Название: Caballeros del rey
Автор: Jorge Sáiz Serrano
Издательство: Bookwire
Жанр: Документальная литература
Серия: Oberta
isbn: 9788437084336
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De ese conjunto de oficios palatinos predominan dos a nivel institucional: majordoms y camarlencs. El majordom era la máxima autoridad en la domus regia, en la dirección de la casa y mesa real, estando los cargos vinculados a estos ámbitos sometidos a su jurisdicción; su autoridad se extendía sobre todos los miembros de la Casa Real, con la excepción del camarlenc quien controlaba la cámara real y los oficios de Estado (canceller, tresorer, escrivà de ració, mestre racional), sus respectivas áreas de influencia (cancillería-escribanía y finanzas) y cargos vinculadas a éstas. Las Ordinacions de Pedro el Ceremonioso fijaron que, ante la itinerancia de la Casa Real, Cataluña, Aragón y Valencia y Mallorca debían estar provistas de un majordom de la alta nobleza, para ejercer sus funciones cuando la cort llegase a cada territorio.[143] Por su parte los camarlencs, estipulados en las Ordinacions del Ceremonioso como dos nobles, controlaban la cámara real (cama, armas, joyas, etc.) y custodiaban la persona del soberano, actuando como filtro entre el rey y el exterior de la Casa, teniendo a su cargo los oficios relacionados con la cámara como cambrers, escuders y ajudants de cambra, armer y sotsarmer, uixers d’armes, alguzirs, porters de maça, etc.[144] Pero, por encima de esas funciones, majordoms y camarlencs por su vinculación a familias altonobiliarias próximas al rey, ejercían ante todo competencias políticas ejecutivas (debían ser consellers, miembros del consell reial) y militares (cuadros de mando del ejército).[145]
Al igual que ambos máximos cargos palatinos, los oficios cortesanos vinculados a la cámara real (cambrers, armers, uixers d’armes, alguzirs), al servicio en la mesa real (copers, botellers, sobrecocs, panicers, trinxants o escuders dels coltells) o a la caballeriza y la caza (cavallerissos, munters major, falconers major, etc.), habían relegado a un nivel secundario sus labores domésticas. En algunos casos cumplían funciones políticas efectivas, al asociar su oficio en la corte a cargos en las administraciones territoriales del rey (governadors, batles, justicias), o al oficio de conseller, participando en el sistema de consells reales.[146] Ahora bien, lo que singulariza al conjunto de cortesanos era el ejercicio de misiones diplomáticas (en embajadas y negociaciones entre Estados) y sobre todo militares. A este respecto se ha destacado la particular función que en la Casa de Alfonso V en Nápoles ostentaron oficios de la cámara real como cambrers y uixers d’armes, los primeros, líderes de compañías armadas y los segundos, activos agentes diplomáticos.[147] Pero la función militar, desde la aportación de compañías a las labores ya comentadas de movilización y mando, puede extenderse, de hecho, a todo noble o caballero cortesano. No en vano tradicionalmente los cortesanos estaban obligados a servir en el ejército y a aportar un mínimo tasado de caballos de guerra cuando acudían a la Casa Real, por lo que en caso de necesidad podía emerger un contingente de gente de armas rápidamente movilizable a partir del entorno cortesano.[148]
Los sistemas de remuneración con los que la monarquía retenía el servicio de esos cortesanos destacan por su flexibilidad. Tenían estipulado unos ingresos anuales ordinarios, quitacions por su estancia en la cort a cargo de un número de monturas, pero su presencia ocasional y rotatoria así como la naturaleza de sus funciones, imponía que el grueso de su retribución derivase de pagos extraordinarios en concepto de ajudes, gràcies o libranzas per sa sustentació. La cuantía de éstos superaba con creces sus ingresos ordinarios. Por ejemplo el noble valenciano Ramon Boïl como coper, si servía regularmente en la cort durante un año percibiría 3.330 ss. de su cargo, entre quitació anual (2.880 ss., en terçes de 960 ss.) y dret de vestir (450 ss.);[149] sin embargo desde 1428 tenía asignada una cantidad anual tres veces mayor: 1.000 flor. (11.000 ss.) que el rey le otorgó «en sustentació de son stat mentre al dit senyor [rey] li plaurà o de altra sustentació o remuneració lo haurà procehit»: una gracia extraordinaria y temporal que cobraba en cuatro pagas anuales.[150] Su retribución extraordinaria no le obligaba a residir en la cort y remuneraba de forma más que rentable su disponibilidad al servicio militar del rey. Los pagos extraordinarios podían triplicar los honorarios ordinarios, aunque éstos (sumando sus quitacions, drets de vestir y, ocasionalmente, drets del ofici) ya suponían de por sí unos ingresos substanciosos, como se ve en el cuadro 2.2.
Como se aprecia esos ingresos oscilaban entre máximos próximos a los 7.000-6.500 ss., para los más altos cargos (majordoms y camarlencs) y mínimos cercanos a los 2.000 ss. (sobrecocs, botellers, panicers, trinxants, cavallerissos, cambrers, falconers majors, rebosters), pasando por cantidades que rondaban los 3.000 ss. (copers, uixers d’armes, alguzirs). Eran las cantidades que podían percibir cuando acompañasen regularmente la cort, pero no la retribución global por su disponiblidad al servicio del rey, que derivaría más de unos pagos extraordinarios que podríamos clasificar en dos tipos. Por una parte, anualidades fijas fraccionadas en entregas, referidas como pensiones y gràcies de manteniment o sustentació y concedidos en recompensa a servicios prestados.[151] Por otra parte, donos de una vez, bien entregas dadas graciosament o gràcies, bien con una finalidad citada, como subsidios o ajudes por sus gastos siguiendo la cort o, sobre todo, como ayudas para su equipamiento militar (de caballos, armas y armaduras).[152] La concesión y cuantía de esos pagos extraordinarios estaría vinculada a múltiples factores, entre ellos, principalmente, relaciones personales de fidelidad, afinidad y servicio del cortesano al rey. Así, las cifras de donos y anualidades más altas, más de 10.000 ss., se reservarían a cortesanos altonobiliarios íntimos compañeros de armas del monarca, sus principales agentes diplomáticos y cuadros de mando en su ejército.[153] Las cuantías predominantes serían inferiores a 10.000 ss., para caballeros cortesanos de menor jerarquía (cambrers, uixers, alguzirs, etc.) y serían donos de una vez para equipo militar o para sufragar sus gastos en la cort. Con todo, estamos ante pagos extraordinarios y como tales no sujetos a reglamentación ni por oficios ni por cantidades: su concesión, cuantía, e incluso continuidad, iba a depender de la solidez de los vínculos de servicio y fidelidad del cortesano al monarca y, sobre todo, de la política de recompensas de éste.
Al lado de los cortesanos también hemos de incluir a los cavallers, donzells y patges de la Casa Real quienes comparten condición nobiliaria y servicio político-militar. De hecho, pajes, escuderos y caballeros de casa son los rangos inferiores en la promoción interna hacia oficios cortesanos. Su presencia en la Casa Real deriva del funcionamiento de la misma en términos específicamente feudales, como cualquier otra corte nobiliaria que acogía a jóvenes de linajes menores, dependientes o clientes. La domus regia repoducía las pautas de educación nobiliaria a la mayor escala. La Casa o corte del rey de Aragón, como la del rey de Inglaterra, Francia o Castilla, funcionaba, en cierta medida, como el principal espacio educativo de linajes nobiliarios de los territorios de la Corona de Aragón, donde podían acceder jóvenes de la nobleza, pero también del patriciado urbano. Tradicionalmente, cavallers y fills de cavallers podían ser acogidos en la misma con СКАЧАТЬ