Название: Al lado
Автор: Блейк Пирс
Издательство: Lukeman Literary Management Ltd
Жанр: Современные детективы
Серия: Un misterio psicológico de suspenso de Chloe Fine
isbn: 9781640296046
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«¿Realmente no ha crecido en absoluto?», se preguntó Chloe.
Cuando Danielle abrió la puerta, Chloe vio que no… no había crecido nada. O, más bien, que no había envejecido en términos de apariencia.
Las hermanas se miraron por un período de dos segundos antes de finalmente acercarse para abrazarse. Chloe vio que Danielle todavía se teñía el cabello de negro. También seguía teniendo el piercing en su labio, el cual sobresalía de la esquina izquierda de su boca. Sus ojos estaban delineados y estaba vestida con una camiseta de la banda Bauhaus y jeans rasgados.
—Chloe —dijo Danielle, sonriendo un poco—. ¿Cómo has estado?
Era como si se hubieran visto justo el día anterior. Sin embargo, ese saludo la había sorprendido, ya que Chloe no había esperado ningún sentimentalismo de su hermana.
Chloe entró en el apartamento y, sin preocuparse mucho de cómo Danielle lo tomaría, le dio otro abrazo. Llevaban un poco más de un año sin verse, y aproximadamente tres sin abrazarse de esta forma. Algo sobre el hecho de que ahora vivían en la misma ciudad parecía haberlas unido un poco. Era algo que Chloe podía sentir, algo que sabía que no necesitaba ser vocalizado.
Danielle le devolvió el abrazo, aunque no con tanto entusiasmo, y le preguntó: —Así que… ¿cómo estás?
—Estoy bien —dijo Chloe—. Sé que debí haberte llamado antes de venir, pero… no sé. Temía que te inventarías una excusa para que no viniera.
—Sí, tal vez tienes razón —admitió Danielle—. Pero ahora que estás aquí, adelante. Perdón por el desorden. Bueno, en realidad no debería pedirte perdón. Ya sabes que siempre he sido desordenada.
Chloe se echó a reír y, cuando entró en el apartamento, le sorprendió encontrar el lugar relativamente ordenado. La zona de estar no tenía muchos muebles, solo un sofá, TV y estante para TV, una mesa de centro y una lámpara. Chloe sabía que el resto del apartamento sería igual. Danielle era el tipo de persona que vivía con solo lo necesario. La excepción, si es que no había cambiado nada desde su adolescencia (y parecía que no), era con la música y los libros. Eso hizo a Chloe sentirse un poco culpable por la casa grande que recientemente había comprado con Steven.
—¿Quieres que prepare café? —preguntó Danielle.
—Sí, muchas gracias.
Entraron en la cocina, la cual también solo tenía artículos de primera necesidad. La mesa obviamente había sido comprada en una venta de garaje. Se veía un poco mejor por un mantel que Danielle le había colocado encima. La mesa tenía dos sillas, una a cada lado.
—¿Estás aquí para obligarme a ir a la fiesta de la cuadra? —preguntó Danielle.
—No, para nada —dijo Chloe—. Estaba en mis pasantías hoy y fui a una escena del crimen que… bueno, me hizo recordar todo.
—Qué mal.
Hubo un momento de silencio incómodo entre ellas mientras Danielle preparaba el café. Chloe vio a su hermana moverse por la cocina, un poco espantada por lo poco que había cambiado. Sentía que estaba viendo a la misma chica de diecisiete años de edad que se había ido de casa con la esperanza de comenzar una banda, a pesar de los deseos sus abuelos. Se veía demasiado igual, hasta su expresión adormecida.
—¿Has oído algo sobre papá? —preguntó Chloe.
Danielle solo negó con la cabeza. —Supuse que tú te enterarías de algo debido a tu trabajo. Si es que hay algo de qué enterarse.
—Dejé de buscar hace un tiempo.
—Salud por eso —dijo Danielle, tapándose la boca ya que estaba bostezando.
—Te ves cansada —dijo Chloe.
—Lo estoy. Pero no es que tengo sueño. El médico me tenía tomando un estabilizador del ánimo. Me jode el sueño. Y cuando eres una barman que no suele llegar a casa hasta después de las tres de la mañana, lo último que necesitas es un medicamento que te jode el sueño.
—Dijiste que el médico te tenía tomando ese medicamento. ¿Ya no te lo estás tomando?
—No. Me estaba jodiendo el sueño, el apetito y mi libido. Desde que lo dejé de tomar, me siento mucho mejor… pero cansada todo el tiempo.
—¿Por qué te lo prescribieron en primer lugar? —preguntó Chloe.
—Para poder aguantar a mi hermana entrometida —dijo Danielle, medio en broma. Luego se tomó un momento para responder—. Estaba empezando a deprimirme. Y de la nada. Lidié con eso de mala forma. Bebía mucho. Tenía mucho sexo.
—Si era para tratar tu depresión, deberías volvértelo a tomar —dijo Chloe, dándose cuenta de que sí estaba siendo entrometida—. ¿Para qué necesitas tener libido? —añadió con una risita.
—La libido es bastante importante para nosotros los que no estamos a punto de casarnos. No podemos simplemente darnos la vuelta en la cama y echar un polvo cada vez que queramos.
—Nunca te ha costado encontrar chicos —señaló Chloe.
—Sí, eso es cierto —dijo Danielle, trayendo las tazas de café a la mesa—. Solo que es mucho trabajo. Sobre todo últimamente. Este nuevo chico… bueno, va en serio. Decidimos tomar las cosas con calma…
—Esa es la única razón por la que me voy a casar con Steven, sabes —dijo Chloe, tratando de mantener las cosas ligeras—. Me cansé de tener que salir a buscar personas con quienes tener relaciones sexuales.
Ambas se rieron luego de ese comentario. Debió haberse sentido natural reír y sonreír juntas de nuevo, pero en vez se sintió un poco forzado.
—Entonces, ¿por qué estás aquí, hermana? —preguntó Danielle—. No sueles venir a visitarme. No que yo sepa, ya que no hemos tenido esa oportunidad en casi dos años.
Chloe asintió, recordando la única ocasión en la que habían pasado tiempo juntas en los últimos años. Danielle había estado en Filadelfia para asistir a un concierto y se había quedado a dormir en su apartamento. Habían hablado, pero no mucho. Danielle había estado muy borracha. Habían hablado de su madre y también de su padre. Esa fue la única vez que Chloe había oído a Danielle decir que quería ir a visitarlo.
—La escena de esta mañana —dijo Chloe—. Me hizo recordar esa mañana afuera del apartamento. Me quedé pensando en la sangre al final de las escaleras y eso me afectó mucho. Estuve a punto de vomitar. Y yo no soy ese tipo de persona, ¿me entiendes? La escena en sí no fue tan grotesca como otras que he visto. Simplemente me afectó demasiado. Me hizo pensar en ti y simplemente sentí que tenía que verte. ¿Eso tiene sentido?
—Sí. Estoy bastante segura de que estaba deprimida porque estaba teniendo muchas pesadillas con mamá y papá. Cada vez que tenía una pesadilla, pasaba días mal. No quería ni levantarme de la cama porque no confiaba en nadie.
—Bueno, СКАЧАТЬ