Название: No somos ángeles
Автор: Liliana Caruso
Издательство: Bookwire
Жанр: Языкознание
Серия: Historia Urgente
isbn: 9789871307869
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La plata quemaba y los billetes “calientes” empezaron a desdibujar las promesas.
Tres días después del robo, Alberto “Beto” de la Torre se compró una camioneta Hyundai Galloper, un departamento en la calle Beauchef al 1.700 que, según el Registro Nacional de la Propiedad, fue adquirido el 10 de febrero (casi un mes después del golpe).
Vitette Sellanes “El Uruguayo” también se dio algunos lujos pero prefirió hacerlo en su país natal. Cinco días después del robo fue a una agencia de autos en Montevideo y se fue manejando una cupé Hyundai. Abonó en efectivo 39.000 dólares.
Sebastián García Bolster es conocido en la causa como “El Ingeniero”. Fue quien esperó a la banda en el túnel que los sacó del Banco Río. Incluso los investigadores sostienen que fue quien manejo el gomón que los paseó por las alcantarillas de Martínez. Sin antecedentes penales, “El Ingeniero” tampoco aguantó la tentación de la plata fresca y un mes después del robo se compró un auto marca Toyota por 20.000 dólares. Además, parte de lo robado lo convirtió en moneda de cambio de su nuevo negocio: préstamos de dinero. A dos conocidos les prestó 60.000 dólares a cada uno, para vivir de los intereses. Pero los amigos sospecharon que el origen de la plata era producto del robo, y la entregaron a la policía.
Julián “El Gordo” Zallo Echeverría fue el responsable de una idea genial en función del robo al banco. Cuando sus cómplices escaparon en el gomón del “Ingeniero”, desembocaron en una alcantarilla de la calle Tres Sargentos de Martínez. Arriba de esa alcantarilla había una camioneta tipo combi con un agujero en el piso. Por ahí subió la banda y el botín para evitar las miradas de los vecinos. Zallo Echeverria era el chofer de esa combi especialmente preparada y adaptada para la huida final.
“El Gordo” tampoco aguantó el ardor de la plata y se compró una camioneta Ford EcoSport rural y un local de venta de telefonía celular, en Lavalle y Florida, en plena Capital Federal.
Con esos sospechosos detenidos, la investigación por el “robo del siglo” llegó al juicio oral. Las condenas fueron: 15 años para Alberto de la Torre, 14 para Fernando Araujo, 10 para Zallo Echeverría y 9 para García Bolster. En un juicio abreviado, por el asalto, a Vitette Sellanes le dieron 14 años. Pero la banda lo tenía todo planeado. Entonces, apelaron en Casación y lograron una importante reducción de la pena. El tema es así: el Tribunal Oral los había condenado por robo con armas, pero los jueces de Casación dijeron que al no haberse secuestrado las armas usadas, no se podía acreditar la aptitud para el disparo y redujeron las condenas. A De la Torre le dieron 10 años, a Araujo, 9 y medio, a Zallo Echeverría, 8 y a García Bolster, 7. En 2013, “El Ingeniero” gozaba de prisión domiciliaria y el resto, de salidas especiales.
Con los años, en el Banco Río sucursal Acassuso todo volvió a la normalidad. Es más, casi dos años después del golpe que lo tuvo como escenario, había lista de espera para poder usar una caja de seguridad.
La casa de la calle Tres Sargentos de Martínez que fue usada como guarida de la banda durante la planificación del golpe fue demolida.
La casa de Wilde, en la provincia de Buenos Aires, donde vivió Alberto “Beto” de la Torre y donde dicen que la banda escondió una noche el gomón que después usó para escapar por los desagües, lució durante meses un graffiti en una de sus paredes: “Aquí, Sucursal Banco Río”.
Alicia Di Tullio, la despechada, fue perdonada por su marido “El Beto” y hasta llegó a cambiar su versión: dijo que la policía la había presionado para delatarlo, pero ya era tarde y no le creyeron.
Vitette se convirtió con los años en el “celebrity” de la banda delictiva. Desafió a la autoridad policial y judicial cada vez que pudo. Se rió de ellos. Habló hasta más no poder con los medios.
Un amigo suyo incluso compuso baladas burlonas sobre el robo, y las difundió a través de las redes sociales. Así nació primero “Solo se llora por amores”, del disco El Robo del Siglo y en la voz de Los trovadores de Venus. El tema musical –en el que figura como artista Vitette– dice lo siguiente:
Buscaban el secreto honor de todo ladrón,
el robo del siglo.
Juraron este será el golpe final, la pensión, el retiro.
Dieron comienzo a la función
un enero de calor, un aburrido viernes
entraron sin un solo disparo,
por la puerta del banco, con chumbos de juguete.
En la bóveda brindaron con champagne.
Dejaron una nota que decía...
Cada detalle se planeó
con minuciosa precisión y paciencia de artista.
No hubo un pez gordo que bancara,
montaron la banda en cooperativa.
Se vivían momentos de tensión
y una negociación con dudas y engaños,
mientras los chorros le cantaban a una rehén
el feliz cumpleaños.
Horas pasaron y al final
se decidió a entrar la policía.
Encontraron el corcho del champagne
y una nota en la pared que decía...
(estribillo)
Sin armas ni rencores,
en un barrio de ricachones,
no es más que dinero señores,
solo se llora por amores.
Vieron con desesperación
los miembros del grupo halcón el armario que cubría
el boquete por donde escaparon
en gomones navegando por las alcantarillas.
Despechada una mujer los delató.
Al Paraguay su boquetero se rajaba,
con la guita, otra mina y su honor,
y los mandó a tragar sombra a la cana.
(estribillo)
Sin armas y sin rencores...
Los boqueteros de Acassuso
en barrio de ricachones...
Se piantaron en un gomón.
Solo es dinero, no amores...
Autores del robo del siglo
vaya sorpresa se llevaron,
cuando СКАЧАТЬ