Una Vez Atrapado . Блейк Пирс
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      Riley contuvo un suspiro. Cada vez se sentía menos y menos segura. Ella esperaba que Jilly no se estuviera sintiendo igual.

      Kaul luego discutió lo que el grupo debía esperar en la audiencia. Bonnie y Arnold Flaxman declararían sobre su propia experiencia con Jilly. Hablarían de lo mucho que la chica necesitaba un entorno familiar estable, el cual jamás podría tener con su padre.

      Kaul dijo que había querido que el hermano mayor de Jilly declarara, pero que no lo había podido localizar.

      Riley tenía que declarar sobre la vida que era capaz de brindarle a Jilly. Había llegado a Phoenix armada con todo tipo de documentación para respaldar su declaración, incluyendo información financiera.

      Kaul dio unos golpecitos con el lápiz y añadió: —Jilly, tú no tienes que testificar…

      Jilly interrumpió: —Quiero hacerlo. Voy a hacerlo.

      Kaul parecía un poco sorprendido por la determinación en la voz de Jilly. Riley deseaba que el abogado pareciera tan decidido como Jilly.

      —Bueno —dijo Kaul—, ya está decidido.

      Cuando terminó la reunión, Brenda, Kaul y los Flaxman se fueron juntos. Riley y Jilly fueron a alquilar un auto y luego se dirigieron a un hotel cercano y reservaron una habitación.

      *

      Una vez que estaban instaladas en su habitación de hotel, Riley y Jilly pidieron una pizza. La televisión estaba trasmitiendo una película que ambas ya habían visto, así que no le prestaron mucha atención. Para el alivio de Riley, Jilly no parecía nada ansiosa ahora. Charlaron gratamente sobre pequeñeces como el próximo año escolar, ropa y zapatos y las celebridades en las noticias.

      A Riley le resultó difícil creer que Jilly había estado en su vida por tan poco tiempo. Las cosas parecían tan naturales y fáciles entre ellas.

      «Como si ha sido mi hija desde siempre», pensó Riley. Se dio cuenta de que así exactamente se sentía, lo cual la puso un poco ansiosa.

      ¿Todo terminaría mañana?

      Riley no pudo obligarse a siquiera considerar cómo se sentiría si eso pasaba.

      Casi habían terminado su pizza cuando fueron interrumpidas por una notificación ruidosa del portátil de Riley.

      —¡Esa debe ser April! —dijo Jilly—. Prometió que me haría una videollamada.

      Riley sonrió y dejó a Jilly atender la llamada de su hija mayor. Riley escuchó desde el otro lado de la habitación mientras las dos chicas charlaban como las hermanas en las que se habían convertido.

      Cuando las chicas terminaron de hablar, Riley se sentó en la portátil para hablar con April mientras que Jilly se acostó en la cama para ver televisión. April parecía seria y preocupada.

      Ella preguntó: —¿Cómo crees que saldrá todo?

      Mirando hacia el otro lado de la habitación, Riley vio que Jilly parecía bastante interesada en la película. Riley no creía que estaba escuchando lo que ella y April estaban hablando, pero igual decidió tener cuidado con lo que decía.

      —Ya veremos —dijo Riley.

      April dijo en voz baja para que Jilly no oyera: —Te ves preocupada, mamá.

      —Supongo que sí —dijo Riley, también en voz baja.

      —Puedes hacerlo, mamá. Sé que puedes.

      Riley tragó grueso y dijo: —Eso espero.

      Aún en voz baja, la voz de April tembló de emoción: —No podemos perderla, mamá. No puede volver a su antigua vida.

      —Lo sé —dijo Riley—. No te preocupes.

      Riley y April se miraron en silencio durante unos momentos. Riley de repente se sintió profundamente conmovida por lo madura que su hija de quince años de edad parecía en este momento.

      «Está creciendo», pensó Riley con orgullo.

      April finalmente dijo: —Adiós, mamá. Llámame tan pronto tengas noticias.

      —Sí, eso haré —dijo Riley.

      Finalizó la videollamada y regresó a la cama con Jilly. El teléfono sonó a pocos minutos de terminarse la película. Riley sintió otra oleada de preocupación.

      Las llamadas telefónicas que había recibido últimamente no habían traído buenas noticias.

      Ella cogió el teléfono y escuchó la voz de una mujer: —Agente Paige, estoy llamando de la centralita de Quantico. Acabamos de recibir una llamada de una mujer en Atlanta y… bueno, no estoy segura de cómo manejar esto, pero quiere hablar directamente con usted.

      —¿Atlanta? —preguntó Riley—. ¿Quién es?

      —Su nombre es Morgan Farrell.

      Riley sintió un escalofrío recorrer su cuerpo.

      Recordaba a la mujer de un caso en el que había trabajado en febrero. El esposo adinerado de Morgan, Andrew, había sido un sospechoso en un caso de asesinato. Riley y su compañero, Bill Jeffreys, habían entrevistado a Andrew Farrell en su casa y habían determinado que él no era el asesino que estaban buscando. Sin embargo, Riley había detectado señales de que estaba abusando de su esposa.

      Había logrado entregarle a Morgan una tarjeta del FBI en silencio, pero nunca se había comunicado con Riley.

      «Supongo que por fin quiere ayuda», pensó Riley, imaginando la mujer delgada, elegante y tímida que había visto en la mansión de Andrew Farrell.

      Pero Riley se preguntó qué podría hacer por ella en estos momentos, dadas las circunstancias personales en las que se encontraba.

      De hecho, lo último que Riley necesitaba en este momento era otro problema que resolver.

      La operadora en espera preguntó: —¿Quiere que comunique la llamada?

      Riley vaciló un segundo y luego dijo: —Sí, por favor.

      Después de un momento, oyó el sonido de la voz de una mujer: —Hola, ¿habla la agente especial Riley Paige?

      Ahora recordaba que Morgan no le había dicho ni una sola palabra durante su visita a su casa. Había parecido demasiado aterrada de su esposo como para siquiera hablar.

      Pero ahora no sonaba aterrada. De hecho, sonaba muy feliz.

      «¿Esta es solo una llamada social?», se preguntó Riley.

      —Sí, habla Riley Paige —dijo Riley.

      —Bueno, le debía una llamada. Fue muy amable conmigo cuando visitó nuestra casa, y me dejó su tarjeta, y pareció estar realmente preocupada por mí. Solo quería hacerle saber que ya no tiene que preocuparse por mí. Todo va a estar bien ahora.

      Riley respiró más tranquila СКАЧАТЬ