Название: El sonido del silencio
Автор: Ko Chang Soo
Издательство: Bookwire
Жанр: Языкознание
Серия: Colección literatura coreana
isbn: 9786077640912
isbn:
Algunas cosas rápidamente nos sostendrán
si de repente caemos en un abismo sin límites.
No hay duda: existen tales cosas
así escapen a nuestros dedos.
Todas las cosas tienen ojos y oídos
Todas las cosas tienen ojos.
Cosas como velas, espejos y faroles
todas abren sus ojos a un infinito azul.
Como el poeta de este mundo captura sus miradas más allá de este mundo
como el poeta de ese mundo captura sus miradas más allá de ese mundo.
Todas las cosas mantienen abiertos sus ojos
en busca de las cosas sin forma,
en busca de las cosas sin voz,
en busca de las presencias ciegas dentro de nosotros mismos.
Todas las cosas tienen oídos.
Cosas como el clavo oxidado, la peinilla y el cepillo viejos
todas escuchan con todos sus oídos, reteniendo su respiro.
Como la gente de este mundo escucha las cosas de ese mundo,
como la gente de ese mundo escucha las cosas de este mundo.
Todas las cosas dirigen sus oídos a las cosas silenciosas.
Escuchan las cosas poseídas dentro de sí por la ignorancia.
Escuchan con todos los oídos, a pesar de los oídos.
Los oídos de todas las cosas están abiertos
como están abiertos los de aquellos de alma y mente tortuosas.
Todos los oídos de todas las cosas están abiertos
a los silencios sin forma ni figura
que se agitan detrás de los clamorosos sonidos.
Los oídos de todas las cosas están abiertos
a los silencios sin forma ni figura
que se agitan en los más hondos lugares
dentro de nosotros mismos.
Todas las cosas mantienen tus ojos abiertos, mantienen abiertos tus oídos.
Penetra las cosas poseídas por la ignorancia que esquiva nuestros ojos.
Ondea tus manos hacia el espacio-tiempo sin-ojos sin-oídos
que hemos esperado desde la más remota edad
que llega ahora ondeando sus manos.
¡Oh, cosas!, todas las cosas con ojos abiertos y abiertos oídos
daos la mano,
daos la mano apuntando a nuestro acorralado tiempo-espacio
que se encuentra en un plato vacío,
apuntando a nuestro sentido más profundo
que se encuentra en un plato vacío.
Ábrase de par en par nuestra ignorancia, ceguedad cautiva, muerte y final.
La voz del mar que me llama
es una llama que danza en el viento marino.
Una llama pálida azulada por el mar
una llama que no regresa nunca
no importa que tan fuerte la llamemos
Una llama indecible
como una novia con los ojos fijos en el lecho nupcial
La voz del mar que me llama
es una llama sin ojos ni oídos.
Es una llama que arde afuera
y languidece adentro.
En la era Choyong1
la luna navegando en la corriente purificó sus sortilegios.
Bajo sus encantamientos
los trinos de los pájaros y las canciones del hombre
fueron liberados del tiempo y del espacio
como un torrente de agua en el atardecer.
Sus voces aún alcanzan nuestra más íntima metáfora
para conducirnos a un imaginario más allá de lo humano.
Su abandonada tristeza hace que nuestra poesía parezca una flor
que resplandece en su llama.
En alguna parte del centro o de la periferia de su lengua
hay una metáfora que nuestras palabras no alcanzan.
Por muchos, el corazón se duele de una visión pura y ardiente
que se apartó por irrelevante o por irreverente.
O las locas fantasías que no sobrevivieron la brasa del horno.
Que se nos deje revivir el pájaro de Shilla2 como aparece en los ojos de Wonhyo3
o la vista del mundo en los ojos del poeta
cuya mirada se fijó más allá del tiempo y el espacio.
Palabras esparcidas todavía retienen la extraña luz
que cayó cuando el hombre estuvo por una vez cerca de Dios.
Los vestigios aún guardan las gotas de sangre
que aves migratorias dejaron caer desde su vuelo
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