al antagonista principal que va a examinarse. Por ejemplo, en la abducción del hombro, el deltoides presenta su efecto óptimo a 90° de abducción, mientras que el supraespinoso sinergista lo hace hasta 30°. Estas diferencias determinan la posición de prueba.
•El paciente y el examinador no deben modificar la posición durante el desarrollo de la prueba, ni de una prueba a otra del mismo músculo. Las modificaciones suelen realizarse inconscientemente para implicar a otros sinergistas. En estos casos, se insta al paciente a repetir la prueba.
Estabilización del paciente
•Durante la prueba muscular, es necesario estabilizar al paciente de manera óptima. Para ello, el paciente se tenderá con todo su peso sobre la camilla, apoyado por el examinador o sobre un reposabrazos o similares, para evitar implicaciones musculares innecesarias y para que el paciente tenga la sensación de poder tensar al máximo “sin riesgos”.
En el momento justo
•Una vez que se ha descrito el vector de prueba, se insta al paciente a contraer su músculo. En un primer momento, el examinador sólo ofrece resistencia para mantener la longitud muscular constante y por tanto, la contracción isométrica. Cuando el examinador siente que la fuerza de contracción del paciente ya no aumenta, añade una leve presión adicional para alargar mínimamente el músculo y así pasar de una contracción isométrica a una excéntrica. Esto se produce con un breve, pero paulatino y sostenido, aumento de la fuerza y no con un impulso.
•La duración total de la prueba no debe exceder los dos a tres segundos. La presión de prueba diagnóstica debe retirarse después de un tiempo corto, ya que de lo contrario la prueba acaba con una elongación máxima del músculo, como se desprende de la definición de contracción muscular excéntrica.
Elección de las relaciones de palanca apropiadas
La palanca del músculo examinado y la palanca de resistencia del examinador deben ser aproximadamente iguales. Esto evita “sobrecargar” al paciente y procura una prueba controlada. El examinador debe valerse de su cuerpo de forma ergonómica.
Indicaciones correctas e imparciales; evitar proyecciones
El examinador debe realizar la prueba sin expectativas con respecto al resultado de la misma. Las indicaciones para el paciente han de ser neutras y motivantes para poder conseguir el mejor resultado posible. Incluso modificaciones mínimas inconscientes en el desarrollo temporal de la prueba pueden influir en su resultado.
No dejar que el paciente retenga el aire
Durante la prueba, el paciente no debe inspirar profundamente y retener el aire. Esto puede observarse especialmente en aquellos pacientes que presentan un trastorno del sistema cráneo-sacro en una “lesión de extensión” (inspiration assist) (ver capítulo 10 en GARTEN, 2012). Al tensionar o contraer el músculo, el paciente debe “espirar relajadamente”.
Control de la influencia del aparato masticatorio
Los trastornos de la oclusión dental (trastornos de mordida) son relativamente frecuentes. Por ello, la mordida final puede constituir una situación de estrés, es decir, una provocación diagnóstica que sólo debe realizarse de forma controlada. El paciente no debe apretar los dientes mientras intenta efectuar una contracción máxima de sus músculos.
Manos del paciente retiradas del cuerpo
Durante la prueba, la mano o manos del paciente no deben estar en contacto con el cuerpo, ya que esto puede dar lugar a alteraciones incontrolables de la prueba: el tocar una región alterada también es una provocación diagnóstica (“localización del tratamiento”, ver capítulo 3 en GARTEN, 2012).
Fatiga con la repetición de pruebas
Un músculo normal puede examinarse hasta 15 veces sucesivamente, cuando se realiza con una frecuencia de una vez por segundo. Si el músculo se fatiga antes, probablemente estaremos ante un trastorno del metabolismo aeróbico o anaeróbico del músculo (ver capítulo 10 en GARTEN, 2012).
Tabla 1: Resumen de los criterios importantes para las pruebas musculares manuales |