Название: Tess
Автор: Andrew Manzini
Издательство: Tektime S.r.l.s.
Жанр: Приключения: прочее
isbn: 9788873047452
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En el lado táctico, la inteligencia satelital estadounidense alertó al ejército nigeriano de que Boko Haram estaba reuniendo cazas para atacar un centro de administración gubernamental en el oeste del paÃs.
El General Okafor respondió iniciando una respuesta contra el enemigo dirigiendo a quinientos soldados de Camerún y Nigeria, con la orientación de una fuerza de tareas multinacional en Chad. La Fuerza Aérea de Nigeria comenzó a transportar tropas a la zona de combate utilizando aviones de transporte militar Hércules proporcionados por Estados Unidos.
Tess, Carmen, Claudine y Galina corrieron a sus Tucanos, se deslizaron en la cabina y despegaron, seguidos por el resto de los aviones pilotados por pilotos nigerianos. Llegaron a la zona de operaciones antes que las tropas de tierra y no tardó mucho en detectar a los combatientes de Boko Haram para el ataque a la ciudad. Tess, a cargo del contingente aéreo, sobrevoló las unidades enemigas y evaluó la fuerza del enemigo. Ignoró los disparos a su avión y comunicó por radio su evaluación al General. Ordenó un ataque aéreo para asegurar un sitio de aterrizaje para más de los aviones de transporte. Tess dio sus propias órdenes a los pilotos:
- "Claudine, Carmen y Galina, montaremos un ataque frontal sobre las primeras lÃneas del enemigo. El equilibrio de nuestro avión se balanceará y atacará al enemigo por la retaguardia. Queremos exprimirlos entre nosotros. ¡Vamos!"
Los pilotos nigerianos abandonaron la formación e hicieron un arco alrededor de los atacantes hasta que pudieron posicionarse detrás de las fuerzas hostiles. Tess y el equipo les habÃan enseñado que sus nuevos aviones eran lo suficientemente lentos como para que pudieran tomarse su tiempo para alinear sus armas, ayudándoles a apuntar con precisión.
No necesitaba decir mucho a Carmen, Claudine y Galina, que trabajaban como una extensión de sà misma. Recordando un incidente anterior en Nigeria donde Claudine casi habÃa perdido la vida, Tess le pidió que siguiera las reglas.
- "Claudine, estoy seguro de que no necesito recordarte que la última vez que estuvimos por aquà perdiste tu caza MiG y casi te matan, asà que compórtate y sigue el plan."
- "Tess, a veces eres una molestia. Sabes muy bien que mi asqueroso MiG chino se desmoronó por sà solo, asà que dame un respiro".
- "Lo haré cuando todos volvamos con vida."
- "No eres divertida, Tess. La única razón por la que estoy aquà es para conseguir algo de acción para aliviar mi aburrimiento."
- "Claudine, por favor, sigue el plan", repitió Tess. Estaba convencida de que algún dÃa la suerte de Claudine se acabarÃa.
Los aviones volaron a sus posiciones y comenzaron a atacar a las tropas enemigas por todos lados. Las maniobras parecÃan un ballet volador, los ágiles aviones sobrevolaban a los cazas de Boko Haram mientras daban su descarga letal. Pronto el enemigo sufrió bajas y tuvo que detener su marcha contra la ciudad objetivo. La lluvia de balas mató a los combatientes enemigos y levantó nubes de polvo, enmascarando el aterrizaje de los grandes aviones de transporte que expulsaban a las tropas del gobierno de las rampas del fuselaje. En un par de horas, todo habÃa terminado. La mayorÃa de los combatientes enemigos murieron o resultaron heridos. Los que sobrevivieron se rindieron.
Tess ordenó que los cuatro aviones del equipo aterrizaran en la periferia de la escena de la batalla y dejar que el resto de la aeronave regresara a la base. Uno por uno, los Tucanos descendieron y patinaron sobre la llana y herbosa sabana africana.
Los soldados nigerianos acorralaron al enemigo vencido en varios grupos. Pronto se hizo evidente que varios de los combatientes eran mujeres vestidas con atuendos islámicos. El general Okafor ordenó a sus tropas separar a las mujeres de los hombres. Algunas de las mujeres estaban ensangrentadas o heridas, caminando en lo que parecÃa un estado de drogadicción. Los soldados nigerianos querÃan registrar a las mujeres en busca de armas ocultas, pero eran reacios a hacerlo porque las cautivas podÃan haber escondido algo bajo sus hijabs. Tess notó la reticencia de las tropas y caminó hacia las mujeres cautivas con Alicia a su lado como intérprete. Trató de actuar de una manera no amenazante, extendiendo su brazo derecho con una mano abierta.
- "No les haremos daño. Por favor, levanten las manos sobre la cabeza. Después de que revisemos las armas, se ocuparán de ustedes. Estarán a salvo."
Alice tradujo el mensaje, y cinco de las mujeres levantaron los brazos en cumplimiento. Una de ellas, sin embargo, no respondió. ParecÃa drogada, apática, en trance. Entonces Tess notó un pequeño dispositivo, un émbolo con un botón en su mano derecha."
- "Dios mÃo, está disfrazada de terrorista suicida".
Todo el mundo se alejó de la mujer. Tess y Alice se detuvieron, conscientes de la mirada de miedo en los ojos de la mujer y no quisieron hacer ningún movimiento repentino para asustarla. Carmen y Claudine sacaron sus pistolas y apuntaron las armas a la cabeza de la mujer.
- "¡Atrás!" Tess advirtió a sus colegas. Vuelvan a poner sus armas en sus fundas".
El general Okafor llegó al lugar y ordenó a sus tropas que apuntaran con sus rifles a la joven. Tess se dio cuenta de lo que estaba sucediendo y le hizo señas al General para que detuviera a sus hombres, que ahora estaban empuñando sus armas, preparándose para disparar contra la terrorista suicida. Dio un paso cuidadoso hacia la mujer y vio que era sólo una niña, temblando incontrolablemente.
"Mayor Turner, esta no es su lucha", imploró el General. Si cae al suelo... Y mis hombres le dispararán."
- "No puedo hacerlo, General. Si la chica aprieta el botón, Alice y yo no podremos escapar". Tess no estaba exagerando. TenÃa suficiente experiencia en combate como para darse cuenta de que explosiones tan cerca de ellos matarÃan a cualquiera dentro de su radio. Estar tendido en el suelo no ayudarÃa.
Carmen empezó a entrar en pánico. Al ver a su mejor amiga encerrada en una situación mortal, se sintió obligada a caminar y unirse a ella a su lado. Tess no podÃa creer su gesto.
- "Carmen, ¿qué demonios estás haciendo? Vuelve".
- "Es un poco tarde para eso, Tess. No os dejaré a ti y a Alice en esta situación. Sigue hablando con la chica".
Tess sabÃa que Carmen era tan terca como ellos y tan vulnerable como ella. Dio otro paso hacia la chica aterrorizada.
- "Ven a mÃ, chica. Por favor, suelta la cosa que tienes en la mano. Eres demasiado joven para morir. Esos hombres ya no pueden hacerte daño. Te llevaremos a casa con tu familia", tradujo Alice.
La chica empezó a temblar. Los soldados nigerianos todavÃa tenÃan sus rifles apuntando hacia ella.
- "General, por favor, dÃgale a sus hombres que suelten sus armas. Están molestando a la chica. Estoy manejando СКАЧАТЬ