Japen. Eugenia Ratcliffe
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Название: Japen

Автор: Eugenia Ratcliffe

Издательство: Bookwire

Жанр: Языкознание

Серия: Ficción

isbn: 9786075028064

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СКАЧАТЬ muy rápido? Ok –y se manejó en la cocina como si fuera suya.

      Abrió alacenas, sacó copas. Servilletas, el vino. En el tercer cajón encontró el sacacorchos. Toda una coreografía mientras yo lo observaba aún parada junto a la puerta como si fuese la recién llegada, a ese espacio y a mi nueva vida.

      Extraña. Desconocida.

      Quería explicarle por qué al entrar a mi casa hay diez maderas del piso que no están, y en su lugar una suerte de cráter muestra lo que está debajo, lo que no debería verse. Mi piso es una piel en carne viva. Es como si toda la casa se hubiera hecho cargo de mis lesiones. Decirle que últimamente el agua irrumpe y desborda; que hace unos días inundé mi casa y la de mi vecino, y que quizás exista alguna explicación simbólica que no logro interpretar. Contarle eso que quiero contarles a todos, porque no puedo contártelo a vos. Ya casi no hablamos. Y mandarte un mensaje para decirte que descubrí que no soy de los que lloran, sino de los que inundan, incendian y hacen peligrar lo que está cerca no nos hará volver a lo que fuimos.

      Antes de Rocker, diez maderas hinchadas me imposibilitaban salir o entrar por la puerta de otra manera que no fuera de costado, conteniendo la respiración. Y, a excepción de mi nariz, ninguna otra cosa me sobresale demasiado.

      Después de una breve charla en la que solo habló de su banda y apenas pude meter dos palabras, cogimos.

      —Tenés que venir el martes a vernos tocar. ¡Vamos a la cama? –¿era una pregunta o una orden?

      —Dale –contesté, como si aceptara ambas invitaciones.

      Ya en la habitación me sacó la ropa. Sentada en la cama lo observé quitarse el pantalón. Me sentí una espectadora en la primera fila de su pija. Sabía que iba a ser diferente a todas. A las dos que conocía hasta el momento. Y sí, era distinta. Más blanca, más larga, más fría. Más como él.

      Al acabar (él), se vistió. Lo observé salir de la habitación recortado por la luz del living. “Para este tipo sí que el tiempo es sagrado o yo soy un depósito de esperma”, pensé, pero nos cuidamos. Soy generación 2.forro .alcoholengel .whatsappdeyallegué. Lo escuché entrar al baño, tirar el preservativo en el tacho de basura, caminar hacia la cocina, abrir la heladera, servirse algo de tomar, acomodar imanes, inspeccionar libros, acariciar a Diler. Así suena un extraño en mi casa. Por un segundo creí que iba a encontrarme desvalijada de los pocos muebles que tengo. Pero no. Él solo estaba mirando. Haciendo tiempo, quizás.

      Charlamos unos minutos otra vez sobre su banda. En el sillón. Y dijo de ir a un evento en Dorrego y no sé qué.

      —Me da fiaca.

      Insistió. Hablamos de su segunda banda; por suerte creo que no hay una tercera. Y emprendió la retirada.

      —Ya me tengo que ir. Mañana hablamos.

      En exactamente una hora había pasado Happn2. Y no me era suficiente. Le mandé un rayo a Happn1.

      20/11/2015, 01:08 - RUGE: ⚡

      20/11/2015, 01:09 - Veinticuatro: ?

      20/11/2015, 01:09 - Veinticuatro: Jaja En q andas??

      20/11/2015, 01:13 - RUGE: Acá terminando algunas cosas

      20/11/2015, 01:13 - RUGE: Vos

      20/11/2015, 01:14 - Veinticuatro: Llegue de ensayar hace unos minutos

      20/11/2015, 01:14 - Veinticuatro: Querés q nos veamos un rato?

      20/11/2015, 01:15 - RUGE: Pero tiene q ser un rato nada mas

      20/11/2015, 01:15 - RUGE: Xq mañana me levanto re temprano

      20/11/2015, 01:15 - Veinticuatro: Dale

      20/11/2015, 01:18 - Veinticuatro: Salgo

      20/11/2015, 01:18 - Veinticuatro: En 3

      20/11/2015, 01:19 - RUGE: Ok

      20/11/2015, 01:22 - Veinticuatro: A 2 cuadras

      Vino en menos de lo que tarda un rayo en quemar la tierra si la toca. Tenía tanta necesidad de amor después de Happn2… La pasamos bien; se fue rápido.

      Dos Happns en menos de dos horas treinta minutos.

      ¿Y qué? Está pasando.

      7

      Es bastante probable que haya intentado suicidarme. Estoy tirada en la mitad de una bicisenda. Me sangran la pera y las manos, y varios raspones arden en mis rodillas. Cinco desconocidos me rodean preocupados.

      —No creo que se haya fracturado nada –le escucho decir a uno. Su cara aparece y desaparece, alumbrada por los focos de los autos que cruzan la bocacalle y aminoran la marcha para contemplar mi pequeña tragedia.

      —¿Decís que la levantemos? –pregunta otra voz, en la oscuridad.

      Le ordeno acciones a mi cuerpo, pero no logro mover más que un dedo. Lo estiro inútilmente e intento alcanzar mi celular que parpadea a pocos metros, en la vereda.

      —Es mejor que no te muevas –dice una voz, y una mano acaricia mi cabeza–. ¿Necesitás avisar a alguien?

      —¿Qué quiere? ¿Seguir jodiendo con el celular? –gritan a un costado.

      Parece que pedaleaba con la vista y los dedos concentrados en el teléfono. Así me explican, cuando acuerdan entre todos sentarme en el cordón y darme agua para que me recomponga. Rodeada por un círculo de piernas, empiezo a recordar. Iba en bici, volvía de unas cervezas con Mechi y Juli. Un tanto alcoholizada y triste. En cada esquina aprovechaba los semáforos para dar corazones indiscriminadamente a los Happns que levantaba con el celular.

      —Es un peligro lo que hiciste –gritan.

      —Te vi de atrás. Nunca frenaste.

      —Yo también, te podrías haber matado.

      —Ni siquiera amagaste a volantear.

      Voces. Que no entienden que buscar a Happn3 se está poniendo complicado. Abundan los “CEO and FOUNDER”, los “Socio y gerente”, los “Owner en”. Los publicistas, los músicos, los freelancers, los idiotas.

      Están los que intentan el enganche con una foto que da aventura, deporte extremo, aire libre. Los que se inclinan por la selfie sexy. ¿Cómo una selfie puede resultar sexy con el fuera de campo que supone? No hay nada más triste que imaginar las mil quinientas fotos que vinieron antes –y después– de la elegida; las tres mil doscientas posturas y contorsiones, el celular recalentando, la memoria estallando. Los que simplemente van por algo más misterioso donde no se les adivine la cara. Y los que prefieren el camuflaje de la foto grupal.

      Yo los amo a todos. Durante esta búsqueda descubrí un patrón, una regla y un regalo.

      Patrón: serán Happns aquellos a los que en menos de cuarenta y ocho horas de empezar a hablar agendo con un apodo. Por el momento, dos. El resto son algo así como Hppn / Hp / Happnnn / Hpn / Happen. O solo números. Y me los confundo. Hablan de más y se complica; quieren saber y se complica. Dejo de contestarles СКАЧАТЬ