España Verde. País Vasco, Cantabria, Asturias y Galicia. Dominique Sellier
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СКАЧАТЬ 2002 > El hundimiento del petrolero Prestige, a unos 270 metros de la costa de Galicia, provoca un gran desastre ecológico, con miles de toneladas de petróleo derramadas en el océano Atlántico. Era el cuarto derrame de petróleo en Galicia desde 1976.

       2008 > Estallido de la burbuja inmobiliaria y la crisis financiera. España entra en recesión.

       2011 > ETA anuncia el cese definitivo de su actividad armada.

       Noviembre de 2011 > El político gallego Mariano Rajoy se convierte en presidente del gobierno.

       24 de julio de 2013 > descarrilamiento del tren Alvia 151 poco antes de su llegada a Santiago de Compostela. Con 81 muertos y 147 heridos, fue el segundo mayor desastre ferroviario en España después del de la Torre de Bierzo en 1944. Es el primero que se produce en España en una ruta de alta velocidad. Causas: la velocidad del tren (casi 179 km/h en lugar de los 80 km/h a los que debía circular en una curva peligrosa), la falta de un sistema de control de seguridad europeo en este tramo y el fallo del sistema de frenos.

      De los orígenes a nuestros días

       Prehistoria

      La datación de las pinturas de Altamira permite remontar la presencia humana en esa región del norte peninsular a un período situado entre los 15500 y los 13500 años a. C. El descubrimiento de numerosas cuevas con pinturas o grabados rupestres en Cantabria, Asturias y el País Vasco demuestra además que la ocupación humana de la zona fue relativamente densa. Pero es en el siglo VI a. C. cuando los celtas, procedentes del Cáucaso y de las orillas del mar Caspio, empiezan a configurar una cultura propia con una identidad histórica en la zona, especialmente en las áreas de Asturias y Galicia, donde se desarrolla el núcleo central de la denominada cultura castreña. Este nombre proviene de sus asentamientos, los castros, poblados con cabañas de planta oval o circular rodeados por uno o varios recintos amurallados e instalados en lugares de fácil defensa. Los celtas introdujeron las técnicas para la obtención del hierro, lo que supuso el final de la Edad del Bronce en esta zona.

       Edad Antigua

      Tras sus victorias contra Cartago (220-202 a. C.), los romanos iniciaron la conquista completa de la Península, que culminarían al final del siglo I a. C. tras vencer a cántabros y astures, los últimos pueblos peninsulares que hicieron frente al avance romano. La guerra contra las tribus del norte de Hispania se inició en el año 29 a. C. bajo el mandato del emperador Augusto, que en el 26 a. C. tuvo que ponerse personalmente al frente de sus ejércitos ante los escasos logros obtenidos hasta el momento. Las guerras cántabras duraron diez años. También la resistencia de los celtas en Galicia y de algunas de las diversas tribus (de origen incierto) que habitaban el País Vasco actual fue notable.

      De hecho, el proceso de romanización de las sociedades preexistentes, tan firme en la mayor parte del territorio peninsular, fue débil en estas regiones. Tan solo en la Galicia actual los romanos llegaron a imponer una presencia notable y a construir ciudades e infraestructuras destacables, como la muralla de Lugo o el faro de Brigantium (A Coruña), por citar los ejemplos más emblemáticos.

       De los pueblos germánicos a la Reconquista

      En 409 d. C., los suevos son el primer pueblo germánico que penetra en la Península y establece un dominio sobre un sector del territorio: la provincia romana de Gallaecia, con capital en Braga. Bajo el dominio de una minoría militar se impusieron a la sociedad galaicorromana preexistente en el noroeste peninsular y fundaron un reino. Más tarde, a partir del 507, los visigodos se instalan también en Hispania. Inicialmente conviven con los bizantinos, que ocupaban la región de la Cartaginense, y con los suevos de la Gallaecia, pero poco a poco fueron imponiendo su poder hasta que su reino llegó a abarcar toda la Península, con capital en Toledo. No está claro, sin embargo, que la invasión visigoda llegara a afectar a los territorios de Bizkaia y Gipuzkoa. En el año 585, el último rey de los suevos es derrotado por Leovigildo y su reino incorporado al de los visigodos.

      Los árabes desembarcan en la Península en el 711. Pero su presencia e influencia en el norte peninsular será muy débil y breve. Incluso, al parecer, su aparición en tierras vascas es fugaz o casi inexistente y no llegan a internarse en Cantabria, que consideraron un territorio demasiado montañoso y hostil. Así, los valles de la cordillera Cantábrica servirían de refugio a la población cristiana de la zona. Hasta que un caudillo del pueblo astur, Pelayo, infligió la primera gran derrota a los árabes en Covadonga (Asturias) en el 718 o 722. Aquella batalla se considera el inicio de la Reconquista cristiana de la Península, que no finzalizaría hasta ocho siglos más tarde con la conquista de Granada en 1492.

      Pelayo fundó el primer reino cristiano peninsular, el reino de Asturias, que abarcaba también inicialmente bajo su órbita el territorio de Cantabria y posiblemente los de Bizkaia y Álava. Entre 739 y 757, Alfonso I el Católico fue el primer monarca astur que se aventuró a la conquista de Galicia, aunque esta no culminaría hasta ya muy avanzado el siglo XI.

       Edad Media

      En el siglo IX es descubierto el sepulcro del apóstol Santiago, un hecho de gran trascendencia para el desarrollo social y cultural de estas regiones del norte peninsular. También cabe destacar, entre los siglos IX y XI, las constantes incursiones de piratas normandos y vikingos en las costas del Cantábrico y del Atlántico gallego. En 857 una expedición vikinga saquea Santiago.

      A partir del 924, el reino de Asturias pasará a formar parte del reino de León y, por tanto, Oviedo pierde su condición de capital en beneficio de León. Sin embargo, en 1065, a la muerte de Fernando I, el reino de León quedó dividido entre sus dos hijos, lo que supuso un periodo efímero (de solo seis años) con un reino independiente de Galicia. Mientras tanto, a partir del 1040 buena parte del actual País Vasco se hallaba bajo jurisdicción del señorío de Vizcaya, inicialmente un condado del reino de Navarra, pero que llegaría a adquirir una organización política propia hasta su integración definitiva en el reino de Castilla en 1379. También con fueros particulares, Gipuzkoa y Álava se integran en la corona castellana, en 1200 y 1332 respectivamente. En 1296 se constituyó la Hermandad de las Villas de la Marina de Castilla con Vitoria, una federación de los principales puertos del Cantábrico que representó un importante poder naval al servicio de la corona de Castilla, dedicado esencialmente al comercio marítimo internacional, pero que llegó tener enfrentamientos bélicos con ingleses y franceses.

      A aquella primera unión política entre los reinos asturiano y leonés le seguiría muy posteriormente la unión del reino de León con el reino de Castilla (en 1230). A partir de 1348, tras la muerte de Alfonso IX, se inicia un largo periodo de castellanización del reino, con la pérdida de peso político de los territorios fundadores y de debilitamiento de las hablas regionales. Galicia pierde su voto en Cortes y delega su representación a la ciudad de Zamora. Entre la nobleza y la administración gallegas, astures o del territorio vasco se hace hegemónico el uso de la lengua castellana.

      Ya en el siglo XV tiene lugar en Galicia la denominada guerra de los Irmandiños (1467-1469), una verdadera guerra civil iniciada por un levantamiento de carácter popular y antiseñorial.

       Antiguo Régimen

      Durante el reinado de los Reyes Católicos se acentúa el proceso de desarticulación СКАЧАТЬ