Название: Una Vez Acechado
Автор: Блейк Пирс
Издательство: Lukeman Literary Management Ltd
Жанр: Современные детективы
Серия: Un Misterio de Riley Paige
isbn: 9781640298682
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Se sentía sorprendentemente pesada.
“Qué extraño”, pensó Riley. “Las otras no se sintieron así”.
Había recibido otros tres premios anteriormente, el Escudo de la Valentía y medallas de valor y logro meritorio.
Pero esta se sentía más pesada... y diferente.
Se sentía casi mal de alguna manera.
Riley no estaba segura del por qué.
El director del FBI le dio unas palmaditas en el hombro y se rio un poco.
Le dijo a Riley en un susurro...
“Algo más para añadir a tu colección, ¿cierto?”.
Riley se rio con nerviosismo y estrechó la mano del director.
Las personas en el auditorio comenzaron a aplaudir.
De nuevo con una sonrisa y en un casi susurro, el director Milner le dijo: “Es hora de enfrentar tu público”.
Riley se dio la vuelta y se sintió abrumada por lo que vio.
Había más gente en el auditorio de lo que creía. Y todos los rostros eran conocidos, amigos, familiares, compañeros de trabajo y personas que había ayudado o salvado en el cumplimiento de su deber.
Todos estaban de pie, sonriendo y aplaudiendo.
Riley sintió un nudo en la garganta y lágrimas se formaron en sus ojos.
“Todos ellos creen en mí”.
Se sentía agradecida y humillada, pero también culpable.
¿Qué pensarían estas mismas personas de ella si supieran todos sus secretos más oscuros?
No sabían nada acerca de su relación actual con un asesino salvaje pero brillante que se había escapado de Sing Sing. Desde luego no sospechaban que el criminal la había ayudado a resolver varios casos. Y no había forma de que supieran lo irremediablemente entrelazada que estaba la vida de Riley con la de Shane Hatcher.
Riley casi se estremeció ante la idea.
No era de extrañar que esta medalla se sentía más pesada que las otras.
“No, no me merezco esto”, pensó Riley.
Pero ¿qué podía hacer? ¿Darse la vuelta y regresársela al director Milner?
En su lugar, se las arregló para sonreír y pronunciar unas palabras de agradecimiento. Luego bajó del escenario con cuidado.
*
Unos momentos más tarde, Riley estaba en una sala grande y llena de personas con refrescos en las manos. Parecía que la mayoría de las personas que habían estado en el auditorio estaban aquí. Ella era el centro de un remolino de actividad mientras todos tomaron turnos felicitándola. Estaba agradecida por la presencia estabilizadora del director Milner, quien estaba parado a su lado.
Los primeros en felicitarla fueron sus colegas, otros agentes de campo, especialistas, administradores y trabajadores de oficina.
La mayoría de ellos estaban visiblemente felices por ella. Por ejemplo, Sam Flores, la cabeza del equipo de análisis técnico de Quántico, subió un pulgar y le dio una sonrisa sincera antes de seguir adelante.
Pero Riley tenía algunos enemigos, y ellos estaban aquí también. La más joven era Emily Creighton, una agente bastante inexperta que se creía la rival de Riley. Riley le llamó la atención luego de cometer un error de novata hace unos meses y Creighton le guardó rencor desde entonces.
Cuando llegó el turno de Creighton de felicitar a Riley, la agente más joven forzó una sonrisa a través de dientes apretados, le dio la mano, murmuró “Felicidades” y se alejó.
Otros colegas la felicitaron antes de que agente especial encargado Carl Walder dio un paso hacia Riley. Infantil tanto en apariencia como en comportamiento, Walder era la personificación absoluta de un burócrata en los ojos de Riley. Siempre estaban en desacuerdo. De hecho, la había suspendido e incluso despedido en varias ocasiones.
Pero en este momento su expresión de buena voluntad la tenía muy entretenida. Con el director Milner parado a su lado, Walder no se atrevió a mostrar nada más que respeto fingido.
Su mano estaba húmeda y fría cuando estrechó la suya y vio gotas de sudor en su frente.
“Una distinción bien merecida, agente Paige”, dijo con una voz temblorosa. “Estamos honrados de tenerte en la fuerza”.
Luego Walder estrechó la mano del director del FBI.
“Nos alegra que esté aquí, director Milner”, dijo Walder.
“Es un placer”, dijo el director Milner.
Riley observó el rostro del director. ¿Notó una pequeña sonrisa de superioridad mientras estrechó la mano de Walder? No podía estar segura. Pero sabía que Walder no inspiraba mucho respeto en el FBI, ni en sus subordinados, ni en sus superiores.
Luego de que todos los colegas de Quántico terminaron de felicitarla, la próxima ola de personas despertó emociones poderosas. Eran personas que había conocido en el cumplimiento de su deber, familiares de víctimas de asesinato o personas que había salvado. Riley no había esperado que estuvieran aquí, sobre todo no un grupo tan grande de ellas.
La primera persona fue un hombre frágil de edad avanzada que había rescatado de una envenenadora loca en enero. Tomó la mano de Riley en las suyas y dijo con lágrimas en los ojos: “Gracias, gracias, gracias” una y otra vez.
Riley no pudo evitar llorar.
Luego fueron Lester y Eunice Pennington y su hija adolescente, Tiffany. En febrero, la hermana mayor de Tiffany, Lois, había sido asesinada por un joven enfermo. Riley no había visto a los Pennington desde que había resuelto su caso. Riley no podía creer que estaban aquí. Los recordaba angustiados y afligidos. Pero estaban sonriendo a través de sus lágrimas, felices por Riley y agradecidos por la justicia que les había dado.
Mientras Riley intercambió apretones de manos emocionales con ellos, se preguntó cuánto más de esto podría aguantar sin huir de la sala en lágrimas.
Finalmente llegó Paula Steen, la madre anciana de una chica que había sido asesinada hace veinticinco años en el caso por el que Riley estaba siendo condecorada hoy.
Riley se sintió verdaderamente abrumada.
Ella y Paula habían estado en contacto desde hace muchos años, hablando por teléfono todos los aniversarios de la muerte de su hija.
La presencia de Paula aquí hoy tomó a Riley por sorpresa.
Tomó las manos de Paula, tratando de no romper en llanto.
“Paula, gracias por venir”, logró balbucear través de las СКАЧАТЬ