Alamas muertas. Nikolai Gogol
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Название: Alamas muertas

Автор: Nikolai Gogol

Издательство: Bookwire

Жанр: Языкознание

Серия: Vía Láctea

isbn: 9788446049920

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СКАЧАТЬ de conectarse con la cuestión de la historia en Almas muertas, a la que dedicaré más espacio al final de esta introducción. Entre el Nosdriov-Gogol y el Chichikov-historiador hay un soterrado ajuste de cuentas: Chichikov le comunica a Nosdriov su «búsqueda del pasado» y, en la escena culminante, éste (travestido de teórico) le hace la pregunta decisiva: «¿Para qué has comprado almas muertas?», «¿Por qué has indagado en el pasado?». Mirar al pasado es mirar a lo desconocido; pero, cuando Chichikov no quiere jugar a las cartas aduciendo miedo a lo desconocido, en realidad, truca su discurso pues lo que le perturba es la posibilidad de ser víctima de una trampa (que las cartas estuviesen marcadas; véase Fusso, 1993, pp. 23-27). El historiador, que en realidad es un tramposo, teme a su vez a la trampa y el despreciado Nosdriov volverá para hacerle la pregunta fatal. Esa pregunta será cúspide de la obra; el texto completo de Almas muertas parecerá querer responder a la cuestión análoga de ¿cómo dar cuenta de lo pasado cuando la historia ya no sirve?

      Pese a su carácter mendaz, Nosdriov aparece como un personaje que no oculta nada (se le percibe tal cual es), algo que no puede decirse precisamente de Chichikov. Sus expresiones, paradójicamente, harán continua referencia a la verdad, al honor, a la palabra de honor. ¡Qué curioso que sea justo el más mendaz de todos quien destape el escándalo de las almas muertas! Pues su versión sobre las almas muertas es por completo cierta.

      Sobakievich

      Este terrateniente aparece perfilado como un ser monstruoso que unas veces es descrito con ecos de la criatura de Frankenstein (véase p. 182) y otras aparece como un animal al que han enseñado unas ciertas normas para comportarse en sociedad, pero que a cada paso deja ver su verdadera naturaleza. En ese sentido, se lo llega a comparar con un oso amaestrado. Sin embargo, como muy agudamente percibe Nabokov, pese a su estolidez, Sobakievich es uno de los personajes más poéticos de la obra: «Las relaciones de Sobakievich con la comida están marcadas por una especie de poesía primitiva, y si se pudiera hablar de un ritmo gastronómico habría que decir que su metro prandial es el homérico» (1997, p. 86). Pero, además, este personaje muestra una pasión histórica inusitada por la Independencia griega, en la que se retroproyecta como un nuevo Byron ruso; de ese modo, Sobakievich se reenuncia a sí mismo como el general Bagration y se sitúa anacrónicamente entre los gigantescos héroes griegos que adornan las paredes de su salón, lugar donde la poesía gastronómica y la histórica experimentan un cierto solapamiento.

      Gogol jugará en él parte de las bazas de sus opiniones sobre la dialéctica pasado-presente. Sobakievich aparece directamente retratado como «un alma muerta», pero a su vez hace revivir con su recuerdo a los campesinos muertos, de tal forma que se suscita una discusión entre él y Chichikov sobre la verdadera naturaleza de la existencia (véase p. 190). Su conocimiento y elogio de las que habían sido sus almas muertas (frente a las vivas) tal vez tenga que ver con su propia condición de «alma muerta». Ahora bien, mientras hace revivir el pasado de sus almas muertas, Sobakievich vive frente al pasado histórico que le interesa, con el que se siente identificado y en el que encuentra su propio sentido. Además del poeta que decía Nabokov, este personaje representaría al historiador, que mientras exhibe su «omnisciencia» histórica, «engaña» a Chichikov (al propio demonio), incluyéndole en su lista el nombre de una campesina. Sobakievich sabe que el valor de las almas muertas está en que Pavel Ivanovich las desea y por eso marca unos precios altísimos para ellas. De hecho, las valora casi como almas vivas. Este personaje sabe que el pasado vale más cuanto más interés hay en recuperarlo; sabe también que la «gestión» del pasado puede ser un buen negocio para los que viven en el presente.

      Prototipo de alma muerta, Sobakievich presenta los mayores contrastes como personaje: tiene aspecto y maneras de animal (sobre todo en la mesa) y, sin embargo, demuestra una notable cultura y capacidad crítica; es verdad que aparece como un perfecto misántropo (sólo habla bien de los muertos –almas muertas– y sólo admira a los personajes históricos –almas no menos muertas–), pero hace gala de un considerable instinto para las relaciones sociales; es torpe de movimientos y parece petrificado y, no obstante, se muestra muy posibilista en la venta llegando al engaño.

      Pliuskin

      Si hay alguien inolvidable en esta obra, ése es un viejo terrateniente avaro que vive en su aldea en medio de la inmundicia, hacia el que Chichikov se ve atraído porque en su desastrada hacienda los campesinos estaban muriendo en grandes cantidades. La construcción literaria de Pliuskin es uno de los momentos de mayor inspiración de toda la obra.

      Pliuskin se muestra como un retrato en desarrollo. En él aparece no sólo el alma muerta sino el proceso que sigue un alma para alcanzar la muerte. A medida que vamos conociéndolo, percibimos cómo los sentimientos habían ido desapareciendo en él hasta convertirse en alguien completamente insensible y carente de emociones humanas. La tacañería de Pliuskin no es congénita sino que obedece a sus circunstancias vitales y sociales, que habían sufrido un profundo proceso de degradación (véanse Guippius, pp. 502-503). Todas sus búsquedas se encaminarán hacia los bienes materiales; ahora bien, el Erwerbstrieb, el impulso hacia el lucro del que hablaba Max Weber, se satiriza aquí como un impulso hacia la basura. Pliuskin aparece como un predador, cuya predación llega a niveles tan ínfimos que acaba robando artículos insignificantes a sus campesinos. El caudal de almas muertas y fugitivas habría de ser sumado a su caudal de riqueza material basuresca; y es que entre lo que compra Chichikov y la basura de Pliuskin hay una conexión manifiesta.

      Algunos personajes secundarios de la «primera parte».

       La hija del gobernador

      Cuando aún no se tenía ninguna referencia de ella, esta joven tendrá un encuentro accidental con nuestro héroe, en medio del camino e investida con los rasgos arquetípicos de la belleza romántica femenina: cabellos dorados, palidez, etc.; lo traslúcido de su cuerpo llega a compararse con un huevo reciente (véase p. 178). Para Karlinsky, la misoginia de Gogol unida a su maestría literaria conseguirá transformar el paradigma de la belleza femenina romántica en una suerte de engendro descolorido y vacío, muy poco deseable:

      Su carácter y personalidad están tan vacíos de rasgos como ese huevo. Ella no tiene nada que decir durante ninguna de sus apariciones СКАЧАТЬ