Название: Vergüenza
Автор: Группа авторов
Издательство: Bookwire
Жанр: Религия: прочее
isbn: 9789563572421
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Gandalf (un mago lleno de sabiduría y agente de esperanza) en un momento de gran crecimiento de las sombras poderosas del enemigo y ante la evidente desproporción de las fuerzas del bien, dice: “Nunca hubo muchas esperanzas. Nada más que esperanzas desatinadas, me dijeron”8. Al fin y al cabo, la verdadera esperanza es esa mínima luz que ante la gravedad de la crisis en la que estamos inmersos, parece realmente absurda, desatinada. Para muchos la esperanza de sanar la Iglesia católica es un gran absurdo.
Sin embargo, esa pequeñez, esa real fragilidad, es lo propio de la Esperanza. Charles Péguy describe el paradójico fenómeno de esta maravillosa virtud usando la imagen del tierno y frágil brote con el que comienza todo gran árbol…
…El tierno brote no está hecho más que para el nacimiento y no se le ha encargado si no que haga nacer […] sin ese único brotecito de esperanza, que evidentemente todo el mundo puede romper, sin ese tierno brote algodonoso, que el primero que pasa puede hacer saltar con la uña, toda mi creación no sería más que leña muerta9.
Es la lógica de la encarnación, donde todo comienza con el recién nacido, pequeño, frágil, totalmente vulnerable e impotente ante el poder del mal. El niño que, llevado por otros, debe escapar del poder de Herodes. Pero ¿qué sería del mundo “sin ese único brotecito de esperanza?”.
Pienso que es desde esa lógica desde donde tiene que brotar nuestra esperanza, que no viene desde lo grandioso o desde las estructuras modificadas; en efecto, la institucionalidad eclesiástica no ha hecho más que reaccionar, y a un ritmo demasiado lento, exasperante. La esperanza viene desde lo ínfimo, desde lo aparentemente inútil y despreciado. Desde lo vulnerable y los vulnerados. De hecho, da mucho que pensar que quienes han revelado y desplegado esta crisis, y quienes han derribado muros de bronce y han logrado que al menos algunas cosas cambien, han sido quienes fueron vulnerados, los vulnerables, los pequeños. Ellos son los blandos y frágiles brotes verdes. Algún día veremos cómo su grito ahogado habrá sido el que hizo posible que surgiera un canto nuevo. Esa es mi pequeña y frágil esperanza.
Notas:
1 Nota de la editora: La prosa poética que irá hilvanando este relato proviene de Travesía de un grito de autoría de Eugenio de La Fuente, quien ha aceptado la sugerencia de incluir algunos fragmentos allí donde la prosa común se queda perpleja y no alcanza...
2 Cfr. Credo Niceno Constantinopolitano.
3 Carta apostólica del papa Francisco publicada el 7 de mayo de 2019. La carta contiene las nuevas disposiciones y normas para enfrentar los abusos del clero.
4 Concilio Vaticano II, GS 16.
5 Una lectura detenida de “El Gran Inquisidor” de Fiodor Dostoievski —contenida en su obra Los hermanos Karamasov— da abundantes luces sobre este problema.
6 Francisco, Motu Proprio Vos Estis Lux Mundi, Artículo 1, N° 2b.
7 Cfr. Gregorio Nacianceno, “Epistula” 101, 32; en Sours Chretiennes, Vol. 208, p. 50.
8 J. R. R. Tolkien, El Señor de los Anillos, Ed. Minotauro, 1993, p. 883.
9 Charles Péguy, El misterio de los Santos Inocentes, Ed. Encuentro, 1993, p. 11.
LAS INVISIBLES
CAROLINA DEL RÍO M.
Cuando en febrero de 2019 la revista italiana Donne Chiesa Mondo (Mujer, Iglesia, Mundo) reveló la realidad de religiosas abusadas por sacerdotes y obispos, confieso que sentí una enorme alegría, no por los abusos, evidentemente. Llevaba años escuchando y leyendo relatos escabrosos de religiosas y, sin embargo, un manto de denso silencio parecía cubrir a estas mujeres y sus historias. Sabíamos, desde la década de 1990, que había informes en el Vaticano1 sobre la situación de religiosas en África donde eran abusadas por sacerdotes y consideradas parejas seguras, libres de VIH. Mientras, en esa misma época, la moral sexual vaticana restringía el uso de preservativos entre sus fieles por considerarla una práctica pecaminosa al no estar abierta a la vida.
La publicación italiana no hizo más que visibilizar una realidad dolorosa que muchas mujeres padecían y que no había tenido eco en Roma. Se hacía pública una injusticia de proporciones que afectaba a mujeres religiosas que, incluso, debieron abortar hijos de clérigos o esos hijos crecieron sin saber de sus padres. Se visibilizaban abusos y maltratos de superiores hacia las religiosas en todos los ámbitos imaginables.
Las mujeres en la Iglesia han sido habitualmente presentadas como peligrosas y seductoras, y eso ha implicado que la jerarquía católica no asuma que ellas también han sido víctimas de abusos. Si la Iglesia no acoge estas denuncias, la condición de opresión de las mujeres en la institución nunca cambiará.
En Chile, en julio del 2018, Paulina de Allende-Salazar en Informe Especial 2 entrevistó a un grupo de religiosas de la congregación Hermanas del Buen Samaritano. Marcela Quitral, Yolanda Tondreaux, Eliana Macías, Consuelo Gómez y Celia Saldivia, tuvieron el valor de denunciar, no solo ante las cámaras, sino también ante la comisión Scicluna. Habían sido abusadas durante años por sacerdotes y otras religiosas, incluida su superiora. Hoy, las denunciantes han sido desvinculadas de la congregación y abandonadas, literalmente en las calles, por sus autoridades eclesiásticas.
El 19 de marzo de 2019, María Silva Allendes, de 53 años, rompió el silencio para denunciar —también por televisión, esta vez en CNN— a una religiosa y a un sacerdote que la habían abusado mientras vivía en el Hogar de Niños San José de Talagante. El caso está hoy siendo investigado por la justicia canónica. En la justicia civil está prescrito.
Las breves denuncias expuestas son, como dice el dicho, golondrinas que no han hecho verano. Esperábamos que las mujeres se atrevieran a dar pasos importantes, que levantaran la voz y denunciaran las situaciones de abuso que estaban padeciendo. Sin embargo, no ha sido así. La mayoría de las denuncias aún no han visto la luz pública y las víctimas prefieren el anonimato. Muchas no quieren hablar por temor a represalias de sus superiores o de autoridades eclesiásticas. Muchas no lo hacen por vergüenza. Otras, porque han perdido toda esperanza de recibir la ayuda que necesitan. Y otras, porque aún no logran ponerse de pie.
En este texto no busco hacer un recuento de las mujeres abusadas en la Iglesia. Las entrevistas realizadas3 y los testimonios escogidos quieren dar voz a las mujeres sobrevivientes de toda clase de abusos para visibilizar las dinámicas más habituales, el modus operandi. Habrá otros, no hay duda, pero invito a cada mujer que lea estas páginas a revisar su propia historia y a identificar las situaciones de abuso vividas, СКАЧАТЬ