Название: Política y Academia
Автор: Martha Soledad Montero González
Издательство: Bookwire
Жанр: Социология
Серия: Investigación
isbn: 9789586605694
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Ahora, esta pregunta no resulta menor al reconocerse el papel que juega la libertad dentro del entorno que se considera práctico en la filosofía de Kant, a saber, la historia, la política y la educación moral. Así, por ejemplo, asumir que hay una irrestricta determinación física es adjudicar leyes implícitas de naturaleza de este orden en la historia, lo cual devendría en asumir los acontecimientos como enlaces de causalidades; al tiempo que los procesos de formación y deliberación humana en la educación serían tan solo la presentación de la legalidad natural en aspectos tan complejos como el aprendizaje, la decisión, el papel de la ciudadanía y la responsabilidad moral.
La solución
Llegados a este punto nuestro objetivo específico para esta sección es analizar los argumentos que aduce Kant para demostrar que las proposiciones de tesis y antítesis pueden llegar a ser compatibles. Como veremos, según Kant, hay causas que pueden darse gracias a la naturaleza y hay otras que pueden venir de la espontaneidad de la libertad. Empero, tal compatibilidad requiere organizar el problema, esto es, reconocer la locación exacta, si se nos permite la expresión, de cada una de las variables de las dos proposiciones.
En principio, el planteamiento de las dos proposiciones supone la siguiente disyuntiva: son todas nuestras acciones dirigidas por nosotros mismos o son estas las consecuencias de las leyes de la naturaleza. Al respecto, por las observaciones y posturas que tomará Kant frente a esta antinomia, se llegará a la conclusión de aceptar ambas tesis, pero reformuladas bajo la expresión: algunas de nuestras acciones son dirigidas por nosotros y otras tantas por leyes naturales.
Para ello, Kant acude a una distinción entre la perspectiva fenoménica y nouménica, de tal manera que el problema cosmológico se va a traducir en términos no ontológicos22, como una cuestión de dos jurisdicciones que pueden operar de manera simultánea y sin que cada una de estas traspase sus límites23. Ello implica que las acciones humanas no pueden verse como una piedra de escándalo al suponer una disyuntiva exclusiva de ser obedientes a las leyes de la naturaleza o, por lo contrario, manifestaciones de una causa incondicionada.
Bajo este marco, surge la cuestión de cómo lograr entonces una compatibilidad entre necesidad e incondicionalidad si de entrada sugieren ser excluyentes. La compatibilidad se logra reconociendo: a) el lugar que ocupa la antinomia dentro de la KrV; b) exponiendo la naturaleza del problema; y, c) aceptando las implicaciones de ambas causalidades.
Al respecto, es importante señalar que esta hoja de navegación nos permitirá reconocer que la lectura compatibilista que realiza Allison, y a la cual nos ceñimos como recurso metodológico para leer e interpretar este problema, sugiere una perspectiva epistémica y no ontológica del problema24.
Puesto así, veamos:
a) La tercera antinomia se ubica dentro de la dialéctica trascendental, esta última está a su vez ubicada dentro la lógica trascendental que entendemos como una parte de la lógica que trata de la cuestión de la verdad y que tiene como una de sus preguntas centrales las condiciones que son necesarias para tener un conocimiento verdadero, condiciones que son las del espacio y del tiempo, temáticas de la estética trascendental25. Luego, la antinomia precisamente surge porque se ha llegado a los límites del conocimiento humano.
b) La antinomia se presenta cuando aplicamos un concepto como el de causalidad a objetos que se dan más allá de la experiencia posible y se comienza a especular sobre si hay o no un inicio incondicionado. Así, a través de la pretensión de conocer más, se desbordan los límites y, con ello, se confunden principios trascendentes, en cuyo uso no se basa la experiencia. Un ejemplo de esto es, por supuesto, la libertad, la cual al ser interpretada como fenómeno y no como cosa en sí produce una ilusión que se reconoce como un supuesto conflicto26. Puesto así, comprender la libertad dentro de los marcos de lo fenoménico genera una ilusión que surge de la tensión entre la razón y el entendimiento27. Allí, el entendimiento ve en las ideas de la razón consideraciones muy amplias y, a su vez, la razón observa los conceptos del entendimiento muy reducidos28.
c) A la luz de lo anterior, queda claro que el entendimiento, al ser una facultad del conocimiento del mundo de la experiencia, afirma la antítesis (necesidad) y, la facultad de la razón, que permite pensar las ideas trascendentales, asume verdadera la tesis (incondicionalidad)29.
Ahora, el punto interesante que surge de lo anterior es que Kant ofrece la posibilidad de pensar la libertad, pero desde una posición nouménica, a fin de evitar asumir que una decisión humana pueda ocurrir de la nada30. En ese orden de ideas, Kant sugiere que no es incompatible la causalidad por libertad con la causalidad según leyes naturales, lo que hace de Kant, según Allison, un compatibilista entre la determinación de la naturaleza y las acciones concatenadas dentro de parámetros del libre albedrío. Para comprender lo anterior basta repasar en estricto rigor el siguiente fragmento que separa a la libertad de los marcos supuestos de las determinaciones naturales:
La validez del principio que afirma la completa interdependencia de todos los eventos del mundo sensible conforme a las leyes naturales inmutables quedó ya establecida como un principio de la analítica trascendental y no permite infracción ninguna. La cuestión se reduce, pues, a si, a pesar de ello, puede haber libertad respecto del mismo efecto determinado por la naturaleza o si, por el contrario, esa libertad queda completamente excluida por dicha regla inviolable. La común y engañosa suposición de la realidad absoluta de los fenómenos revela aquí su pernicioso influjo en la confusión de la razón. En efecto, si los fenómenos son cosas en sí mismas, la libertad es insalvable. En este caso, la naturaleza es la causa completa y en sí misma suficientemente determinante de todo acontecimiento. La condición de este no se hallará entonces sino en la serie de los fenómenos, los cuales serán, ellos y su efecto, necesarios en virtud de la ley natural. Por el contrario, los fenómenos no son considerados sino como lo que son en realidad, es decir, no como cosa en sí, sino como meras representaciones que se hallan vinculadas conforme a leyes empíricas, entonces tienen que poseer fundamentos que no sean fenómenos31.
Esto quiere decir que en la analítica trascendental se expone la forma en que los conceptos puros del entendimiento, las categorías, permiten las condiciones de representación, a saber, los fenómenos. Puesto así, en este pasaje se argumenta que, si se asume que los fenómenos son la única realidad y que no hay un espacio para algo más, no habría lugar para la libertad. Pero, este supuesto implica afirmar algo que no se puede probar y, por lo tanto, algo que sería imposible de darse, ya que supone un mecanicismo en la totalidad de las acciones humanas.
Pero como no se puede probar que los fenómenos sean la realidad absoluta, entonces se sigue que podemos pensar que puede existir otro ámbito de la realidad que no esté gobernado por las leyes de la naturaleza física, sino por otras leyes, que pueden ser las que corresponden a un ser libre.
Al mismo tiempo, en la medida en que ese ser libre es un ser racional, no actuará de manera caprichosa, sino siguiendo un orden que estaría legislado por lo que Kant llama las leyes de la libertad, y que nos abren otra esfera, a saber, la de la acción. Este marco distinto al fenoménico, el de las leyes de la libertad, es el inteligible. Luego, es posible conocer lo que podemos representarnos, es decir, los fenómenos, y podemos pensar cosas en sí mismas, a saber, los noúmenos, tal como la libertad.
Poseemos dos perspectivas y de paso llegamos a uno de los avatares de la teoría kantiana: el idealismo trascendental. Ahora bien, tal como lo sugiere Allison, este idealismo trascendental puede leerse desde una condición epistémica según la cual los seres humanos poseen ciertas condiciones de representación de los fenómenos, esto bajo los СКАЧАТЬ