La distancia del presente. Daniel Bernabé
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Название: La distancia del presente

Автор: Daniel Bernabé

Издательство: Bookwire

Жанр: Документальная литература

Серия: Anverso

isbn: 9788446048862

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СКАЧАТЬ de la izquierda, pero también una escapada de la forma de partido, recurriendo incluso a analogías con movimientos derechistas que por su capacidad de saltar los límites pautados se contemplaban con interés.

      Como bien decía la portavoz de Juventud Sin Futuro, el grupo que anticipó con su manifestación en abril la convulsión de mayo, aquella cita recogía a un sector más amplio del que de alguna manera representaba JSF, que, si bien se podía identificar de una forma más cercana con la izquierda universitaria, había rehuido conscientemente cualquier asociación estética y retórica con la misma. Democracia Real Ya no era en aquel momento más que un sumatorio de gente –gente joven, universitaria, de clase media y con profesiones liberales– que se había conocido a través de las redes sociales, que pasó de ser la Plataforma de grupos promovilización ciudadana, creada el 20 de febrero de 2011, a tener la denominación con la que luego se le conocería a partir del 16 de marzo. DRY no era una organización al uso, con unos estatutos, un programa político, una estructura organizativa o algún tipo de militancia, sino tan solo, más allá de una página de difusión en Facebook, un paraguas en el que se cobijaron distintas personas para convocar públicamente una manifestación. Entre ellas estaba una asociación de desempleados, de limitada representatividad, así como la iniciativa #Nolesvotes, surgida al calor de la oposición a la ley Sinde, promovida por empresarios y comunicadores del ámbito «internetero» como Enrique Dans, profesor de la IE Business School, Ricardo Galli, creador de Menéame, o Julio Alonso Alcaide, fundador de Weblogs. También ATTAC, la Asociación por la Tasación de las Transacciones financieras y por la Acción Ciudadana, con las caras visibles en nuestro país de Juan Torres López y Carlos Martínez Blay.

      Echen por un momento el freno de mano e intenten visualizar algo que pueda incluir a enamorados de la economía californiana y el tecnofetichismo, a Ecologistas en Acción, a la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, a Intermón, a antiguos trotskistas, a jóvenes educados en el ICADE, a desempleados, a los hackers de Anonymous y a versos libres de Izquierda Unida. Todo esto en el momento previo a la manifestación.

      ¿Y qué pasó en aquella tarde del domingo 15 de mayo? Pues nada realmente reseñable si se contemplaba de forma superficial. La asistencia fue exitosa, pero ni mucho menos masiva. Recorrido típico por el centro de la capital e incluso los tradicionales incidentes al final de la misma. Algo que de por sí ya resultaba novedoso y reseñable al tener el mismo poder de convocatoria una plataforma creada hacía apenas unos meses que los grandes sindicatos. Además de Madrid también tuvieron manifestaciones de una asistencia considerable Barcelona, Murcia, Granada, Sevilla, Málaga, Alicante y Valencia, lo que nos indicaba que aquello era un fenómeno que trascendía el ecosistema político-activista madrileño a pesar de provenir del mismo. Si la asistencia y la extensión territorial eran notables, si los convocantes y las formas de convocatoria no eran los habituales –página web con una cuenta atrás que aportó una carga dramática de acontecimiento en el que había que estar–, los propios asistentes, para el ojo entrenado en manifestaciones, no eran desde luego los habituales. Aunque evidentemente predominaba la gente joven, allí, literalmente, estaba todo el mundo que de una u otra forma había visto afectada su vida por el volcán económico con el que dimos inicio a esta historia.

      Pero ¿por qué se eligió ese domingo de mayo para lanzar aquella manifestación? La respuesta la encontraríamos en el domingo siguiente, ya que el 22 de mayo de 2011 estaban convocadas elecciones autonómicas y municipales. La intención de los organizadores era obtener una mayor difusión al entrar de una u otra forma en medio de la campaña. Sin embargo, el hecho de que tan solo faltara una semana para la cita electoral desencadenó algo por lo que probablemente hoy recordamos esta manifestación, a estas plataformas y a estos protagonistas. Una vez desconvocada la marcha, una vez incluso disuelta la sentada en la plaza de Callao que pretendió cortar la Gran Vía, y terminados los incidentes en el laberinto de calles que une el centro con Lavapiés, con un saldo de una veintena de detenidos, un grupo de jóvenes se organizaron espontáneamente en la Puerta del Sol para pasar la noche, al margen de los planes de los convocantes.

      El panorama de la política institucional, sobre todo en el lado progresista, veía con cierta preocupación el nuevo frente interno que se acababa de abrir, otro más sumado al exterior: