Paso a la juventud. Sandra Souto Kustrín
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Название: Paso a la juventud

Автор: Sandra Souto Kustrín

Издательство: Bookwire

Жанр: Документальная литература

Серия: Historia

isbn: 9788437093284

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СКАЧАТЬ la bolchevización defendida por las juventudes. Prieto también decía que del folleto Octubre discrepaban públicamente organizaciones juveniles socialistas «que acaban de elegir Directivas de criterio contrario, como las de Asturias, Badajoz, [y] Madrid». La JSM negó la versión de Prieto alegando que no había elegido comité directivo desde enero de 1934, y que el cinco de mayo de 1935 se había constituido una Comisión Gestora con los miembros de la anterior dirección que no estaban en la cárcel.151

      Y la cuestión de la «disciplina» de las juventudes socialistas fue otro motivo de enfrentamiento entre los sectores centrista e izquierdista del PSOE. Tras salir de la cárcel en noviembre de 1935, Largo Caballero rechazó tener relación con la edición del folleto Octubre. Segunda Etapa, pero también lo defendió, considerando que las Juventudes Socialistas habían «planteado problemas que el partido tendrá que discutir y resolver» y que habían tenido «más decisión que el partido». Agregó que «con muchas –aunque no con todas» las afirmaciones del folleto estaba totalmente de acuerdo, haciendo especial referencia a la dictadura del proletariado y a la bolchevización del PSOE, que definía como la depuración del partido, reafirmando su ideología marxista y reconstruyendo su organización para que fuera más eficaz.152

      Tras la salida de Largo Caballero de la ejecutiva del PSOE en diciembre de 1935, toda la ejecutiva de la FJS se dirigió en un largo comunicado a «sus militantes, a los del Partido y los Sindicatos, a la clase obrera en general», lo que, aparte de inusual, resultaba completamente contrario a las normas socialistas, y que los firmantes justificaban por la «obediencia» que habían mostrado hacia las consignas de la dirección del PSOE y por haber asumido la dirección de la FJS debido a que en su anterior ejecutiva el partido no había encontrado «servidores leales y sinceros». El comunicado planteaba que las bases del PSOE estaban a favor de Largo Caballero, consideraba a la nueva ejecutiva «ilegítima» y pedía su dimisión, mientras que, como ya se había amenazado desde Renovación antes de octubre, la FJS se consideraba libre «de toda obligación para con los actuales poderes del partido», aunque decía mantenerse ligada, «sin reservas», a él. Desde El Socialista se respondió con un llamamiento a la disciplina de la organización juvenil porque «no se llaman juventudes socialistas por generación espontánea», sino que tenían que actuar al servicio del PSOE, idea que se repetía varias veces. Pero no se las atacaba con dureza, seguramente intentando no ahondar en el enfrentamiento, y se justificaba su actitud por su falta de experiencia y por el carácter juvenil «impaciente», mientras se destacaba su papel en el partido, su crecimiento y su fortaleza.153

      Las tensiones y las divisiones socialistas se trasladaron a las diferentes federaciones juveniles. Sirve de ejemplo la situación en Bilbao, donde la juventud socialista se propuso, ya en mayo de 1935, celebrar una consulta entre sus afiliados sobre una alianza con los republicanos, ante lo que un militante planteó, desde la cárcel donde cumplía condena por los sucesos de octubre, que no se debía hacer porque había una decisión en contra del último congreso de la FJS. Tras la dimisión de Largo Caballero, en la cárcel de Larrinaga, donde estaban la mayoría de los jóvenes socialistas vascos presos tras octubre de 1934, circuló una carta de defensa de la «unidad del partido», en la línea de la Ejecutiva del PSOE, lo que produjo un debate «bastante lamentable» e inadecuado «dada la próxima contienda electoral y la importancia de ésta», según un afiliado que decía haberla firmado, y que llevó a otro grupo de jóvenes socialistas presos en la misma cárcel a pedir a la Juventud Socialista de Bilbao que expresara su apoyo al Comité Nacional de la FJS y, por tanto, a Largo Caballero, lo que hizo la asamblea de la organización celebrada el 16 de enero de 1936.154

      El acercamiento entre los jóvenes seguidores de Largo Caballero y los comunistas oficiales continuó y una octavilla de la Juventud Comunista de Madrid, de fecha muy cercana a los sucesos de octubre, planteaba que, además de «haber luchado juntos jóvenes socialistas, comunistas, libertarios», la juventud socialista y la comunista habían formado un comité de enlace entre ambas organizaciones.155 Una representación de la FJS y otra de la UJCE se reunieron en Madrid el 1 y 3 de noviembre de 1934, en una reunión apenas citada por los historiadores, volviendo a discutir sobre la utilidad de las luchas parciales, la situación en Alemania y el papel de los partidos socialista y comunista en el ascenso de Hitler al poder; los cambios en la política de frente único de la Internacional Comunista y la crisis de la socialista. La FJS informó de un manifiesto que había aprobado su ejecutiva tras la lucha de octubre en el que se hacía un llamamiento a reconstituir la unidad del movimiento juvenil internacional sobre nuevas bases, insistiendo en el fracaso de las dos internacionales obreras y proponiendo unificar las organizaciones juveniles obreras españolas a través del ingreso de las juventudes del PCE, de la ICE y del BOC en la FJS, porque ésta se hallaba «en mejores condiciones que cualquier otra fuerza para realizar la unidad».156 Lo único que se llegó a aprobar fue potenciar las Alianzas Obreras para que actuaran de forma pública, reorganizando sus direcciones –en la línea propuesta por el PCE antes de octubre, con la presencia de delegados directos de comités de fábrica y de barriada– y crear una Alianza Obrera Nacional que presentase candidatos a unas futuras elecciones generales. Los jóvenes socialistas rechazaron la nueva propuesta de frente único desde arriba de la Internacional Comunista, porque incluía a «reformistas», mientras mantuvieron sus críticas al «excesivo dirigismo de Moscú» existente en la internacional, y a los comités antifascistas y asociaciones de amigos de la URSS, donde participaban la «burguesía de izquierdas» y «elementos reaccionarios».157

      La juventud socialista informó también de que había contactado con las juventudes de izquierda de la Internacional Juvenil Socialista –las organizaciones británica, belga, francesa, suiza, checoslovaca y austriaca–158 proponiéndoles reunirse para analizar la situación de la Internacional Juvenil Socialista, con la que la organización española consideraba necesario romper. La UJCE planteó que si lo que se hacía era crear otra internacional se dificultaría aún más la unificación de los jóvenes. Propuso a la FJS que ingresara en la Internacional Juvenil Comunista y enviara una delegación a Moscú para discutir con otra de la UJCE y que solicitara que se la invitase al congreso que la IJC iba a celebrar, y que también se invitara a una delegación de esta última a la conferencia de las organizaciones juveniles de la izquierda socialista. Por su parte, el Secretariado Romano de la Internacional Comunista –encargado de los países latinos– se dirigió al PCE el 15 de enero porque consideraba la actitud de la UJCE demasiado «tolerante» hacia la FJS, rechazando especialmente el punto de «no agresión» que contenía el acuerdo proyectado entre ambas organizaciones. Ya el 20 de enero de 1935 se constituyó el comité de enlace de Torrelavega (Santander), «conforme a las instrucciones recibidas de la Federación Nacional», según informó la Juventud Socialista de esa localidad, mientras que el comité de enlace provincial de Asturias habló de la constitución de comités comarcales y locales en la región y agregó que esto no colmaba «las aspiraciones» de ninguna de las dos organizaciones, pero que era el «paso obligado para llegar a la unidad orgánica».159

      Por otra parte, a principios de enero de 1935 se inició la ruptura de las relaciones entre la FJS y los grupos juveniles de la ICE. En una carta fechada el 6 de enero, la juventud socialista protestaba por el lenguaje «de traidores y contrarrevolucionarios» con que la juventud de la ICE se había dirigido a ella en una carta anterior, a pesar de que la FJS, aunque afirmaba ser consciente de la «insignificancia numérica» y la «reducidísima y esquilmada esfera de influencia» de la organización juvenil comunista heterodoxa, siempre la había defendido «por espíritu de solidaridad y por el deseo de llegar a una auténtica unidad». Consideraba que la causa de este maltrato era el «estrecho contacto» que mantenía la FJS con las «organizaciones de la Internacional Comunista», y daba por interrumpidas las relaciones «mientras no sean rectificadas las injurias contrarrevolucionarias que nos dedicáis». La respuesta de la organización juvenil de la ICE reconocía su «debilidad numérica» pero decía no encontrar motivos para las críticas que se le hacían. Afirmaba que a pesar de su rechazo al estalinismo nunca había desdeñado el contacto con el PCE y rechazaba tener una vinculación estrecha СКАЧАТЬ