Название: Cómo se cura la diabetes
Автор: Giuseppe Lepore
Издательство: Parkstone International Publishing
Жанр: Медицина
Серия: Salud activa
isbn: 978-84-315-5438-5
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Las teorías más recientes atribuyen esta negatividad celular a la acción de la insulina a un defecto de los receptores celulares de esta hormona. Actualmente se empieza a saber algo acerca de las características de estos receptores y los mecanismos por los que actúan.
A diferencia del tipo de diabetes analizado anteriormente, el no insulindependiente tiene un comienzo insidioso a lo largo de semanas y, con frecuencia, no se descubre hasta que, por cualquier otro motivo (un examen normal de control, una visita médica antes de firmar una póliza de un seguro de vida, etc.) se detecta su existencia.
Un factor al que se le concede gran importancia en la génesis de esta forma de diabetes es el hereditario, hecho indiscutible desde hace más de un siglo. El aspecto curioso viene dado por las modalidades irregulares e imprevisibles con que este factor genético se presenta. En algunos casos la enfermedad puede, de hecho, afectar a todas las generaciones que se van sucediendo; tal vez afecta a todos los miembros de la familia o a su mayor parte; en otros casos afecta a personas o generaciones aisladas. Recientemente ha aparecido la hipótesis de la herencia multifactorial (alimentación, estilo de vida, etc.) que, como veremos, desempeña un papel determinante en este sentido y se reparte entre los miembros de la familia.
Es la más frecuente; se da en el 85 % de los casos y se asocia con frecuencia a la obesidad.
– Con frecuencia asociada a la obesidad (60-90 %), aunque a veces no es determinante (Tipo 2A).
– Insulinemia, normal o aumentada (aunque menor de lo esperado según el nivel glucémico y el déficit relativo de insulina).
– Ausencia de cetosis en condiciones de vida normales.
– Aparición preferente después de los 40 años, pero posible a cualquier edad.
– Por lo general no depende de insulina exógena.
– La terapia insulínica puede ser necesaria en algunos casos para el control de los síntomas y la hiperglucemia.
– Frecuente transmisión hereditaria (autosómica dominante).
– La concordancia en los gemelos monocigóticos es del 100 %.
Terminología precedente: D. de la madurez (MOD); D. grasa o del obeso; D. estable; D. no cetoacidótica; D. no insulindependiente del joven (Maturity Onset Diabetes Young).
Diabetes mellitus secundaria
Se trata de una condición patológica que no corresponde a los criterios que hemos descrito en los dos tipos de enfermedad examinados anteriormente. En este caso la diabetes puede deberse a cualquier enfermedad capaz de provocar una alteración en la secreción de insulina o un antagonismo a los efectos de la insulina misma. En este grupo caben, por tanto, todas las formas de diabetes causadas por enfermedades pancreáticas, hepatopatías, fármacos u otros síndromes endocrinos. La diferencia fundamental respecto a los tipos de diabetes anteriores reside en su carácter «secundario». Ello significa que en tal caso la enfermedad desaparece cuando se elimina, si es posible, la causa primaria o principal.
– De pancreopatías (pancreatectomía, pancreatitis, hemocromatosis).
– De endocrinopatías (síndrome de Cushing, acromegalia, feocromocitoma).
– De fármacos y productos químicos (clorotiazidas, fenitoína, corticoides).
– Alteraciones de los receptores de insulina (acantosis nigricans con insulinresistencia).
– De síndromes genéticos particulares (ataxia-telargiectasia, diabetes lipoatrófica, distrofia miónica, lipodistrofia, síndrome de Down, síndrome de Turner, síndrome de Klinefelter).
– Miscelánea.
Terminología precedente: D. secundaria.
Patogenia de la diabetes mellitus
Se han realizado innumerables investigaciones con el fin de aislar las causas de la aparición de la diabetes en sus diversas formas. Aun cuando en algunos casos hemos conseguido obtener algún dato más o menos concreto, de la etiología sabemos todavía muy poco.
Aunque hemos comentado ya algunos de estos agentes, endógenos y exógenos, creemos interesante profundizar en el argumento dada su extraordinaria importancia.
Todo ello es indiscutiblemente así a pesar de los progresos en el campo terapéutico y de todos los esfuerzos de las organizaciones médicas para poner freno a una enfermedad que produce graves daños no sólo al sujeto afectado, sino también a la estructura socioeconómica del país (elevados costes de la terapia, absentismo, incapacidad o disminución del rendimiento laboral), a pesar de la amplia divulgación desde los medios de comunicación acerca del riesgo de la enfermedad en su estado avanzado y acerca de la conveniencia de detectarla en su inicio, cuando es todavía controlable. No se puede discutir que la diabetes es una enfermedad que ha aumentado progresivamente en las últimas décadas como consecuencia de varios factores: el envejecimiento de la población, la mayor esperanza de vida del diabético, la mayor fecundidad actual de las mujeres diabéticas, el aumento de la obesidad, el aumento del consumo de azúcares, así como otros factores desconocidos.
Según estudios recientemente publicados por la OMS, esta enfermedad afecta entre el 1 y el 2 % de la población mundial. Hay que tener en cuenta también que por cada diabético conocido existe otro desconocido. Nótese que este dato corresponde a los habitantes de todo el planeta, y no toma en consideración las condiciones ambientales ni sociológicas en los distintos países del mundo.
Según Garber y Owen, en Estados Unidos el número de diabéticos se estima en torno al 3 % de toda la población. La diabetes mellitus y sus complicaciones ocupan el octavo puesto entre las causas de mortalidad de nuestro país, y el primero en orden de frecuencia en la aparición de lesiones oculares que conducen a la ceguera total en la edad adulta.
Nada más lejos de nuestra intención que asustar al lector con un panorama catastrófico y pesimista. Nos limitamos a dar las cifras derivadas de estudios epidemiológicos; por nuestra parte concluimos que, de hecho, se trata de cifras muy preocupantes. El paciente, sin embargo, no debe olvidar que cuenta con un aliado valiosísimo, la insulina, que en sus diversas formas y dosificada con el sabio conocimiento del especialista, o quizá sólo con una dieta adecuada y una actividad física adecuada, puede garantizar una existencia longeva y casi normal. Ello será posible si el paciente, por su parte, colabora intentando no cometer errores y recordando que la diabetes es una enfermedad muy «personal», en el sentido de que requiere toda la fuerza de voluntad y todos los mecanismos de defensa para poder ser vencida.
Analizaremos seguidamente algunas hipótesis sobre la etiología de las diversas formas de diabetes mellitus.
Diabetes mellitus Tipo I o DMID
Respecto a la etiología de la diabetes mellitus Tipo I – es decir, la insulindependiente–, СКАЧАТЬ