Название: El ecosistema del silencio fértil
Автор: Eduardo Meana Laporte
Издательство: Bookwire
Жанр: Сделай Сам
Серия: Sagradamente humano
isbn: 9789505007899
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Están en las antípodas del silencio de sí mismos, en el otro extremo de la galaxia del silencio de Belén, y lloran sus almas. Aturdidos en un mundo que nos puede seducir, los maquillajes y las garras son una forma de alejarnos de nuestro propio silencio de despojos, intemperie, sinceridad responsable ante Dios, humanidad humilde.
La parábola del fariseo y el publicano es buen ejemplo de lo que significa el palabrerío delante de Dios. El fariseo se perdía en su ‘blablablá’ ante Dios, ego-centrado, racionalizando seguro de su posición. El publicano repetía ‘Ten misericordia de mí’, pocas palabras, las esenciales, el corazón en la mano.
Nuestra propuesta es reaccionar frente a eso, que retrata a esta etapa de nuestra sociedad, incomunica a las familias y hace sufrir mucho a las personas. La época de la palabrería en las redes es la época de más gente solitaria, más gente sin pareja estable, más gente enferma de tristeza a solas. La persona palabrera termina sufriendo la trampa de su imposibilidad de llegar a la Palabra Con Sentido, que llamamos ‘Logos’. Y esa Palabra con sentido, sólo nace en el silencio, sólo se alumbra cuando desalojamos de nuestra vida el ruido, lo que nos invade, las músicas de fondo, la atención permanente a lo que los otros nos dictan; esa Palabra que se gesta en nosotros revelándonos quiénes somos y qué haremos, revelándonos cuál es nuestro camino y nuestra fecundidad, nacerá solo en el silencio del corazón.
En esta época, se abusa de esta frase: “Fulano rompió el silencio…” Y a continuación, la declaración escandalosa, largamente esperada, de alguien que vivió algo. El chisme por fin se realimenta. El pobre silencio parece un chicle globo, con tiempo limitadísimo de vida, que no pudo aguantar más sin estallar. El morbo por la intimidad indebidamente compartida se realimenta de su estiércol ante infidencias desparramadas por los ventiladores de medios amarillentos y redes. Y la única frase que tienen es esa: “Rompió el silencio”.
Te propongo otra: “Recuperemos el Silencio”.
Y, como en un bosque, como en el jardín original, nos sobrevendrá la sorpresa de la vida limpia y sagrada manándonos.
volver al Humus
“Volver al humus:
Fértiloscuro.
Latenciaoscura.
Latencianoche.
Crecerdenoche.
Abiertanoche.
Cerrarabriendo.
Caernaciendo.
Volver al humus:
Fondonutriente.
Silenciamiento.
Silencioscuro.
Silencioabrigo.
Silenciogesto.
Raízcallada.
Modocallado.
¡Mitierraoscura!
Tierraplacenta.
¡Mitierracuna!
Volver al humus:
Sustanciaespesa.
Sustanciapura.
Raícespuras.
Raízsegura.
Raízinvisible.
Raízsecreta.
Miluzsecreta.
Volver al humus:
Volveracasa.
Volveralalma.
Almadeveras.
Almasemilla.
Cuidasemillas.
Ensemillarme.
Asemillarme.
Volver al humus:
Vidaescondida.
Escondimiento.
Ocultamiento.
Esperaoculta.
Ocultohumilde.
Corajehumilde.
Corajequieto.
Volver al humus:
Mitierrasabia.
Eltiemposabio.
Eltiempolargo.
Eltiempolento.
Allíyoviva.
Allímencuentren.
Asímencuentren”.
El ecosistema del silencio: hábitat vital para creer, ser quien soy, y ser fecundo
Alguien me preguntó: cuando tú hablas de elegir el silencio, ¿te refieres a un modo de orar…? ¿elegir el silencio es elegir una forma de oración?
No sólo me refiero al silencio como ámbito de la oración, porque el silencio es más que eso: el silencio es una dimensión de la existencia. Una dimensión de lo humano, un color de la existencia humana, que necesitamos recuperar. Pero para eso, es importante comprender cómo lo perdemos, por qué lo despreciamos…
Y más aún, cómo necesitamos elegir, decidir, regenerar en nosotros esa dimensión dañada -como una ‘capa de ozono’ protectora que se va adelgazando por efecto de los gases de origen humano que la dañan, y por eso, su pérdida nos vuelve vulnerables a radiaciones mortales… el silencio amenazado y perdido nos hace morir de a poco.
Pero a diferencia de esta comparación, si la capa de ozono está bien alta en la atmósfera, el silencio personal más bien es como una dimensión más profunda, la más honda, la que está en contacto con nuestra intimidad y, por eso, con nuestra identidad y su fuente sagrada. En este caso, entonces, la voluntad de recuperar el vivificante silencio dañado es una voluntad de profundo regreso a la propia esencia.
Pero, ¿no es bien simple recuperar el silencio? ¿No basta con apagar los ruidos? ¿Por qué para ir al silencio hay que hacer todo un esfuerzo, un viaje de retorno, un trayecto sostenido por la voluntad?
Bueno: Es que el viaje de regreso de cualquier extravío es tan largo y complejo como lo fue extraviarse.
Y no será simple, rápido ni fácil, volver a ser receptivo, contemplativo, escuchador, fértil, ese estilo de vida que comenzó a funcionar con un ‘sistema operativo’, programado según la productividad y sus estímulos, los medios, las redes, la identidad que nos viene de afuera y con la que nos vamos midiendo.
Basta con salir al silencio para captar a veces, cómo el ruido interior nos mantiene a la velocidad crucero СКАЧАТЬ