La política del Espíritu. Darío López R.
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Название: La política del Espíritu

Автор: Darío López R.

Издательство: Bookwire

Жанр: Религия: прочее

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isbn: 9786124252464

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СКАЧАТЬ que vino a la aldea de Nazaret, y en ese lugar público, hizo suyas las palabras del profeta Isaías: «El Espíritu del Señor está sobre mí…» (Is 61.1; Lc 4.18). De esa manera, con estas palabras, precisó claramente quién era y para qué había venido. Su identidad como el Mesías evocado y esperado por las personas piadosas de Israel, y su misión liberadora, fueron enunciadas en su Declaración Mesiánica en la sinagoga de Nazaret. Esta Declaración Mesiánica de Jesús (4.16–30), con su eco combinado del Éxodo y del Jubileo (Wright 2006:309), constituye una clave teológica fundamental en el que se perfila y expresa la misión liberadora de Jesús. Misión liberadora que se concretiza en su amor especial por los desheredados del mundo, su amistad con los parias sociales, es decir, en una opción por la vida y la justicia. Fue así, porque la compasión y solidaridad de Jesús «se dirige, sistemáticamente, hacia toda gama de seres humanos vejados y abatidos» (Brueggemann 1986:104).

      La declaración mesiánica de Jesús

      Acerca de la declaración mesiánica de Jesús, siguiendo el punto de vista de Robert McAfee Brown, Gustavo Gutiérrez sostiene que se trata de «un texto que cumple en el evangelio de Lucas una función semejante al del Éxodo en el Antiguo Testamento. Ambos expresan la voluntad liberadora de Dios» (Gutiérrez 1989:40).

      ¿Cuál es el contenido y el alcance liberador de la Declaración Mesiánica de Jesús? Para Gustavo Gutiérrez:

      En un pasaje del evangelio de Lucas que nos es muy familiar (4.16–20), Jesús, valiéndose de un texto del profeta Isaías (61.1–2 y 58.6), da cuenta pública de su programa… Con este pasaje de su evangelio, Lucas nos presenta el comienzo del ministerio de Jesús […] Lucas aprovecha la escena de la visita a Nazaret, que nos cuentan también Mateo y Marcos (13.53–58 y 6.1–6), para decirnos en qué consistirá la obra mesiánica y pone además esmero en hacer ver su alcance universal […] Las diferentes situaciones humanas enunciadas (pobreza, cautividad, ceguera, opresión) aparecen como expresiones de muerte… En este texto programático encontramos por consiguiente la disyuntiva muerte-vida, central en la revelación bíblica, frente a la cual… se nos exige una opción radical (Gutiérrez 2004:39–40, 41–42).

      Sobre este mismo asunto, John Yoder, sostiene que:

      El pasaje de Isaías que Jesús utiliza aquí para aplicarlo a sí mismo, no sólo es uno de los más explícitamente mesiánicos; es también el que establece las expectativas mesiánicas en los términos sociales más expresivos… Es muy posible que el año aceptable del Señor en el libro del profeta, se refiera a algún evento en particular hacia el fin de la era, o en el futuro inmediato de los cautivos de Babilonia (o a ambos); pero para el judaísmo rabínico y, por lo tanto, para los oyentes de Jesús, es más probable que no significara ninguno de los dos, sino el año del jubileo, el tiempo en que las desigualdades acumuladas a lo largo de los años son olvidadas, y todo el pueblo de Dios comienza otra vez desde el principio. La expectativa, por lo tanto, no es que Jesús vendría a sacar a Palestina del último peldaño de la escala temporal, sino más bien que estaba por llegar a Palestina el impacto igualitario del año sabático (Yoder 1985:32–33).

      Sobre este mismo pasaje, René Padilla, afirma lo siguiente:

      Al comienzo mismo de su ministerio, en su manifiesto sobre su misión anunciado en la sinagoga de Nazaret, lee la profecía de Isaías 61.1–2 y afirma que el día del cumplimiento ha llegado. De su interpretación de ese pasaje bíblico se deriva que Jesús entiende su misión en términos de la inauguración de una nueva era —el año favorable del Señor—… caracterizado por el anuncio de la buena noticia a los pobres, la libertad de los presos, la restauración de la vista a los ciegos, la liberación de los oprimidos. Con el Antiguo Testamento como telón de fondo, Jesús concibe su actividad mesiánica en términos de la instauración del año favorable del Señor, es decir, el año de jubileo y, consecuentemente, de la reestructuración de la sociedad según los dictados del amor y la justicia. Es el portador de las bendiciones del reino, las mismas que son derramadas sobre gente que vive en condiciones de privación y opresión, pobreza y explotación (Padilla 2012:267).

      Teniendo en cuenta la información que Lucas nos proporciona en su evangelio, así como la contribución de quienes han examinado este pasaje clave del tercer evangelio, se puede afirmar que cualquiera sea la óptica teológica desde la cual se lea y analice la Declaración Mesiánica de Jesús, no se pueden soslayar cuatro asuntos que están bastante claros y que no requieren de mayor explicación o análisis crítico.

      Jesús anunciaba el comienzo de una nueva era; pero ese anuncio conllevaba una severa crítica de todos los poderes y agentes del orden existente. Su mensaje iba dirigido a los pobres; pero había otros, empeñados en que siguieran pobres, que se beneficiaban de su pobreza. Se dirigía a los cautivos (nombre con el que se alude a los esclavos); pero había otros ciertamente deseosos de que la situación no cambiara. Mencionaba a los oprimidos; pero nunca hay oprimidos sin opresores (Brueggemann 1986:98–99).

      En cuarto lugar, aparecen en este pasaje, dos de las claves teológicas fundamentales del evangelio de Lucas: a) la universalidad del amor de Dios; b) su amor especial por los pobres y los excluidos. Estas dos claves teológicas lucanas, centrales para una mejor comprensión de la misión liberadora de Jesús, no pueden ser relegadas, dejadas de lado o recortadas, bajo ningún pretexto.

      Con respecto a la universalidad del amor de Dios y a su amor especial por los pobres, dos de las claves teológicas lucanas presentes en la Declaración Mesiánica de Jesús, las mismas que tienen que ser examinadas a la luz de Isaías 61.1–2 e Isaías 58.6, se tiene que hacer dos precisiones fundamentales.

      La primera precisión se relaciona con la gratuidad e imparcialidad del amor de Dios. Así, cuando Jesús cita Isaías 61.1–2 en su Declaración Mesiánica, y no lee la última parte de Isaías 61.2 («…el día de la venganza del Dios nuestro…»), evita toda referencia de hostilidad a los gentiles. De esa manera, proclamó públicamente en un auditorio judío, la gratuidad e imparcialidad del amor de Dios, subrayada además en la referencia a dos despreciables gentiles СКАЧАТЬ