Si Sólo Fuera Para Siempre. Софи Лав
Чтение книги онлайн.

Читать онлайн книгу Si Sólo Fuera Para Siempre - Софи Лав страница 5

СКАЧАТЬ estar contentos por ellos. Pero Emily se sentía un poco avergonzada de ser el centro de atención. No todos los días se entra en una casa de waffles y haces girar todas las cabezas. Su propia mente seguía girando con preguntas después de su llamada a Amy y Jayne y se preguntaba si ahora sería un momento apropiado para abordar algunas de ellas con Daniel.

      Joe, con el pelo gris, se acercó a la mesa, sosteniendo su libreta con sus manos arrugadas.

      –Escuché que hay que felicitarlos—dijo, sonriendo, palmeando a Daniel en la espalda—. ¿Cuándo es el gran día?

      Emily vio a Daniel vacilar. Él parecía tan desconcertado como ella. Todos querían respuestas a preguntas que ni siquiera se habían hecho a sí mismos.

      –No estoy seguro todavía—balbuceó Daniel—. No hemos resuelto ninguno de los detalles.

      Ordenaron sus waffles y panqueques, y una vez que Joe se fue para prepararles el desayuno, Emily se atrevió a hacerle algunas preguntas a Daniel.

      –¿Para cuándo crees que deberíamos fijar una fecha?—preguntó Emily.

      Daniel la miró con los ojos abiertos—. Oh. No lo sé. ¿Quieres hacerlo ya?

      La advertencia de Jayne resonó en la mente de Emily—. No necesitamos fijar una fecha específica pero, ¿pensamos en meses o en el próximo año? ¿Quieres una boda de verano? ¿O en otoño, ya que estamos en Maine?

      Ella sonrió pero se sintió tensa. Por la mirada en la cara de Daniel, ella pudo ver que él no había pensado tan lejos.

      –Necesito pensarlo—dijo sin compromiso.

      –Quiero una boda de verano—dijo Chantelle—. En el puerto. Con el barco de papá.

      –¿Pensar en qué?—preguntó Emily, ignorando a Chantelle y centrándose en Daniel—. Solo hay cuatro opciones. Sol, viento tempestuoso, nevada o brisas cálidas. ¿Cuál prefieres?

      Daniel parecía un poco sorprendido por el tono algo brusco de Emily. Chantelle también parecía confundida.

      –No lo sé—balbuceó Daniel—. Hay pros y contras para todos ellos.

      Emily sintió que sus emociones se arremolinaban dentro de ella. ¿Jayne tenía razón? ¿Daniel le había propuesto matrimonio sin pensar en el hecho de que se suponía que habría una boda al final?

      –¿Se lo has contado a alguien?—Emily sondeó más allá.

      Aparecieron pliegues de frustración en la frente de Daniel—. Han pasado menos de veinticuatro horas—dijo claramente, ocultando la irritación que Emily sabía que le había provocado. Entre sus dientes añadió—¿No podemos simplemente disfrutar del momento?

      Chantelle miró de Emily a Daniel con preocupación en sus ojos. No era frecuente que discutieran y la escena claramente la alarmaba.

      Ver a la pequeña niña pareciendo preocupada golpeó algo dentro de Emily. No era justo dejar que Chantelle se viera envuelta en cualquier preocupación que ella misma pudiera tener. Este asunto era para que lo resolvieran entre ella y Daniel.

      –Tienes razón—dijo Emily, exhalando.

      Extendió la mano a Chantelle y la tomó para tranquilizarla. En ese momento, Joe llegó con pilas de panqueques. Todos comenzaron a comer en silencio.

      Emily se sintió frustrada consigo misma por dejar que las palabras de Jayne y Amy le arruinaran la alegría. No era justo. Ayer mismo estaba en las nubes.

      –¿Dejarás que Bailey sea la chica de las flores?—preguntó Chantelle—. ¿Y yo sería una dama de honor?

      –Aún no lo sabemos—explicó Emily, manteniendo sus emociones bajo control.

      –Pero quiero caminar por el pasillo contigo—añadió Chantelle—. Habrá un pasillo, ¿no? ¿Te vas a casar en una iglesia?—la niña hurgó en su mochila y sacó un bloc de notas rosa y un bolígrafo brillante—. Escribamos una lista—dijo.

      A pesar de su angustia subyacente, Emily no pudo evitar sentirse animada al ver a Chantelle en modo organizador. Siempre se veía tan seria, tan madura y más allá de sus años.

      –Lo primero que hay que organizar es el lugar—dijo Chantelle con una voz muy eficiente que hizo que Emily se imaginara a ella dirigiendo la posada un día.

      –Tienes razón—dijo Emily, mirando a Daniel—. Pensemos primero en el lugar y luego trabajemos desde allí. —Se sintió decidida a no dejar que su entusiasmo se arruinara—. No nos apresuremos a tomar decisiones.

      Por primera vez desde que ella empezó a molestarle por respuestas, Daniel parecía relajarse. Las líneas del ceño fruncido en su frente desaparecieron. Emily se sintió aliviada.

      Por la ventana de la cafetería, Emily pudo ver que se estaba levantando un árbol en el centro de la ciudad. Con toda la emoción, se había olvidado por completo del árbol de Navidad del pueblo; se levantaba el día después del Día de Acción de Gracias todos los años. Lo había ido a ver de niña cuando la familia había estado en Sunset Harbor durante las vacaciones de invierno. Recordó que también había un encendido anual del árbol que tenía lugar por la noche.

      –Deberíamos ir a ver el encendido del árbol esta noche—dijo Emily.

      Chantelle levantó la vista de su cuaderno de notas, que ahora estaba lleno de una larga lista de notas escritas con su letra garabateada—. ¿Podemos?—se veía emocionada.

      –Por supuesto—dijo Emily—. Pero primero debemos conseguir nuestro propio árbol. Si el pueblo tiene uno, la posada también debería tenerlo. ¿Qué piensas de eso, Chantelle?

      Emily sintió que su propia emoción crecía al darse cuenta de que la posada albergaría un enorme árbol de Navidad. De niña, su padre solo había conseguido uno pequeño para la sala de estar, ya que solo estaban de vacaciones en la casa. Pero ahora que era su casa podía poner un enorme árbol de dos metros en el vestíbulo. ¡Quizás incluso de tres metros! Ella y Chantelle podían decorarlo juntas, usando una escalera de mano para alcanzar las ramas superiores. El pensamiento la llenó de una expectativa infantil.

      –¿Podemos, papá?—Chantelle le preguntó a Daniel, que estaba sentado en silencio mientras masticaba sus panqueques—. ¿Podemos tener un árbol de Navidad?

      Daniel asintió—. Claro.

      –¿Y luego ir al encendido del árbol en la ciudad?

      –Ajá.

      Emily frunció el ceño, preguntándose qué pensaba Daniel, por qué la idea de una salida familiar tan encantadora no le llenaba de alegría como a ella y a Chantelle. Daniel era tan misterioso para ella como siempre, a pesar de que ahora tenía un anillo en su dedo y estaba más que lista para comprometerse con él para siempre. Se preguntaba si alguna vez sabría realmente lo que estaba pasando por su cabeza, o si incluso, cuando se convirtiera en la Sra. de Daniel Morey, se quedaría preguntándose.

      CAPÍTULO TRES

      La granja de árboles de Navidad de Dory estaba a poca distancia en las afueras de Sunset Harbor. La familia fue en la oxidada camioneta roja de Daniel. Todavía había rastros de nieve del Día de Acción de Gracias en las orillas, y mientras pasaban, Emily tocó el anillo en su dedo, recordando СКАЧАТЬ