Название: Narrativas de la historia en el audiovisual colombiano
Автор: Isabel Restrepo
Издательство: Bookwire
Жанр: Документальная литература
Серия: FCSH Investigación
isbn: 9789585526617
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Versiones y controversias sobre la separación de Panamá
Historiadores panameños han denominado “leyenda blanca” a las interpretaciones que, como la de Federico Boyd, hicieron énfasis en que “la independencia la llevaron a cabo los panameños únicamente con sus propios recursos, con sus propios elementos, sin ayuda material de extraños, ya fuese pecuniaria o de otra clase, ideada y preparada exclusivamente por sus hijos”.9 Esta versión, que apuntaba a construir una nueva identidad nacional para la nueva República, buscaba los antecedentes de la separación en los movimientos de 1830 y 1840, apelando con ello a un descontento histórico de los panameños con el Estado colombiano, que se había exacerbado tras la negativa del Congreso a aprobar el Tratado Herrán-Hay para la construcción del canal interoceánico. De acuerdo con la “leyenda blanca”, Colombia era el principal responsable de la secesión, pues, en lugar de atender “las legítimas aspiraciones que humilde y constantemente manifestaban los panameños, los trataba como a miserables colonos del siglo XVIII”.10 Esta postura, esgrimida por los próceres panameños y que hacía énfasis en su protagonismo, se oponía a otras versiones que, desde perspectivas disímiles, hacían más o menos énfasis en la intervención de Estados Unidos en la separación de Panamá. Mientras que la “versión ecléctica” del nacionalismo panameño explicaba la separación como “una conjunción casual de intereses entre panameños y norteamericanos”, aceptando que hubo apoyo norteamericano para la secesión, pero insistiendo en que fueron los panameños quienes tomaron la iniciativa independentista. El mismo Theodore Roosevelt aceptó públicamente que tomó Panamá (“I Took the Isthmus”), y lo justificó argumentando que Colombia era un Estado anárquico, gobernado por políticos bandidos que impedían trabajar por el mundo civilizado.11 Las declaraciones de Roosevelt alimentaron las críticas adversas a la separación de Panamá y a la política imperialista del presidente norteamericano, tanto en Estados Unidos como en Colombia, configurando lo que se conoce como “leyenda negra”, corriente que sostiene que el movimiento separatista panameño y el surgimiento de la nueva República se debieron primordialmente a la intervención directa de Estados Unidos.12
La prensa norteamericana de oposición a Roosevelt, durante la campaña presidencial de 1908, difundió la versión de un complot financiero que denunciaba la participación de Theodore Roosevelt en el movimiento separatista, en contubernio con un grupo de financistas de Nueva York, quienes habrían especulado con la compra de las acciones de la Nueva Compañía del Canal francés. De acuerdo con esta versión, popularizada tras la demanda por difamación que Roosevelt puso en 1908 contra Joseph Pulitzer, director del periódico The New York World, el presidente de los Estados Unidos no solo habría intervenido en la separación de Panamá para conseguir un tratado favorable a la construcción norteamericana del canal, sino también para favorecer intereses económicos de un círculo cercano a él y a su exministro de guerra William Taft, por entonces candidato a la presidencia como sucesor de Roosevelt por el Partido Republicano. Una versión del caso Pulitzer, que fue bastante conocida en Colombia, aparece en el libro Historias de Panamá, publicado por el hijo del expresidente Lorenzo Marroquín, en el que cuenta:
En diciembre de 1908 el presidente Roosevelt, en un mensaje al Congreso, hizo cargos de insulto, difamación y calumnia al periódico americano The World, por afirmaciones hechas en artículos referentes a la compra de la zona del canal de Panamá. Acusado luego por calumnia, judicialmente, al director del mencionado diario, el cual, para defenderse […] envió al territorio colombiano y a Bogotá agentes suyos, a fin de que hicieran investigación y recogieran toda clase de testimonios, indicios y documentos. […] descubrieron documentos interesantes, tales como las claves secretas de la Legación americana en Bogotá, y de los revolucionarios separatistas, así como parte de su correspondencia.13
El juicio por difamación del que resultó absuelto Pulitzer, tras una exitosa campaña a favor de la libertad de expresión secundada por otros diarios norteamericanos, no produjo ninguna condena contra el presidente norteamericano, pero redundó en la investigación que el representante Henry Rainey promovió contra él en el Congreso de Estados Unidos por la violación del Tratado de 1846. Ambos casos aparecen relacionados en una noticia en la que el periódico El Tiempo informaba que “un telegrama de nuestro corresponsal en Washington, comunica que varios diputados demócratas aseguran que el representante por Illinois, sr Henry Rainey, va a tratar, secundado por el New York World, de ir a fondo en el asunto de la toma de Panamá, por el gobierno de Roosevelt”.14 Según la transcripción de El Tiempo, “Rainey dijo que The World le había generosamente ofrecido poner a su disposición los comprobantes y documentos recogidos por él, en que consta que Roosevelt fomentó la revolución de Panamá, con el propósito de apoderarse del istmo”.15 La redacción de El Tiempo afirmaba que Rainey había dicho que probaría que “el gobierno (norteamericano) deliberadamente violó el Tratado de 1846 con la República de Colombia, y que de la revolución de 1902 resultó la independencia de Panamá, preparada por los Estados Unidos y los empleados del gobierno”.16
Efectivamente, luego de que Roosevelt reconociera en público que había tomado Panamá sin el consentimiento del Congreso norteamericano, Rainey consiguió abrir un debate en la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara para estudiar si el presidente había violado las leyes de ese país y el Tratado de 1846. El Gobierno colombiano había protestado por la violación del Tratado Mallarino-Bidlack a través del ministro de Relaciones Exteriores, Luis Carlos Rico, una vez se conoció la ratificación de la República de Panamá por parte de Estados Unidos.17 Así mismo, luego de que Roosevelt anunciara que no permitiría ninguna intervención militar de Colombia en Panamá, Rafael Reyes envió al Secretario de Estado norteamericano un “Memorial de Agravios”, que hacía énfasis en la violación del Tratado de 1846 y proponía dirimir el asunto en el Tribunal de Arbitramiento de La Haya.18
Las protestas de Colombia cuestionaban la intervención norteamericana, resaltando el hecho de que la marina de Estados Unidos no permitió que las tropas colombianas hicieran frente a la revuelta y que el presidente Roosevelt ratificó la República de Panamá apenas tres días después de haber sido proclamada, violando con esto el artículo 35 del Tratado de 1846, por medio del cual se había comprometido a defender los derechos de soberanía y propiedad de la Nueva Granada sobre el istmo de Panamá.19 Lejos de aceptar que la intervención de Estados Unidos en Panamá era violatoria del Tratado de 1846, Roosevelt apelaba a este mismo para justificar su actuación, aduciendo que con ella garantizaba el libre tránsito entre los dos mares, además de argumentar que la presencia de naves norteamericanas en Colón, que impidieron la reacción de Colombia ante la revuelta panameña, daba estricto cumplimiento al tratado celebrado en 1846, en tanto impedía que se efectuaran combates en los puertos y la vía interoceánica que paralizaran el tránsito por el istmo.СКАЧАТЬ