Название: Análisis del discurso político
Автор: Giohanny Olave
Издательство: Bookwire
Жанр: Социология
isbn: 9789585188211
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Al respecto, para nosotros lo más interesante de este acto es la forma de “lucha” política asumida aquí por el dirigente de la Colombia Humana. La “eucaristía política” brindada por Mockus no dio ciertamente espacio para una arenga o discurso propio de Petro, al menos frente a los medios (“un paso al costado”). De hecho, los que hablaron públicamente fueron sus antiguos contrincantes, quienes brindaban su apoyo en la coyuntura del ballotage, buscando así correr el posicionamiento general del Partido Verde de votar en blanco. Sin embargo, lejos de asumir un compromiso pasivo, no son menores las respuestas del candidato presidencial del antiuribismo. Como se vio en el citado juramento, la respuesta «me comprometo» de Petro venía acompañada de una salvedad, es decir, de un ataque o, si se quiere, de una aclaración que de alguna manera reconfiguraba el compromiso llevándolo a su propia retórica política («un paso hacia el frente»). Por ejemplo, la iniciativa privada sería respetada en tanto brinde trabajo decente. Dicho en otras palabras, frente a la pasividad que suponía el acto, Petro redundaba en su posición de líder que no pierde sus convicciones y ni su coherencia («de mis 40 años de lucha»). Es un “avance aliancista” donde, en definitiva, el frágil equilibrio entre la ética de la convicción y la ética de la responsabilidad queda en evidencia.
Conclusiones
El triunfo de Duque en las elecciones presidenciales de 2018 —si dejamos fuera de la discusión las recientes acusaciones de fraude para el candidato del uribismo— parece sugerir que el “avance aliancista” de Petro fue insuficiente para persuadir el voto en blanco en el ballotage. No obstante, el acto de los “doce mandamientos” muestra, a pocos días de los comicios, la forma como la conciliación y la mesura no van en detrimento del proyecto político de la Colombia Humana; incluso, como vimos anteriormente, el mismo acto de compromiso supuso también una reformulación, una conjunción interesante y simultánea de repliegue y lucha discursiva.
En todo caso, la derrota de Petro devela dos límites generales de su propia forma de hacer política: en primer lugar, la reticencia que su liderazgo genera en otras organizaciones del campo antiuribista, o “progresista”, para quienes el líder de la Colombia Humana resulta tácitamente impensable y, por ende, apelan a los supuestos rasgos de su personalidad (vanidad y personalismo), con lo que se soslaya finalmente su propuesta programática. Y, en segundo lugar, frente a lo anterior se evidencia que solo dando muestras claras de poder articular su proyecto político con otras fuerzas políticas de convicciones menos férreas que las de Colombia Humana, su aspiración política más pretérita puede concretarse: llegar al solio de Bolívar.
Pese al último momento dialoguista de Petro, lo cierto es que en los últimos dos años su relación con el Partido Verde ha sido de oposición frontal; por caso, su relación con la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, da muestra de una tensa relación entre proyectos dentro del campo antiuribista frente a los comicios de mayo de 2022. En todo caso, y más allá de si las encuestas ubican o no a Petro como el candidato presidencial con más chances de ganar en las próximas elecciones presidenciales, el contexto de sectarización política en Colombia parece sugerir que en solitario su candidatura es insuficiente para resquebrajar una candidatura uribista (o una no-uribista desde la centro-derecha nacional). Con lo anterior queremos decir básicamente que apelar al núcleo más duro de su electorado parece ser insuficiente para alcanzar la presidencia de Colombia12.
De acuerdo con lo expuesto, y de vuelta a la propuesta de Weber, la mesura no parece ser simplemente un atributo del político cuando logra “tener perspectiva” de su momento histórico y de su rol al intervenir en la historia. Desde un plano, si se quiere más pragmático, la “mesura” es también una fuente de la que un político debe beber, así sea a regañadientes, para poder vencer: negociar, reformular proyectos y generar alianzas. Sin temor a equivocarnos, y pecando tal vez de normativistas, es justamente este tipo de “lucha mesurada” lo que le permitiría a Petro acercarse aún más a la presidencia de Colombia.
Para ello, por supuesto, el líder de la Colombia Humana tendrá no solo que sortear con el más terrenal de los defectos de un político (la vanidad que tanto le indilgan), sino, más importante aún, deberá evitar dar rienda suelta a una convicción que termine poniéndolo en un lugar de “político diletante”. Es justamente esta mera convicción la que Weber denomina una “llama” contraria al éxito. En palabras del sociólogo alemán, quien actúe guiado solo por «la llama de la pura convicción» se abocará a prenderla una y otra vez, haciendo que su lucha tenga un valor meramente ejemplar o testimonial (Weber, 1979, pp. 164-165). El despliegue sin límites de esta llama, por ende, termina siendo estéril si se quiere combatir en el área electoral y construir mayorías, cuestión que para la izquierda colombiana sigue siendo un fenómeno pendiente.
Para volverlo a decir en términos propios de la reflexión weberiana: creemos que el problema de Petro no es exclusivamente la vanidad; antes bien, esta es un reflejo distorsionado de una “ética de la convicción” que no se condice con la construcción de “avances aliancistas” como los aquí analizados. Ahora bien, y pensando en las elecciones presidenciales de 2022, la forma que tomen dichos avances puede ser de todo tipo: desde una progresiva asimilación de cuadros políticos de procedencia diversa, hasta ser la fórmula vicepresidencial de otra figura de relevancia nacional. En todo caso, el futuro electoral colombiano sigue siendo incierto. Lo que sí parece incontestable es que, en el actual panorama político del país, tan prolífico de contrastes, la “mesura” no debe seguir siendo monopolio de fuerzas que asumen a la antipolítica como su bandera, revindicando la “gestión” y “la neutralidad” por encima de la lucha programática, cuando es sabido que dicha “neutralidad” es también una forma de tomar posición, de hacer política (Schmitt, 2009, p. 81).
En definitiva, hemos querido destacar aquí que no todo diálogo implica sacrificar las banderas ideológicas y que no todo juramento implica la aceptación pasiva de la promesa. La política moderna y democrática justamente implica un juego de tensiones y posiciones, que muchas veces lleva a retrocesos y avances simultáneos, a diálogos y combates; a luchar sin dejar de lado la importancia de la construcción de convergencias. Unos y otros se realizan en el plano de las interacciones, como vimos, pero también se construyen a menudo en los modos oratorios de la contienda política; en el próximo capítulo nos dedicaremos al análisis de combates que, dentro del discurso electoral, resultaron estratégicos durante la campaña de 2018.
6 Polik als Beruf es su título en alemán. Como es bien sabido, la palabra beruf puede remitir tanto a la vocación como a la profesión.
7 Se le traduce como mesura, aunque evoca otras cuestiones, por ejemplo, tener el sentido de la proporción, captar o medir las cosas “a ojo” o simplemente “tener buen ojo”.
8 Recordemos que Foucault (2017) encuentra en la tradición clásica dos oposiciones claras para definir y distinguir la parresia de otros discursos del decir verdadero: 1) la parresia es opuesta a la retórica, en el sentido en que el parresiasta no elabora su decir ni oculta nada, sino que lo «dice todo» (p. 97); 2) la parresia se opone a la adulación, pues el decir parresiasta expone ‒desde una posición subalterna‒ aquello que es difícil escuchar. En este último punto, Foucault se basa en Plutarco, a quien cita libremente: «La relación de amor hacia nosotros mismos es una ilusión permanente acerca de lo que realmente somos, acerca de nosotros mismos, de modo que el primer adulador contra el que debemos luchar, al que debemos combatir, somos nosotros mismos. Y para romper este tipo de relación que sostenemos espontáneamente con nosotros mismos, para deshacernos de la philautia, necesitamos СКАЧАТЬ