Enfermedad Cero. Angelo Barbato
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Название: Enfermedad Cero

Автор: Angelo Barbato

Издательство: Tektime S.r.l.s.

Жанр: Медицина

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isbn: 9788873040569

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СКАЧАТЬ otros no. En lo que respecta al sistema sanitario alemán hace falta ir de regreso en el tiempo, hasta el 18 de enero de 1871, cuando nace el imperio alemán o Deutsches Kaiserreich, el Segundo Reich, a raíz de las guerras austro-prusiana y franco prusiana, ambas terminadas con la victoria de Alemania. Sigue un período caracterizado por un gran miedo por parte de las monarquías de varios Estados, que la Revolución Francesa se repite en Alemania. El nacionalismo alemán se desplaza rápidamente por su carácter liberal y democrático en 1848 a la Realpolitik autoritaria de Otto von Bismarck, que utiliza el método del “palo y la zanahoria”. El movimiento socialista está prohibido, pero se crea un estado social particularmente avanzado, basado en los seguros sociales obligatorios, financiado con las cotizaciones de las empresas y los trabajadores. En 1883 se establece el seguro contra las enfermedades, en 1884 el de los accidentes laborales, en 1889 se imponen las pensiones de invalidez y de vejez.

      Se creó así lo que en ese momento era el sistema de bienestar más avanzado del mundo. Un modelo (modelo Bismarck) que hizo escuela, desde principios del siglo XX, adoptado en gran parte de los países industrializados e incluso hoy existente en Alemania y en otros países. Un modelo costoso, donde - después de los EUA – en la clasificación OCSE en relación al % del PIB destinado a la sanidad (año 2012) aparecen todos los países pertenecientes al modelo Bismarck, con Alemania en el 5º puesto con el 11,3%.

      Lo mismo ocurre con el gasto sanitario per capita que en Alemania en el 2012 era 4.811 dólares (de los cuales 3.651 $ - 75,9% - gasto sanitario público). Un gasto muy inferior al de los EUA (8.745$), pero muy superior a la media OCSE (3.484$), a la de Gran Bretaña (3.289$) y de Italia (3.209$).

      A raíz de la crisis financiera del 2008 Alemania, a la par de la media de los países OCSE, registró una fuerte recesión del crecimiento anual del gasto sanitario que pasó del +4% del 2008 a un poco menos del +1%, mientras que otros países de Europa meridional sufrieron una reducción neta de los recursos disponibles, en términos reales: España -2%, Italia -3%, Portugal -6%, Grecia -10%.

      En términos de gastos en sus ciudadanos, Alemania gasta más para la sanidad, pero sobre todo produce una enorme cantidad de servicios, con un bajo nivel de gasto directo por parte de los pacientes. Esto demuestra que nos encontramos frente a un sistema técnicamente eficiente.

      Para entender el sistema sanitario alemán hace falta ir de regreso en el tiempo, hasta el 18 de enero de 1871, cuando nace el imperio alemán o Deutsches Kaiserreich, el Segundo Reich, a raíz de las guerras austro-prusiana y franco prusiana, ambas terminadas con la victoria de Alemania. Sigue un período caracterizado por un gran miedo por parte de las monarquías de varios Estados, que la Revolución Francesa se repite en Alemania. Sigue un período caracterizado por un gran miedo por parte de las monarquías de varios Estados, que la Revolución Francesa se repite en Alemania. El nacionalismo alemán se desplaza rápidamente por su carácter liberal y democrático en 1848 a la Realpolitik autoritaria de Otto von Bismarck, que utiliza el método del “palo y la zanahoria”. El movimiento socialista está prohibido, pero se crea un estado social particularmente avanzado, basado en los seguros sociales obligatorios, financiado con las cotizaciones de las empresas y los trabajadores. En 1883 se establece el seguro contra las enfermedades, en 1884 el de los accidentes laborales, en 1889 se imponen las pensiones de invalidez y de vejez.

      Se creó así lo que en ese momento era el sistema de bienestar más avanzado del mundo. Un modelo (modelo Bismarck) que hizo escuela, desde principios del siglo XX, adoptado en gran parte de los países industrializados e incluso hoy existente en Alemania y en otros países.

      La población alemana consta de 81,8 millones de ciudadanos. El 85% de ellos están inscritos en uno de los 132 de seguros sociales “obligatorios” (Krankenkassen). Se trata de sguros “sin fines de lucro”, “mutualidades”, que no pueden definirse como públicas, pero tampoco privadas. Hasta 1996, la inscripción estaba vinculada a la profesión; desde entonces se ha producido la liberalización y, por tanto, la posibilidad de elegir entre diferentes compañías de seguros que compiten entre sí por contribución y eventuales ofertas a sus miembros.

      El requisito de inscripción afecta a todos los dependientes (y a su carga familiar) con un ingreso mensual bruto igual o inferior a 4.462,60 euros. Es el mismo Estado que paga, a través de fondos específicos a los Estados federados, para la asistencia a los discapacitados, los desempleados, menores de edad o para las categorías que de otro modo no podrían suscribirse a un seguro.

      La contribución aportada a la Krankenkassen varía en relación al ingreso del empleado y corresponde al 15,5% del salario mensual (el 53% del cual a cargo del empleado y el 47% pagado por el empleador). De éste modo se aplica un ajuste financiero compensando la diferente capacidad contributiva de los inscritos: cada uno paga proporcionalmente en función de sus ingresos. La contribución de los empleados y las empresas ha crecido en los últimos 15 años, pasando de 13,6% en 1998 al actual 15,5% de los ingresos mensuales.

      A la contribución mensual se añaden la de los suplementos (Zuzahlungen): se deben pagar 10 € cada tres meses para gozar de las consultas médicas con todos los médicos concertados por las mutualidades, y posteriormente cada vez que se beneficie de una visita al médico o al dentista (incluyendo las cubiertos por la póliza) se debe pagar una tasa de 10 € (éste “Praxisgebühr” condujo a una reducción observada del 10% de los accesos). Incluso para las medicinas se paga el 10% del precio y para las hospitalizaciones 10 € al día. Actualmente se ha establecido un límite anual para gastos adicionales (por lo general el 2% de los ingresos anuales, el 1% para quien se beneficia de una atención continua a causa de una enfermedad crónica grave), y quien lo supera se le reembolsará por su aseguradora. Los menores de edad no pagan ningún cargo adicional.

      En Alemania existe la obligación de estar asegurados; aquellos que presentan un ingreso mensual superior a 4.462,60 euros pueden decidir inscribirse en un seguro privado (Private Krankenversicherung-PKV), en lugar de los sociales.

      Las aseguradoras privadas, a diferencia de los mutualidades en las que la contribución depende del ingreso, calculan la prima en función del riesgo personal (De hecho, está previsto un minucioso examen médico antes de inscribirse). Las aseguradoras privadas a menudo ofrecen un servicio superior al del seguro social, le pagan mejor a los médicos médicos, y también ofrecen reembolsos de hospitalización en clínicas privadas que no tienen contrato. Para los jóvenes con un sueldo alto y sin problemas de salud la contribución a las arcas privadas a menudo cuesta mucho menos; con la edad de la póliza de seguro es más cara, pero - incluso en caso de enfermedades graves - no puede superar determinados niveles estándar (por esta razón se pide a los seguros crear, con los ahorros cuando uno es joven, un capital reserva). Son 9 millones, equivalente al 11% de la población que están asegurados privadamente. El recurso de un seguro privado también puede ser un objetivo complementario para aquellos que están inscritos en el Krankenkassen (hay aproximadamente 23 millones). La razón principal es ampliar la protección financiera en caso de enfermedad u hospitalización.

      El 4% restante de la población está representado por las personas que reciben cobertura de seguro a través de canales especiales, como los militares o los que tienen la condición de refugiado.

      El financiamiento del sistema sanitario alemán se basa principalmente en los ingresos de los seguros sociales obligatorios (57%) y los seguros privados (9%).

      El Estado central no está involucrado en el sistema de salud ni como prestamista, ni como gestor, ni como propietario de empresas de producción sanitaria (con excepción de detalles, tales como hospitales militares). СКАЧАТЬ