Narrativas de la historia en el audiovisual colombiano. Isabel Restrepo
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СКАЧАТЬ simbólica recurriendo a la ficción histórica. Presentada en uno de los intertítulos como “cine-novela para defender del olvido un precioso episodio de la historia contemporánea que hubo la fortuna de ser piedra inicial contra UNO que despedazó nuestro escudo y abatió nuestras águilas”, Garras de oro celebra la derrota de Theodore Roosevelt, en el juicio que emprendió contra el periódico The New York World, como un acontecimiento revelador de la veracidad de las acusaciones contra el presidente norteamericano por su injerencia en Panamá, así como del sentido de justicia de los ciudadanos norteamericanos representados en la prensa de ese país que, siendo solidaria con los reclamos colombianos, ejecutó la “venganza de la hormiga contra el elefante”, demostrando que el calumniador no era otro que el mismo que le acusaba de calumnia. Aunque el presidente norteamericano no fue declarado culpable en el juicio contra The World, en la película se asume que las pruebas presentadas por ese periódico, para defenderse de la acusación de calumnia, son igualmente válidas para demostrar la culpabilidad de Roosevelt, en tanto avalan y respaldan la versión de la historia en la que se sustentaban los reclamos colombianos.

      El argumento de la película se inspira en la querella entre Roosevelt y The New York World, con algunas variaciones que remiten a la investigación llevada a cabo por el Senado norteamericano, en atención a los reclamos del Estado colombiano sobre la violación del Tratado de 1846 por parte de Theodore Roosevelt. Este último es presentado como el villano de la película, cuyo argumento principal gira en torno a un editorial de un periódico norteamericano –The World–, en el cual se le acusa de haber intervenido en la separación de Panamá, violando con esto el Tratado de 1846:

      Resulta bastante significativa la variación que la película opera con respecto a la versión de la historia difundida en el editorial de The New York Word, el cual no se centró en denunciar la violación del Tratado de 1846, tal como lo plantea la película, sino en demostrar la corrupción en la compra y venta del canal, que es omitida en el film. Al sustituir el asunto de corrupción que produjo la demanda contra Joseph Pulitzer, y poner en el centro de las acusaciones de The World el problema de la violación del Tratado de 1846, la película elabora una selección que hace énfasis en los reclamos colombianos que, aunque no fueron llevados ni al tribunal de La Haya, ni al juicio contra The New York World, sí fueron discutidos en la investigación que el representante Rainey adelantó en el Senado norteamericano, utilizando las mismas pruebas que The World presentó para su defensa. Estas variaciones que opera la película con respecto a la querella entre Roosevelt y The New York World, que revelan la presencia de referencias intertextuales mediante las cuales la investigación del caso Pulitzer resulta intercambiable con la investigación de Rainey, dan cuenta de que la película asume una comprensión de la historia que no se interesa tanto por la reconstrucción fiel de los acontecimientos, sino por transmitir su importancia y trascendencia. La fusión de los dos casos es entonces indicativa del impacto que ambos tuvieron en Colombia, contribuyendo a la elaboración de un punto de vista que se interesa por destacar la manera en que las reivindicaciones colombianas si bien fueron parcialmente negadas por el Congreso norteamericano, fueron asumidas por un sector de la ciudadanía de ese país que fue percibido en Colombia como solidario con su causa, desde una perspectiva que encontraba legitimidad para el discurso propio en el reconocimiento que los otros hicieran de este.

      De ahí que no resulte extraño el homenaje que la película realiza a la prensa norteamericana que cuestionó a Roosevelt y triunfó sobre él, beneficiando las aspiraciones colombianas. Haciendo eco de afirmaciones compartidas por la prensa nacional, la película presenta al enemigo norteamericano como “UNO que despedazó nuestro escudo”, refiriéndose explícitamente a Roosevelt, mientras que otros norteamericanos, como Paterson y Moore, son presentados como los amigos que hacen justicia a la causa colombiana. La percepción de una cierta solidaridad de los norteamericanos que se expresa a través del editorial de The World que presenta la película, se expresa también en la subtrama que implica una historia de amor entre Berta, ciudadana colombiana residente en Estados Unidos, y Paterson, espía del gobierno norteamericano quien, tras convertirse a la causa colombiana, trabaja para The World buscando al mismo tiempo hacer justicia para el periódico y para la patria de su amada. Sin embargo, la relación entre Berta y Paterson, rota por una infidelidad de él, puede leerse también como una metáfora de la reconciliación entre Estados Unidos y Colombia, en la que sobresale la sumisión de esta última, quien finalmente perdona y olvida la traición de su amado.