Paraíso. Divina comedia de Dante Alighieri. Franco Nembrini
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Название: Paraíso. Divina comedia de Dante Alighieri

Автор: Franco Nembrini

Издательство: Bookwire

Жанр: Языкознание

Серия: Digital

isbn: 9788418746659

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СКАЧАТЬ y aprende de él.

      Llegados a este punto, tratemos de tirar del hilo de este canto densísimo. Dante parte advirtiendo a los lectores de que solo quien haya empezado a alimentarse del «pan de los ángeles», solo quien tenga realmente hambre de un significado para su vida y esté por ello dispuesto a «ampliar la razón»,5 podrá seguirlo. Enseguida, muestra que, en realidad, él sigue todavía en la «lancha pequeñita» (v. 1), no porque plantee preguntas muy sencillas —¿cómo es posible que yo vuele?, ¿qué son las manchas lunares?—, pues es normal y justo que el conocimiento nazca de curiosidades que son elementales, sino porque responde usando todavía la concepción restringida que trae desde la Tierra. Y entonces Beatriz empieza a darle la primera clase de ampliación de la razón, insertando la explicación del aspecto particular en una mirada que abraza el universo entero.

      Es precioso descubrir que Dante, después de haber declarado cuál es la condición para seguirlo, muestra que en realidad él también la está aprendiendo. Para arrancar, no hace falta haberlo entendido todo, basta con seguir a otro que va por delante, de modo que, poco a poco, en una relación a la vez afectiva e inteligente con la compañía que te guía, tú también vas aprendiendo.

      1 Cf. apartado «Difícil y maravilloso».

      2 Cf. apartado «El Paraíso y el cosmos de Dante».

      3 O. Milosz, Miguel Mañara, comentado por Franco Nembrini. Encuentro, Madrid, 2014, p. 211.

      4 Cf. «¿Qué tiene que ver nuestro corazón con las estrellas?», conversación con Marco Bersanelli, en F. Nembrini, Dante, poeta del deseo III, Paraíso, Encuentro, Madrid, 2017, pp. 163-192.

      5 Cf. D. Alighieri, Purgatorio, op. cit., p. 52.

O voi che siete in piccioletta barca, desiderosi d’ascoltar, seguiti dietro al mio legno che cantando varca, tornate a riveder li vostri liti: non vi mettete in pelago, ché forse, perdendo me, rimarreste smarriti. ¡Oh vosotros los que en una lancha pequeñita,1 deseosos de escucharme, seguís detrás de mi barco, que cantando navega, volveos a ver de nuevo vuestras playas! No os adentréis en alta mar, porque tal vez, perdiéndome, quedaríais extraviados.
L’acqua ch’io prendo già mai non si corse; Minerva spira, e conducemi Appollo, e nove Muse mi dimostran l’Orse. El agua que voy a cruzar no se atravesó nunca.2 Minerva me inspira y Apolo me conduce y las nueve musas me muestran las Osas.
Voialtri pochi che drizzaste il collo per tempo al pan de li angeli, del quale vivesi qui ma non sen vien satollo, metter potete ben per l’alto sale vostro navigio, servando mio solco dinanzi a l’acqua che ritorna equale. Vosotros, los pocos que alzasteis el rostro a tiempo hacia el pan de los ángeles,3 del cual se vive aquí sin saciarse nunca, podéis entraros en el alto mar con vuestro navío, atentos a seguir mi estela, tras la que el agua se cierra de nuevo.
Que’ glorïosi che passaro al Colco non s’ammiraron come voi farete, quando Iasón vider fatto bifolco. Los gloriosos héroes que pasaron a Colcos no se admiraron tanto como os admiraréis vosotros cuando vieron a Jasón convertido en vaquero.4
La concreata e perpetüa sete del deïforme regno cen portava veloci quasi come ’l ciel vedete. La innata y perpetua sed del reino deiforme nos impulsaba casi con la misma velocidad que veis moverse el cielo.
Beatrice in suso, e io in lei guardava; e forse in tanto in quanto un quadrel posa e vola e da la noce si dischiava, giunto mi vidi ove mirabil cosa mi torse il viso a sé; e però quella cui non potea mia cura essere ascosa, Beatriz miraba a lo alto y yo la miraba a ella, y tal vez en el tiempo que tarda una saeta en volar y dar en el blanco desde que sale disparada me vi donde una cosa admirable atrajo mis ojos hacia sí, y por eso aquella a quien mis deseos no podían permanecer ocultos, vuelta hacia mí, tan sonriente como bella, me dijo: «Levanta tu mente agradecida hacia Dios, que nos ha llevado hasta la primera estrella».
volta ver’ me, sì lieta come bella, «Drizza la mente in Dio grata», mi disse, «che n’ha congiunti con la prima stella».
Parev’ a me che nube ne coprisse lucida, spessa, solida e pulita, quasi adamante che lo sol ferisse. Me parecía como si nos cubriese una nube luminosa, densa, sólida y pulimentada, como un diamante herido por el sol.
Per entro sé l’etterna margarita ne ricevette, com’ acqua recepe raggio di luce permanendo unita. Dentro de sí nos recibió la perla eterna como el agua recibe el rayo de luz, permaneciendo unida.
S’io era corpo, e qui non si concepe com’ una dimensione altra patio, ch’esser convien se corpo in corpo repe, accender ne dovria più il disio di veder quella essenza in che si vede come nostra natura e Dio s’unio. Si yo era cuerpo y aquí no se concibe cómo una dimensión puede abarcar a otra y un cuerpo se penetra de otro cuerpo, esto debería encender más el deseo de ver aquella esencia en la cual se sabe que nuestra naturaleza y la de Dios se unieron.
Lì si vedrà ciò che tenem per fede, non dimostrato, ma fia per sé noto a guisa del ver primo che l’uom crede. Allí se verá lo que creemos por fe, sin estar demostrado, pero que se nos hace tan evidente como los primeros axiomas que el hombre admite.5
Io rispuosi: «Madonna, sì devoto com’ esser posso più, ringrazio lui lo qual dal mortal mondo m’ha remoto. Respondí: «Señora, con toda la devoción que en mí cabe doy gracias a Aquel que me ha alejado del mundo mortal.
Ma ditemi: che son li segni bui di questo corpo, che là giuso in terra fan di Cain favoleggiare altrui?». Pero decidme: ¿qué son las manchas oscuras de esta esfera, que allá abajo, en la tierra, inducen a algunos a contar fábulas sobre Caín?».6
Ella sorrise alquanto, e poi «S’elli erra l’oppinïon», mi disse, «d’i mortali dove chiave di senso non diserra, certo non ti dovrien punger li strali d’ammirazione omai, poi dietro ai sensi vedi che la ragione ha corte l’ali. Ella sonrió ligeramente y dijo después: «Si la opinión de los mortales se equivoca en lo que no le puede abrir la llave de los sentidos, ciertamente que no te deberían punzar desde ahora los dardos de la admiración, pues sabes que, si va detrás de lo sensible, la razón tiene muy cortas las alas.
Ma dimmi quel che tu da te ne pensi». E io: «Ciò che n’appar qua sù diverso credo che fanno i corpi rari e densi». Pero dime lo que tú piensas de esto por ti mismo». Y yo repliqué: «Lo que se me aparece aquí arriba distinto creo que lo ocasionan los cuerpos enrarecidos y densos».7
Ed ella: «Certo assai vedrai sommerso nel falso il creder tuo, se bene ascolti l’argomentar ch’io li farò avverso. Ella dijo: «Con toda certidumbre verás que se apoya en lo falso tu creencia si escuchas bien las razones en contra que te daré.
La spera ottava vi dimostra molti lumi, li quali e nel quale e nel quanto notar si posson di diversi volti. La octava esfera os muestra muchos luceros, los cuales en calidad y en canti dad presentan distintos aspectos.
Se raro e denso ciò facesser tanto, una sola virtù sarebbe in tutti, più e men distributa e altrettanto. Si el enrarecimiento o la densidad pudieran lograr tal cosa, habría en todas una misma virtud, СКАЧАТЬ