Название: Bitcoin, Blockchain y tokenización para inquietos
Автор: Miguel Caballero
Издательство: Bookwire
Жанр: Социология
isbn: 9788468543215
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Apple, por ejemplo, cada pocos años lanza un nuevo producto más caro que el anterior: cualquier cliente de Apple sabe que está retenido y que cada ciclo gasta más dinero en la compañía. Amazon lanza nuevos servicios continuamente. Facebook compra toda las aplicaciones que destacan para que termines usando su propio universo, sin salir de él. Cualquier empresa tiene como objetivo ganar cada vez más, ya que el accionista es insaciable.
Una organización descentralizada no tiene esa necesidad, pues no tiene accionistas a los que reportar que exijan cada vez más rendimientos a su consejo de administración. Si a esto le unimos que sus propios clientes pueden ser los usuarios del token, una parte del valor que generan a través de la organización retorna a ellos, por lo que se trata de modelos mucho más eficientes y sostenibles en el largo plazo.
Conclusiones de la descentralización
Los fenómenos de descentralización han acompañado desde siempre al ser humano, pero es ahora, con la consolidación de la tecnología Blockchain, cuando empiezan a nacer las primeras organizaciones descentralizadas. Con un sistema descentralizado basado en Blockchain provocamos un cambio de paradigma mental que podemos resumir en dos puntos:
• Prescindimos de intermediarios para generar confianza entre las partes (ya sean emperadores, monjes, sacerdotes o bancos centrales), agregando más valor.
• Confiamos en las matemáticas y en la criptografía como medios y pruebas irrefutables de generación de dicha confianza.
Es decir, eliminamos los intermediarios cuyo único valor venía por dar fe de ciertas cosas, y utilizamos una tecnología en forma de red (Blockchain) como herramienta que garantiza o da fe de dichos intercambios.
En capítulos posteriores estudiaremos diferentes blockchains y comprobaremos cómo el grado de descentralización varía mucho entre ellas, siendo Bitcoin la blockchain por excelencia más descentralizada.
Una vez que hemos entendido el valor que aporta la descentralización a las organizaciones, es el momento de introducir conceptos de criptografía y filosofía e historia anarcocapitalista, que evolucionó y desembocó años después en el nacimiento de Bitcoin. Estudiemos el pasado llegar a comprender el presente y el futuro que se avecina.
3. Criptografía, hacktivismo y ciberpunks
La criptografía ha estado siempre unida a las comunicaciones entre los seres humanos por la necesidad de tener intimidad o seguridad en nuestras conversaciones. No todo lo que decimos nos gusta que sea público. La privacidad ha existido desde siempre. Sin intentar proporcionar una definición técnica o matemática avanzada, quedémonos con que la criptografía3 es la ciencia que estudia el cifrado de mensajes.
Unas de las primeras comunicaciones encriptadas conocidas ocurrieron durante el Imperio Romano hace más de 2000 años, en la época de Julio César. Todos tenemos en la retina la imagen de un soldado romano a caballo, a toda velocidad y llevando un pergamino enrollado y sellado con cera. El sistema de cifrado que utilizaban en aquella época era muy rudimentario y consistía básicamente en un cifrado por clave única: es decir, origen y destino conocían la combinación de caracteres necesaria para que, una vez reordenados, la carta tuviera sentido. Por ejemplo, si el cifrado era «2n-1», cada letra contenida en el pergamino (encriptada) tenía una correspondiente letra en latín (desencriptada) que equivalía a la misma posición del abecedario multiplicándola por dos y restando una posición; la B se traducía a C, la C a H y así sucesivamente. Desencriptar este sistema es pan comido con la tecnología actual, pero en aquella época resultaba sumamente complicado si no se conocía la correspondiente «ecuación» o clave criptográfica.
Quizás el caso reciente más conocido de uso de encriptación a gran escala fue el de la máquina alemana Enigma durante la Segunda Guerra Mundial. Un equipo de matemáticos ingleses, capitaneados por Alan Turing, fue capaz, por fuerza bruta4, de desencriptar los mensajes que enviaban los nazis entre máquinas Enigma. El hecho de poseer información del enemigo en tiempo real les dio una ventaja estratégica hasta el final de la guerra. Hay un dicho que dice algo parecido a «los aliados ganaron la guerra por la fuerza de los rusos, el dinero de los norteamericanos y la inteligencia de los británicos». Es decir, la desencriptación de la máquina Enigma por parte de los aliados fue un factor decisivo para alcanzar el final de la Segunda Guerra Mundial. Por lo tanto, podríamos asegurar que la criptografía jugó un papel decisivo en la contienda.
Al acabar la Segunda Guerra Mundial el gobierno de los Estados Unidos se percató de la importancia que tenía la criptografía en la sociedad y la trató como una cuestión de estado. Se creó la NSA y se prohibió estudiar criptografía en las universidades durante décadas, siendo los entornos gubernamentales los únicos lugares para poder formarse en esta disciplina. No fue hasta mediados de los 70 cuando un juez de EE. UU. declaró la criptografía como un derecho básico del ser humano y se pudo volver a publicar libros y a enseñar en el sistema educativo convencional. Durante estos años aparecen grandes matemáticos y se producen los avances más significativos en cuanto a la generación de algoritmos de cifrado, como la criptografía de clave pública (las firmas digitales) y los conocidos árboles de Merkle, que tienen una aplicación práctica y directa en Bitcoin (como veremos en el capítulo 8).
Durante los años 70 se produjeron también grandes avances en criptografía. Quizás el año más significativo fue 1977, cuando Ron Rivest, Adi Shamir y Leonard Adleman diseñaron el Algoritmo RSA (con sus iniciales: Rivest, Shamir, Adleman). Este algoritmo es utilizado hoy en día por todos nosotros, ya que dio origen a los cifrados de clave pública donde los usuarios tenemos dos claves: una pública y otra privada. La encriptación asociada a Blockchain utiliza esta tipología de cifrado. Como curiosidad, cuando publicaron el algoritmo, abrieron una «competición» en la revista Scientific American en la que anunciaron que obsequiarían con cien dólares a quien consiguiera romper el cifrado. Nadie lo hizo.
Avanzamos. La década de los 80 está marcada por movimientos hacktivistas, es cuando aparece la figura del hacker. A diferencia de otras evoluciones culturales, es curioso cómo los matemáticos que durante los 60 y 70 trabajaron en criptografía fueron durante los 80 los principales precursores del movimiento hacker. Pero antes de continuar analicemos el origen y significado de la palabra hacker.
Podríamos definir un hack como «un conjunto de hazañas impregnadas de innovación, estilo y virtuosismo técnico». Es decir, un hack es algo bueno. Por lo que un hacker es alguien que hace cosas buenas. Un hacker es un programador que encuentra errores en los sistemas o caminos alternativos y creativos para llegar al mismo destino. Un hacker no tiene ningún ánimo vengativo ni destructivo desde la perspectiva técnica, simplemente es alguien con ideas brillantes y con ganas de compartirlas con el mundo. Por esta razón, los hackers son los primeros en reportar las vulnerabilidades que encuentran en los sistemas, para que se solucionen.
La figura del hacker ha estado denostada por parte de la prensa generalista y la han asociado a un delincuente informático. No debemos caer en el error y confundir un hacker con un delincuente o terrorista informático. Quizás el libro más conocido que recopila los movimientos hacktivistas sea La conciencia de un hacker (1986), de Loyd Blanckendhip, con su famosa frase «sí, soy un criminal. Mi crimen es la curiosidad».
¿Y qué ética sigue un hacker? podríamos resumirla en los siguientes puntos:
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