Burlar al Diablo. Napoleon Hill
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Название: Burlar al Diablo

Автор: Napoleon Hill

Издательство: Bookwire

Жанр: Сделай Сам

Серия:

isbn: 9786074576535

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СКАЧАТЬ luna llena comenzaba a aparecer sobre la cima de la montaña, Nunca antes la había visto tan brillante. Mientras la observaba, otro pensamiento surgió en mi mente. Y fue éste:

      “Le has estado diciendo a otros cómo dominar el miedo y cómo superar las dificultades que surgen de las emergencias de la vida. A partir de hoy podrás hablar con autoridad porque estás a punto de resurgir de tus propias dificultades con valor y propósito, decidido y sin temor.”

      Con ese pensamiento surgió un cambio en la química de mi ser que me llevó a un estado de euforia que jamás había conocido. Mi mente comenzó a deshacerse del estado de apatía en el que había caído. Mi capacidad de razonamiento comenzó a funcionar nuevamente.

      Por un breve instante me sentí feliz por haber tenido el privilegio de pasar por esos largos meses de tormento, ya que la experiencia me brindó la oportunidad de probar la validez de los principios del éxito que tan laboriosamente había desviado de mi investigación.

      Cuando este pensamiento vino a mí, me detuve, junté mis pies, hice una reverencia (no supe a qué ni a quién) y me concentré durante varios minutos. Al principio esto parecía algo tonto; pero mientras estaba ahí parado otro pensamiento surgió en la forma de una orden, tan breve y tan concisa como cualquier orden dada por un comandante militar a un subordinado.

      La orden decía: “Mañana aborda tu automóvil y conduce hasta Filadelfia, donde recibirás ayuda para publicar tu ideología del éxito.”

      No hubo mayor explicación y ningún cambio en la orden. Tan pronto como lo recibí, volví a casa, me fui a la cama y dormí con una tranquilidad que no había conocido por más de un año.

      Al despertar a la mañana siguiente, salí de la cama y de inmediato comencé a empacar mi ropa y a prepararme para viajar a Filadelfia. Mi razón me decía que me estaba embarcando en una misión de tontos. ¿A quién conocía en Filadelfia que pudiera solicitarle apoyo financiero para publicar ocho volúmenes de libros con un costo de veinticinco mil dólares?, me preguntaba.

      De inmediato la respuesta a esa pregunta destelló en mi mente tan explícitamente como si hubiera sido pronunciada con palabras audibles: “Ahora estás siguiendo órdenes, no haciendo preguntas. Tu otro yo estará al mando durante este viaje”.

      Había otra situación que hacía parecer absurdos mis preparativos para ir a Filadelfia. ¡No tenía dinero! Este pensamiento apenas había surgido en mi mente, cuando mi otro yo explotó dando otra orden rotunda, diciendo: “Pídele a tu cuñado cincuenta dólares y él te los prestará”.

      La orden parecía definitiva y rotunda. Sin más vacilaciones, seguí las instrucciones. Cuando le pedí a mi cuñado el dinero, él dijo: “Claro que te puedo dar los cincuenta dólares; pero si te vas a ir por mucho tiempo, mejor te doy cien.” Le agradecí y le dije que con cincuenta sería suficiente, aunque sabía que no, pero esa era la cantidad que mi otro yo me había ordenado solicitar y esa es la cantidad que adquirí.

      Me sentí aliviado cuando me di cuenta de que mi cuñado no preguntaría por qué iba a Filadelfia. Si él hubiera sabido todo lo que había sucedido en mi mente durante la noche anterior, quizás hubiera pensado que necesitaba recibir tratamiento en un hospital psiquiátrico en vez de ir a Filadelfia a cazar patos salvajes.

       Mi otro yo toma el mando

      Me fui con mi cabeza diciéndome que era un tonto y a mi otro yo ordenándome que pasara por alto el desafío y llevara a cabo mis instrucciones. Conduje toda la noche y llegué a Filadelfia temprano a la mañana siguiente. Mi primer pensamiento fue buscar una casa de huéspedes modesta donde pudiera rentar una habitación por más o menos un dólar al día.

      De nuevo mi otro yo se hizo cargo y me ordenó registrarme en el hotel más exclusivo de la ciudad. Con un poco más de cuarenta dólares de lo que restaba de mi capital en el bolsillo, parecía un suicidio financiero cuando me dirigí a la recepción a solicitar una habitación; o más bien debería decir que comenzaba a solicitar una habitación, cuando mi recién descubierto otro yo me ordenó solicitar una serie de habitaciones, cuyo costo consumiría casi todo mi capital en dos días. Yo obedecí.

      El bell-boy recogió mis maletas, me entregó el boleto de mi automóvil y me condujo hasta el elevador como si fuera el Príncipe de Gales. Era la primera vez en más de un año que cualquier ser humano me mostraba tal deferencia. Mis propios familiares, con quienes había estado viviendo, lejos de haberme mostrado respeto, sentían (o así lo creía) que era una carga en sus manos, y estoy seguro de que lo era porque ningún hombre en el estado mental en el que yo había estado durante el pasado año, no podía ser más que una carga para todos aquellos con quienes entrara en contacto.

      Se estaba haciendo aparente que mi otro yo estaba decidido a separarme del complejo de inferioridad que había desarrollado. Le entregué al bell-boy un dólar. Comenzaba a calcular a lo que ascendería mi cuenta de hotel al final de la semana, cuando mi otro yo me ordenó descartar todo pensamiento de limitación, y conducirme, por el momento, como lo haría si tuviera todo el dinero que quisiera en mis bolsillos.

      La experiencia que estaba viviendo era nueva y extraña para mí. Nunca había pretendido ser algo distinto a lo que yo mismo creía.

      Durante casi media hora, este otro yo se dispuso a dar órdenes que yo seguí al pie de la letra durante mi estancia en Filadelfia. Las instrucciones se daban a través de una serie de pensamientos que surgían en mi mente con tal fuerza, que podían distinguirse de mis propios pensamientos.

      Nota de Sharon: Hill adquirió la personalidad del hombre acaudalado que él deseaba ser. Coincidimos firmemente en que para ser opulento debes pensar con opulencia.También es importante estar en el ambiente adecuado. Don Green, Gerente General de Napoleon Hill Foundation, me dijo alguna vez, “primero compré mis buenos trajes en Sobel’s, una tienda de ropa a la medida, donde los ejecutivos de Eastman Kodak hacían sus compras. El propietario de la tienda tenía un letrero detrás de la caja registradora que decía: ‘Si deseas ser Exitoso, primero debes vestir como tal’.”

      Sin embargo, recomendamos moderación al tratar de imitar al señor Hill, gastando dinero que él no tenía.

       Recibo órdenes extrañas de una fuente extraña

      Mis instrucciones comenzaban de esta forma: “Ahora estás completamente a cargo de tu otro yo. Ahora tienes derecho a saber que dos entes ocupan tu cuerpo, como de hecho dos entes parecidos ocupan el cuerpo de cada ser humano sobre la tierra”.

      “Uno de estos entes está motivado por y responde al impulso del miedo. El otro está motivado por y responde al impulso de la fe. Por más de un año has sido conducido, como un esclavo, por el ente del miedo”.

      “La otra noche el ente de la fe tomó el control de tu cuerpo físico y ahora estás motivado por ese ente. Por conveniencia, puedes llamar a este ente de la fe tu otro yo. Este ente no conoce límites, no tiene miedos y no reconoce la palabra imposible.

      “Fuiste conducido a elegir este ambiente de lujo, en un buen hotel, como una forma de evitar regresarle el poder al ente del temor. El otro yo motivado por el miedo no está muerto, simplemente ha sido derrocado. Y éste te seguirá dondequiera que vayas, esperando una oportunidad para entrar y controlarte de nuevo, pues puede ganar el control sobre ti sólo a través de tus pensamientos. Recuerda esto y mantén las puertas hacia tu mente firmemente cerradas a todo pensamiento que busque limitarte de cualquier manera, y estarás a salvo”.

      “No te permitas preocuparte СКАЧАТЬ