Ópera Nacional: Así la llamaron 1898 - 1950. Gonzalo Cuadra
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СКАЧАТЬ tanto música como los libretti. A saber, en un tentativo orden de composición:

      1. Ofelia, escrita en Chile antes de su partida a Berlín y con una trama tomada de una novela italiana100, es la demostración de un precoz y vehemente talento al haber sido compuesta “en solo tres meses”101. Al parecer sería su primera ópera y está perdida. En su diario personal da un dato que quizá refiera a esta Ofelia:

      …mi buen amigo Voillant me torturaba con la idea de ir a la hacienda de sus padres. Como me significaba una agradable estadía y como sabía que mi primer amor estaba allá me dejé convencer rápidamente […] tenía la esperanza de un joven de 17 años el cual sólo había tenido mala suerte en el amor. Pronto hallé la simpatía de ella, pero no me quería. Después de mi encendido deseo se quedó completamente fría. Algo bueno tuvo este amor: fue el motivo para que compusiera mi primera ópera […]. El que no estuviera escrita en partitura [orquestal] radicaba en que no sabía de instrumentación102.

      2. Ghismonda. En un acto. Terminada en Berlín el 8 de abril de 1898. De esta ópera de cambiante título (al menos 6 posibilidades ortográficas y fónicas según quien escribiera el nombre) se estrenará, el 7 de septiembre de 1898, su Intermezzo. Aunque el libretto es propio, el título tiene coincidencias con otras obras: si bien la trama es distinta, Eugen d’Albert compuso una Ghismonda, en tres actos, en 1895, fecha en la que este se encontraba en Alemania. D’Albert fue esposo de Teresa Carreño entre 1892 y 1895, quien a su vez fue profesora de piano de Hügel en Berlín. De la Ghismonda de Hügel se conserva la versión canto-piano, manuscrita, en el Archivo DAE del Teatro Municipal. Curiosamente, Hügel no hace comentario alguno de ella en su diario.

      3.Velleda. En un acto. Terminada el 3 de septiembre de 1898 y dedicada a su profesor Friedrich Gernsheim. Escrita durante su estadía en Alemania, Hügel dice en la página 79 de su diario que la composición de ella nace como distracción de un intenso estado amoroso no correspondido que sentía por la señorita Frieda Hoefele, hija de sus benefactores de Hamburgo, trabajando “muchos días, hasta 14 horas sin parar”. A su regreso buscará estrenarla en nuestro Teatro Municipal, sin embargo su primera audición se llevará a cabo el 21 de abril de 1902 en el Teatro Santiago de Valparaíso. Es, cronológicamente, la segunda y última ópera de Hügel que verá estreno público. De ella se conserva la versión canto-piano, manuscrita, más algunas particelle de la orquestación, en los archivos del Teatro Municipal de Santiago.

      4. Herta. En noviembre de 1898 Hügel recibió de parte de conde Von Gribenau el encargo de una ópera para las celebraciones del año nuevo en su palacio. Así nace Herta, también en un acto, estrenada en la víspera del 1º de enero de 1899, noticia que llega a Chile con orgullo103. Es la primera ópera de Hügel que se estrena públicamente y es la primera ópera chilena de la que se tiene referencias concretas de un estreno en el extranjero, así como es la primera ópera comisionada a un compatriota fuera de Chile. Debido a su breve duración, Hügel aprovechó la ocasión para tocar seis nuevas piezas para piano y el poema sinfónico llamado “El amigo perdido” para gran orquesta, siempre bajo su dirección orquestal. Todas estas obras están perdidas. Herta ocupa varias líneas de su diario y su mezcla de aspectos musicales y sociales lo hacen un pasaje particularmente atractivo. Cito:

      Un buen día recibo del conde Gribenau una invitación a visitarlo. En primavera había dado un concierto en su mansión. Cuando se enteró de que yo ya había compuesto dos óperas, me hizo prometerle que le iba a dedicar una de ellas (88-89).

      En cuanto llegué a su casa, el conde me preguntó por su ópera, diciendo que quería representarla en cuatro semanas más. Esto fue una grata sorpresa para mí ya que iba a tener la oportunidad de presentar una ópera acá en Berlín, más encima sin costo para mí. Este privilegio tenía que aprovecharlo. El problema era que la ópera que le quería dedicar al conde la había guardado en un rincón sin pensar en ella durante mucho tiempo. Sin embargo tenía lista Velleda. Le pedí al conde aceptar esta otra ópera y me citó para el día siguiente. Cuando llegué nuevamente donde él y le toqué algo de Velleda dijo su merced que no le gustaba. Luego toqué algo de la pieza dedicada a él y esta sí le gustó, aunque yo pensaba que era diez veces mejor el movimiento de Velleda. (…) No me quedó otra que dentro de tres semanas componer una ópera por encargo, ya que de ninguna manera quería perderme esta oportunidad (91-92).

      Tuve que ensayar mucho con la orquesta que se había contratado, que consistía en todo menos artistas, y luego con cantantes que tampoco estaban muy dotados. Así pasaban los días. (…) Llegó el primero de enero y partí, con algo de pesadumbre, a dirigir yo mismo mi primera ópera, Herta [en el sentido de ser la primera de las suyas que obtenía audición pública y ser efectivamente la primera que dirigía]. Como precaución, y con el consentimiento del conde, había decidido comenzar el programa con mi ópera, para luego tocar como solista unas piezas en el piano, además de presentar un poema sinfónico para orquesta. De esta manera, me dije, si te va mal con la ópera, tal vez con lo que sigues puedas arreglar la situación. Dicho y hecho (…) durante toda la presentación no hubo aplausos, incluso en el Intermezzo; hoy en día es impensable una ópera sin intermezzo, y algunos pocos se atrevieron a aplaudir. Me retiré de mi puesto de director lamentando que mi padre no pudiera verme dirigir mi primera ópera, pues creo que esto me salió mejor que la ópera. (…) Afuera estaban mis músicos, estos se lanzaron encima de mí como una jauría sobre su presa, criticándome y diciendo que no entendía nada, que no sabía dirigir y que tenía la culpa del fracaso de la ópera. (…) Volví al escenario donde me senté en el piano de cola. Pese a mi conmoción, porque el fracaso de la ópera me llenó de lágrimas, y pese a la pelea que recién había vivido, me sentí con muy buena disposición pensando: ahora sí vas a demostrar que no eres el incapaz que ellos creen que eres. Empecé y note con satisfacción que después de cada una de mis piezas el público se entusiasmaba más, logrando finalmente atenuar bastante la impresión que había dejado mi ópera y recibiendo reconocimiento. Además me benefició mucho el hecho que aún tenía en la manga una pieza para orquesta. Si bien los músicos empezaron a tocar con mucha desconfianza, yo sabía que con esta pieza me iba a ir mejor que con mi ópera. Se trataba el poema sinfónico “El amigo perdido” [“Der verloren Freund”] que había compuesto en memoria de mi pobre amigo Shanklein (101-106)104.

      Es oportuno agregar que este número orquestal quizá sea el primer estreno de un poema sinfónico escrito por un chileno (“Symphoniche Dichtung” lo llama el propio Hügel, “Episodio Sinfónico” el diario El Ferrocarril del 19 de febrero de 1899) antecediendo en 21 años a la “Muerte de Alsino” de Leng, y quizá también a “La luz del edén” —para cuarteto de cuerdas— del propio Hügel sobre un poema de Eduardo de la Barra, mencionado como el primer poema sinfónico nacional105 y que tuvo su primera audición documentada el 13 de mayo de 1900 en el salón filarmónico del Teatro Municipal de Santiago con motivo de un acto fúnebre en homenaje a Eduardo de la Barra. La descripción en su diario del “programa” de “El amigo perdido”, autobiográfico, sobre el que ha basado la estructura de su composición, hace pensar en una obra concebida con criterios paralelos a las creaciones así llamadas por sus contemporáneos alemanes, más allá de una mera pintura exterior o giros madrigalescos.

      5. Amor de Madre. Compuesta en su estadía en Alemania como un homenaje a su madre. En la página 108 de su diario la menciona como su “tercera ópera”, quizá luego de Velleda y Herta.

      6. La Destrucción de Roma. Texto y música de Hügel. Es su primera incursión en la idea de una ópera en más de un acto. Inicia la composición en Alemania y, aunque puede ser terreno especulativo, quizá la termina a su regreso a Chile. Estrenará su “Obertura” el 30 de noviembre de 1900. En la primera página de este número orquestal se puede leer, manuscritamente: “Ópera en 3 actos y 4 cuadros desarrollada en la novela de Felix Dahn que lleva el mismo nombre”106. Se conserva la partitura orquestal del Preludio (u “Obertura”) en los archivos del Teatro Municipal de Santiago y da una muestra clara de la visión orquestal de Hügel y de su aprendizaje berlinés, con un orgánico instrumental que no es СКАЧАТЬ