Название: Lo que decimos de ellos
Автор: Daniel Parodi Revoredo
Издательство: Bookwire
Жанр: Социология
isbn: 9789972455162
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Asimismo, el presente artículo, “La república frustrada y el enemigo perverso: la Guerra del Pacífico en la Historia de la República del Perú de Jorge Basadre” es la segunda edición, corregida y aumentada, de otra previa, la que hemos potenciado y ampliado con nuevos soportes teóricos y bibliográficos (Parodi, 2010b). Conforma, asimismo, parte de un conjunto de trabajos en los que he desarrollado una metodología de acercamiento al pasado sobre la base de una serie de influencias teóricas, marcadas por los estudios sobre la memoria histórica, los imaginarios colectivos, la alteridad y el análisis crítico del discurso. Más recientemente, le he sumado a este marco conceptual los aportes de la teoría sobre la reconciliación internacional y de la moderna geopolítica crítica, que supera su versión clásica y coloca a la subjetividad, y a la percepción sobre el yo y el otro, en una posición sustantiva, inclusive en la definición de la política internacional de los estados (Cabrera, 2014).
Este conjunto de trabajos persigue la finalidad de deconstruir y desentrañar los discursos históricos oficiales que en ambos países, Perú y Chile, se vierten en la colectividad a través de sus respectivas historiografías tradicionales y sus manuales escolares. Para el caso que nos ocupa —las corrientes historiográficas— hemos seleccionado la obra Historia de la República del Perú de Jorge Basadre como objeto de estudio, pues contiene los tópicos principales de la historiografía peruana acerca del Perú republicano y la Guerra del Pacífico.
Tras seleccionar la colección de Basadre, por considerarla la obra desde la que brota la periodificación oficial de la historia de buena parte del devenir del Perú independiente, y bajo el enfoque del análisis crítico del discurso histórico, indagamos las influencias ideológicas, de contexto espacial-temporal, así como las bases sobre las cuales se escriben estos relatos. Estos, a su vez, diseminan una serie de ideas-fuerza que es preciso identificar y clasificar, pues son ellas, finalmente, las que se vierten en la sociedad y se transforman en representación social, memoria e imaginarios colectivos.
Somos conscientes de las limitaciones de esta apuesta metodológica, pues se centra en lo cualitativo y porque una sola tradición historiográfica puede contar, y de hecho cuenta, con representantes que defienden puntos de vista distintos sobre uno o varios temas. Por ello sostenemos que los resultados de esta investigación, como los de las anteriores que hemos publicado, y que se construyen sobre un enfoque similar, que paulatinamente hemos enriquecido, persiguen el objetivo de establecer los ejes ideológicos y temáticos centrales de una corriente, escuela o historiografía determinada. Esto no niega la atingencia ni la circulación de otros discursos paralelos que pudiesen contradecirlos.
Nuestro objetivo es mostrar cómo se organiza la estructura del discurso oficial o tradicional en su generalidad; luego, la historia en tanto que disciplina, trata siempre de la interpretación y explicación del pasado, por lo que siempre producirá versiones diversas y atingentes, las que pueden ubicarse en tiempos ya remotos, así como en las publicaciones más recientes. Nosotros sostenemos que en eso consiste precisamente la dialéctica de la historia y que de ella se desprende su constante e interminable renovación, no solo sobre la base de nuevos hallazgos, sino, principalmente, de nuevos enfoques.
La problemática que anima este trabajo es la constatación de que la ideología nacionalista, que encontró su máxima difusión y desarrollo en el siglo XIX, y las narrativas históricas que produjo, mantienen una importante presencia en los tiempos actuales. Esta situación parece imponerse como una cuña sobre el paradigma posmoderno vigente y contradice las teorías que proponen el fin del Estadonación y de los proyectos de construcción nacionales (Beltrán, 2001; Dussel, 1995; Innerarity, 1989).
Esta persistencia del nacionalismo en un contexto posnacional, que Jürgen Habermas delinea con maestría en su ya clásico Más allá del Estado nacional (1998), es evidente en América Latina, espacio geográfico que, sin darle la espalda a los cambios paradigmáticos advenidos desde el fin de la Guerra Fría, parece adherido a la topografía de un archipiélago de estadosnacionales, en el que cada isla se aferra a su pequeña historia y en el que los puentes e intersecciones entre sus relatos son aún escasos y ocupan posiciones muy periféricas frente a la narración central o dominante.
Recientemente algunos de estos países han potenciado la recíproca integración económica, pero, al mismo tiempo, no han dejado de friccionar entre sí por cuestiones fronterizo-territoriales. Estas tensiones se definen y vivencian desde intensas experiencias patrióticas, alojadas dentro de una definición decimonónica del concepto de soberanía que requiere una urgente revisión. Al respecto, en una reciente publicación, el historiador Eduardo Cavieres Figueroa advierte, en lo referente a la relación chilenoboliviana, que también aplica a su símil peruano-chileno, lo siguiente:
Nuestras relaciones con Bolivia están muy determinadas por estos conceptos de historia oficial del siglo XIX, que en este caso, además, tiene que ver con la plena aplicación por parte de ambos Estados, en diversos sentidos, del concepto decimonónico de soberanía. (Cavieres, 2016, p. 52)
Para el caso que nos ocupa, proponemos la permanencia de la utopía liberal-nacionalista decimonónica en el discurso histórico peruano. Esta se cimienta sobre políticas estatales orientadas hacia la conformación del ciudadano moderno, plenamente identificado con la causa patriótica, con el proceso de construcción de la nación y con la sociabilidad política republicana, que se basa en el apego a la ley, las instituciones, la virtud cívica, etcétera (Anderson, 1997; Hobsbawm y Ranger, 2002; Neira, 2012).
Sin embargo, una característica particular de la historiografía tradicional peruana es que no presenta un relato homogéneo, ni mucho menos celebratorio sobre el periodo histórico que recrea. Por el contrario, un tópico fundamental en el discurso oficial acerca de esta etapa, en específico respecto del siglo XIX, es el planteamiento del fracaso de la referida utopía liberal-nacionalista.
Esta particularidad remite al diálogo que existe entre la historia — entendida como narración del pasado— y la realidad que busca reconstruir y explicar. Sobre este punto, Hayden White sostiene, refiriéndose al positivismo histórico del siglo XIX, que el relato historiográfico construye su universo de sentido dentro de su propia textualidad, de acuerdo con el estilo, modalidad argumentativa o bagaje ideológico de su autor, desgarrándolo bruscamente de los acontecimientos que supuestamente expone y explica (White, 1992, pp. 9-12).
A la perspectiva de White se opone Julio Aróstegui, quien afirma que existe una relación dialéctica entre el discurso histórico y el pasado que evoca. Por consiguiente, vincula la teoría con la realidad y sugiere que los acontecimientos y personajes que cobran vida en el relato provienen del mundo real que se encuentra extramuros del texto y que se entrelaza de manera compleja con aquella otra realidad que la narración produce. En tal sentido, aunque el texto histórico es incapaz de reproducir con exactitud los eventos del pasado, sí desarrolla un intenso vínculo con ellos, por lo que presenta niveles muy discutibles, pero al mismo tiempo aceptables, de verdad y de verosimilitud (Aróstegui, 1995, pp. 261-268).
La postura de Aróstegui ha sido recientemente refrendada por Heraclio Bonilla, quien sostiene, refiriendo a la disciplina histórica, que “el establecimiento de estas relaciones de causalidad implica el despliegue de un conjunto de procedimientos que vinculan la teoría con la realidad y que constituyen la metodología de una ciencia” (Bonilla, 2017, pp. 25-26).
Respecto de la memoria colectiva, Michael Pollack sostiene que la enmarcación de la memoria —entendida como un esfuerzo de los grupos dominantes en una colectividad dada, por dejar sentada una narración homogénea acerca del pasado grupal— no puede elaborarse de manera arbitraria. Por ello, la difusión de una historia oficial que no cumpla con mínimos СКАЧАТЬ