Al lado . Блейк Пирс
Чтение книги онлайн.

Читать онлайн книгу Al lado - Блейк Пирс страница 5

СКАЧАТЬ ¿Ya compraron una camioneta para los bebés?

      Hubo otro breve silencio. Danielle supuso que Chloe estaba tratando de decidir si el comentario era venenoso o simplemente una broma.

      —Todavía no —respondió Chloe—. No pienso tener hijos aún. Pero respecto a la fiesta de la cuadra… creo que deberías venir. Kathleen me preguntó por ti.

      —Me siento halagada —dijo Danielle, realmente nada halagada.

      —Mira, sabes que nos reuniremos en algún momento —dijo Chloe—. Es mejor que lo hagamos más pronto que tarde para evitar todas estas llamadas incómodas. Y quiero que vengas a mi casa para que la conozcas.

      —Quizá tenga una cita ese día —dijo Danielle.

      —¿Una cita real o una aventura de una sola noche?

      —Una cita real. Creo que te caerá bien Martin.

      Eso fue tremenda mentira. Estaba bastante segura de que Martin no le caería nada bien a Chloe.

      —¿Sabes qué? Deberías llevarlo a la fiesta.

      —Dios mío, eres insoportable.

      —Entonces… ¿Eso es un sí? —preguntó Chloe.

      —Eso es un ya veremos.

      —Está bien, lo acepto. En otro tema, ¿cómo estás, Danielle? ¿Todo va bien?

      —Sí, supongo. El trabajo va bien, y estoy a punto de salir con el mismo chico por vigésima vez.

      —Él suena especial —bromeó Chloe.

      —Hablando de eso, tengo que colgar —dijo Danielle.

      —Está bien. Te enviaré nuestra dirección por mensaje de texto. Espero que vengas a la fiesta de la cuadra. Es este sábado a las tres en punto.

      —No te prometo nada —dijo Danielle antes de tomar un buen trago de cerveza—. Adiós, Chloe.

      Colgó sin esperar la despedida de Chloe. Ella no sabía el porqué, pero la conversación había sido agotadora.

      «Una fiesta de cuadra —pensó con sarcasmo—. Sé que no hablamos muy a menudo, pero debería conocerme mejor que eso… saber que no me gustan esas cosas.»

      Después de ese pensamiento, comenzó a pensar en su madre. Cada vez que Chloe la irritaba, pensaba en su madre. A lo que pensó en su madre, su mano se fue a su cuello. Al darse cuenta de que su cuello estaba desnudo, volvió rápidamente a su dormitorio. Se dirigió al joyero en su cómoda y sacó el collar de plata de su madre, prácticamente lo único que quedaba en el mundo de Gale Fine. Se puso el collar alrededor de su cuello y se metió el colgante debajo de su camiseta.

      A lo que lo sintió en su piel, se preguntó con qué frecuencia Chloe pensaba en su madre. También trató de recordar la última vez que ambas habían hablado de lo que había sucedido aquella mañana hace diecisiete años. Sabía que eso las atormentaba a ambas, pero a ninguna de las dos les gustaba hablar de fantasmas.

      Solo faltaban diez minutos para su cita con Martin, así que se tomó el resto de su cerveza. Supuso que ya debería salir, aunque eso significaba que llegaría un poco temprano. Se dirigió a la puerta principal para hacer eso, pero luego se detuvo en seco.

      Había un sobre directamente debajo de su puerta principal. El sobre no había estado allí mientras había estado hablando con Chloe por teléfono.

      Se acercó a él y lo recogió con cuidado. Se sentía como si estuviera viéndose a sí misma en una película porque había hecho esto antes. Esta no era la primera nota que recibía…

      El sobre estaba en blanco. No tenía nombre, ni dirección, ni marcas de ningún tipo. Abrió la solapa, la cual no estaba pegada al resto del sobre. Adentro del sobre encontró un pequeño cuadrado de papel.

      Sacó la nota y la leyó. Y luego la volvió a leer.

      La metió de nuevo en el sobre y llevó el sobre al escritorio que estaba en la pared de fondo de la sala de estar. Guardó la nota allí con las cuatro otras, todas las cuales tenían mensajes similares.

      Ella las miró por un momento, asustada y confundida.

      Sus manos comenzaron a sudar y su corazón comenzó a latir con fuerza.

      «¿Quién me está acechando? —se preguntó—. ¿Y por qué?»

      Luego hizo lo que normalmente hacía cuando algo la molestaba. Lo ignoró. Sacó la nota de su mente, junto con su mensaje, y se dirigió hacia la puerta para verse con Martin.

      Sin embargo, mientras salía del edificio, el mensaje de la nota comenzó a hacer eco en su mente.

      YO SÉ LO QUE REALMENTE SUCEDIÓ.

      No tenía ningún sentido pero, por otra parte, parecía tener todo el sentido del mundo.

      Miró su propia sombra en la acera y no pudo evitar caminar un poco más rápido. Sabía que no podía escapar de un problema simplemente ignorándolo, pero al menos eso la hacía sentirse mejor.

      YO SÉ LO QUE REALMENTE SUCEDIÓ.

      Sus pies parecían estar de acuerdo. Querían correr de regreso a su casa para tratar de darle sentido a las notas o tal vez convencerla de llamar a alguien. Tal vez a la policía. Tal vez incluso a Chloe.

      Pero Danielle solo apretó el paso.

      Había logrado dejar su pasado atrás…. bueno, casi…

      ¿Por qué debería dejarse atormentar por esas notas?

      CAPÍTULO TRES

      —¿Servirán pollo entonces?

      Fue una pregunta inocente, pero igual enojó mucho a Chloe. Se mordió la mejilla para evitar hacer algún mal comentario.

      Sally Brennan, la madre de Steven, estaba sentada frente a ella con una sonrisa perfecta en su rostro envejecido.

      —Sí, mamá —dijo Steven—. Es comida… comida que probablemente ni siquiera coma por los nervios. Si alguien quiere quejarse de la comida en mi boda, que se vayan. Pueden comprar tacos en camino a casa.

      Chloe apretó la mano de Steven debajo de la mesa. Al parecer se había percatado de que estaba incómoda. Steven casi nunca se enfrentaba a su madre, pero parecía un héroe cuando sí lo hacía.

      —Esa no es una buena actitud —dijo Sally.

      —Steven tiene razón —dijo Wayne Brennan, el padre de Steven, desde el otro extremo de la mesa. La copa de vino a su lado estaba vacía por tercera vez, y ya se encontraba alcanzando la botella de vino tinto en medio de la mesa para servirse otro trago—. Honestamente, a nadie le importa un bledo la comida en una fiesta nupcial. Todos andan pendientes de la bebida. Y tendremos barra libre, así que…

      Dejaron la conversación inconclusa. La mirada amarga СКАЧАТЬ