¿Te va a sustituir un algoritmo?. Lucía Velasco
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Название: ¿Te va a sustituir un algoritmo?

Автор: Lucía Velasco

Издательство: Bookwire

Жанр: Социология

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isbn: 9788418895814

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СКАЧАТЬ gráfico resume las conclusiones de los estudios más fiables al respecto.

      Podrías ser la madre de Luna o podrías ser una de muchas otras que verán completamente alteradas sus condiciones laborales, convirtiéndose en trabajadores en remoto que hacen tareas de gig workers o microtareas, sin un empleo fijo ni posibilidad de decidir con tranquilidad su futuro. ¿Habéis oído hablar del crowdworking? Es el más puro de todos los mercados. Lanzas una tarea a un montón de personas dadas de alta en una determinada plataforma –que no en la seguridad social–, ellas compiten por hacerlo lo más rápido y lo más barato posible (pensemos en que quieres etiquetar imágenes para una investigación que estás haciendo o que quieres transcribir una entrevista de un programa de radio. Lo mandas a esta plataforma y habrá una carrera para que uno de esos trabajadores, que tienen que estar siempre conectados y atentos, responda lo antes posible para llevarse el gig).

      Proporción de trabajos con riesgo de automatización en España. Fuente: Oficina Nacional de Prospectiva y Estrategia del Gobierno de España (coord.) (2021): “España 2050. Fundamentos y propuestas para una Estrategia Nacional de Largo Plazo”, Madrid, Ministerio de la Presidencia, p. 303

      la digitalización es un ‘must’

      En general todos los sectores van a tener que acelerar su digitalización adoptando tecnología para subir datos a la nube, usar más herramientas para la colaboración, apoyar sus decisiones en datos o implantar la tan temida automatización de procesos. Va a pasar.

      BBVA es otro ejemplo de empresa tradicional que comenzó a digitalizarse impulsando la interacción con los clientes a través de una aplicación móvil que ha llegado a convertirse en la número uno del sector bancario porque usa inteligencia artificial para ofrecer mejores soluciones a sus clientes. Tienes a una persona al otro lado de la aplicación que está a tu disposición durante el horario laboral y la mayoría de los trámites los haces directamente tú porque es muy intuitiva. Se han automatizado los procesos que antes te hacía una persona en la ventanilla del banco. Como contraposición no ves a la persona casi nunca, ni vas a la oficina y, por supuesto, necesitas habilidades digitales para navegar en este espacio de banco virtual.

      Algunos lo llaman la cuarta revolución industrial o revolución digital. Da igual el nombre. Es necesario entender lo que implica. Es un proceso tan dinámico que hace que modifiquemos nuestros hábitos de consumo y a la vez modifica la economía, el mercado de trabajo y la sociedad en su conjunto. De hecho, se podría decir que desdibuja las líneas entre las personas y la tecnología; fusiona mundo físico, digital y biológico.

      aceleración digital

      No es algo del futuro, la inteligencia artificial ya está presente en nuestras vidas. A veces hace cosas que hacían persona como, por ejemplo, cuando hablamos con chatbots de atención al cliente; otras veces, se ocupa de lo que antes no hacíamos porque no existía –recomendarte una peli–. En realidad, está por todos lados: los asistentes virtuales, la domótica, los mapas que te dicen el estado del tráfico o la sugerencia de una canción. Quiero decir con esto que también ha traído a nuestras vidas nuevos usos sin por ello sustituir a nadie. Incluso ha generado nuevos trabajos como por ejemplo el de la persona que genera las listas de Spotify que después el algoritmo te recomienda. Sabemos que va a seguir creciendo porque nueve de cada diez empresas tienen previsto invertir en esta tecnología. Parece ser que es muy rentable porque la mitad de los negocios que la han incorporado, han sido más productivos. Es tal el éxito que está teniendo que va a revolucionar los entornos laborales por completo. Recordemos que, dicho de manera muy simple, la inteligencia artificial es “la capacidad de un ordenador de hacer tareas que antes hacían seres inteligentes”. Y que hasta donde yo sé esos seres inteligentes somos nosotros, los humanos. Tengo que reconocer que me ha despistado un poco el concepto.

      ¿Habéis pasado por un Decathlon recientemente? Cuando vas a la caja solo tienes que dejar lo que vayas a comprar encima de un contendor y te dice cuánto es. Sin moverlo. Gracias a unos chips pequeños, como pegatinas, que van en la ropa, se conectan con el receptor y listo. Seguramente la cajera esté ahora recibiendo a los clientes o solucionando dudas. Este es un ejemplo de cómo la automatización de una tarea hace que una persona, en este caso, una cajera, vea desplazado su trabajo porque hay una máquina que hace esa función. No está en la calle, está haciendo otras funciones. Digo cajeras porque según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), en España, más del 80% son mujeres.

      No son pocas las tecnologías que ya permiten sustituir el trabajo humano mejorando la eficiencia y la precisión de los procesos. Esto pasa en las tiendas, pero también pasa en muchos servicios de atención telefónica donde acabamos gritándole al teléfono porque la máquina no deja de repetir “Lo siento pero no le he entendido”. ¿Te suena? Antes, ahí había una persona. Una mujer probablemente. También pasa en los gimnasios low cost donde ahora te da las clases un profesor en una pantalla en lugar de un monitor de carne y hueso. Dicen que algún día llegarán los camiones autónomos y los camioneros dejarán de poner su vida en peligro conduciendo miles de kilómetros. Lo veremos.

      Y estarás replicándome que las cajeras y las telefonistas están ahora sin trabajo. Pero estos son ejemplos donde la persona ha sido o podrá ser desplazada de su trabajo, pero no obligatoriamente despedida. Creo que es útil entender este matiz de cara a nuestras angustias tecnológicas. Es decir, nuestro trabajo cambia, pero no necesariamente va a peor. Lo que hay que hacer es garantizar que esa persona trabajadora tiene una alternativa cuando sus tareas cambien y que cuenta con las habilidades digitales necesarias para desenvolverse en este nuevo mundo híbrido en vez de verse expulsada del mercado laboral con difícil reciclaje.

      Es verdad que la digitalización y sobre todo la automatización van a afectar a las tareas repetitivas y básicas. Pero no solo. Como toda revolución, implica cierto grado de incomodidad y reajuste ante el cambio. Así pasó en las revoluciones industriales anteriores. Sin embargo, a diferencia de estas, creo que ahora tenemos la oportunidad de mitigar el sufrimiento social СКАЧАТЬ