El Despertar Del Valiente. Morgan Rice
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Название: El Despertar Del Valiente

Автор: Morgan Rice

Издательство: Lukeman Literary Management Ltd

Жанр: Зарубежное фэнтези

Серия: Reyes y Hechiceros

isbn: 9781632913340

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СКАЧАТЬ peor día de mi vida,” continuó Dierdre, “fue cuando mi padre cedió a la ley Pandesiana, cuando permitió que sus barcos entraran en nuestros canales y bajaran sus banderas. Fue un día incluso más triste que cuando permitió que me llevaran.”

      Kyra entendió todo muy bien. Entendió el dolor por el que Dierdre había pasado, el sentimiento de traición.

      “¿Y cuando regreses?” preguntó Kyra. “¿Vas a ver a tu padre?”

      Dierdre miró hacia abajo adolorida. Dijo finalmente: “Aún es mi padre. Cometió un error. Estoy segura que él no sabía lo que me sucedería. Creo que nunca será el mismo cuando sepa lo que ha pasado. Quiero decírselo frente a frente. Quiero que entienda el dolor que sentí; su traición. Tiene que saber lo que sucede cuando los hombres deciden el destino de las mujeres.” Se limpió una lágrima. “Él una vez fue mi héroe. No puedo entender cómo permitió que me llevaran.”

      “¿Y ahora?” preguntó Kyra.

      Dierdre negó con la cabeza.

      “No más. Dejaré de hacer a hombres mis héroes. Encontraré a otros héroes.”

      “¿Y qué hay de ti?” preguntó Kyra.

      Dierdre la miró confundida.

      “¿A qué te refieres?”

      “¿Por qué miras más allá de ti misma?” preguntó Kyra. “¿No puedes ser tu propio héroe?”

      Dierdre se rio.

      “¿Y por qué lo sería?”

      “Tú eres un héroe para mí,” dijo Kyra. “Lo que sufriste ahí dentro; yo no lo pude haber hecho. Tú sobreviviste. Y lo que es más, estas de pie aquí ahora y recuperándote. Para mí eso te hace un héroe.”

      Dierdre pareció contemplar sus palabras mientras continuaron en silencio.

      “¿Y tú, Kyra?” Dierdre preguntó finalmente. “Dime algo acerca de ti.”

      Kyra se encogió de hombros pensando.

      “¿Qué te gustaría saber?”

      Dierdre aclaró su garganta.

      “Dime acerca del dragón. ¿Qué fue lo que sucedió? Nunca había visto algo como eso. ¿Por qué vino contigo?” Pausó por un momento. “¿Quién eres?”

      Kyra se sorprendió al detectar miedo en la voz de su amiga. Pensó en sus palabras, quería contestar con la verdad y deseaba tener una respuesta.

      “No lo sé,” dijo honestamente. “Supongo que eso es lo que voy a descubrir.”

      “¿No lo sabes?” presionó Dierdre. “¿Un dragón baja del cielo para pelear por ti y no sabes por qué?”

      Kyra pensó en lo descabellado que eso sonaba, pero sólo pudo negar con la cabeza. Miró hacia el cielo de manera pensativa, y a pesar de las torcidas ramas y de no tener mucha esperanza deseaba ver alguna señal de Theos.

      Pero sólo miró oscuridad. No escuchó a ningún dragón y su sentimiento de soledad creció aún más.

      “Sabes que eres diferente, ¿verdad?” Dierdre continuó.

      Kyra se encogió de hombros y sintió como sus mejillas se enrojecían. Se preguntaba si su amiga la miraba como si fuera alguna clase de fenómeno.

      “Solía estar muy segura de todo,” respondió Kyra. “Pero ahora…honestamente ya no lo sé.”

      Siguieron cabalgando por horas volviendo a un cómodo silencio, a veces trotando cuando el bosque se despejaba y a veces teniendo que desmontar cuando este se volvía muy denso. Kyra se sintió en el borde sabiendo que podían ser atacadas en cualquier momento e incapaz de poder relajarse en este bosque. No sabía qué le dolía más: el frío o el hambre en su estómago. Los músculos le dolían y ya no podía sentir sus labios. Se sentía miserable. Apenas si podía pensar que su misión acababa de empezar.

      Después de algunas horas más Leo empezó a gemir. Era un sonido extraño; no su quejido habitual, sino uno que reservaba para cuando olía comida. Al mismo tiempo Kyra también olió algo, y Dierdre volteó hacia la misma dirección y observó.

      Kyra examinó el bosque, pero no vio nada. Al detenerse y escuchar, se percataron de un sutil sonido de actividad enfrente de ellas.

      Kyra estaba tanto excitada por el olor así como nerviosa por lo que esto podría significar: había otros en este bosque junto con ellas. Recordó la advertencia de su padre y lo último que quería era una confrontación. No aquí y no ahora.

      Dierdre la miró.

      “Muero de hambre,” dijo Dierdre.

      Kyra también sentía dolor por el hambre.

      “Quienquiera que sea, en una noche como esta,” respondió Kyra, “creo que no estará deseoso de compartir.”

      “Tenemos suficiente oro,” dijo Dierdre said. “Tal vez nos vendan un poco.”

      Pero Kyra negó con la cabeza teniendo un mal presentimiento, mientras que Leo gemía y se lamía los labios claramente hambriento.

      “No creo que sea sabio,” dijo Kyra a pesar del dolor en su estómago. “Deberíamos continuar con nuestro camino.”

      “¿Y si no encontramos comida?” persistió Dierdre. “Puede que todos muramos de hambre aquí. Nuestros caballos también. Pudieran ser días, y tal vez esta sea nuestra única oportunidad. Además, no tenemos por qué temer. Tú tienes tus armas, yo tengo las mías, y tenemos a Leo y Andor. Si lo necesitas, puedes poner tres flechas en alguien antes de que este parpadee, y para entonces ya estaremos muy lejos.”

      Pero Kyra dudó sin poder convencerse.

      “Además, no creo que un cazador con un poco de carne nos cause algún daño,” añadió Dierdre.

      Kyra, sintiendo el hambre de todos y su deseo de acercarse, no pudo resistirse más.

      “No me gusta,” dijo. “Vayamos despacio y veamos quién es. Si sentimos peligro, debes acordar que nos alejaremos antes de acercarnos demasiado.”

      Dierdre asintió.

      “Lo prometo,” respondió.

      Todos avanzaron cabalgando rápido por el bosque. Mientras el olor crecía, Kyra vio un pequeño resplandor adelante y, al acercarse, su corazón latió con rapidez al preguntarse quién podría estar aquí afuera.

      Bajaron la velocidad y cabalgaron más cuidadosamente pasando por entre los árboles. El resplandor se hizo más brillante y pudieron escuchar sonido y una conmoción mientras Kyra sintió que se acercaban a un gran grupo de personas.

      Dierdre, menos precavida y dejándose llevar por el hambre, cabalgó más rápido y se adelantó ganando algo de distancia.

      “¡Dierdre!” dijo Kyra llamándola de vuelta.

      Pero Dierdre siguió moviéndose motivada por el hambre.

      Kyra СКАЧАТЬ