Название: Política y Academia
Автор: Martha Soledad Montero González
Издательство: Bookwire
Жанр: Социология
Серия: Investigación
isbn: 9789586605694
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Para lograr tal objetivo es imperativo reconstruir la tercera antinomia de la razón, la cual surge como una suerte de conflicto entre dos tesis que parecen ser correctas de modo separado, pero incompatibles una vez juntas. El análisis de esta nos permite comprender en qué sentido, para Kant, la libertad no es algo caprichoso, sino que es un tipo de causalidad que, si bien no se puede conocer, sí es algo que se puede pensar como principio de un mundo inteligible, tal y como lo expone Henry Allison8. Así pues, la libertad surge en la primera crítica (KrV), donde se establece la posibilidad de la libertad trascendental mediante la resolución de la tercera antinomia, y ya para la segunda crítica (KpV) sí se establece la conexión entre la libertad y la ley moral.
Nuestra ruta de trabajo para este capítulo académico está dividida en tres momentos. Primero, expondremos cómo la tercera antinomia, la cual presenta un problema cosmológico, nos permite reconocer dos tesis con respecto a la causalidad, lo cual implica que en efecto tenemos un conflicto que se resume en una disyuntiva: o nuestras acciones están en su totalidad determinadas por leyes naturales o sencillamente podemos ser libres dentro de un mundo determinado.
Segundo, mostraremos cómo queda resuelta la antinomia con dos causalidades que en principio parecen ser excluyentes. Como veremos, la salida kantiana resulta, en líneas generales, compatibilista, por cuanto muestra que la libertad y el llamado determinismo causal no necesariamente entran en contradicción; esto bajo la interpretación que realiza principalmente Allison, el cual realiza una lectura epistémica de la antinomia versus una lectura ontológica9.
En tercer lugar, expondremos cómo, a partir de la anterior lectura, resulta adecuado adoptar una distinción crítica en relación con los seres humanos, entre un carácter fenoménico y otro inteligible. Lo planteado en estas secciones constituirá la noción de libertad desde una revisión enteramente epistemológica y teórica, la cual Kant tomará como punto de partida en su filosofía moral y de la historia, escenarios filosóficos igualmente pertinentes y amplios dentro de la filosofía de Kant, los cuales, por lo pronto, desarrollaremos de forma muy enunciativa; empero, podrán ser atractivos de evaluar a partir de la perspectiva teórica que presentaremos.
El conflicto
La tercera antinomia de la razón (KrV) expone una oposición entre dos tesis que, en principio, parecen estar en conflicto:
Tesis: La causalidad según leyes de la naturaleza no es la única de la que pueden derivar los fenómenos todos del mundo. Para explicar éstos nos hace falta otra causalidad por libertad. (…) Antítesis: No hay libertad. Todo cuanto sucede en el mundo se desarrolla exclusivamente según leyes de la naturaleza10.
De acuerdo con Kant, la tesis acepta una parte de lo que defiende la antítesis, pues acepta la causalidad de las leyes naturales, pero choca con ella al afirmar otra causalidad distinta a las determinaciones físicas, que sería la de la libertad. A su vez, la antítesis niega que la libertad pueda tener un poder causal, pues ello supondría un principio incondicionado no sujeto a las leyes de la naturaleza.
Cada proposición ofrece un inicio para sostenerse como verdadera, la tesis, una posibilidad y la antítesis, una autoridad, las leyes naturales. El problema que surge a partir de esta inconmensurabilidad no es solamente el formal, esto es, que parecen contradecirse, sino además práctico, pues si se acepta la tesis, se rompería la hipótesis de un orden causal físico del mundo, pero si se acepta la antítesis, no habría espacio para la agencia moral libre, que sería la condición de posibilidad para la justificación moral11. De lo expuesto, resulta entonces claro que Kant busca permitir una salida a un atolladero de la razón, el cual, de no realizarse, generaría profundas crisis de estabilidad al interino de su sistema.
No obstante, y siendo rigurosos en la lectura, la libertad que se podría desprender de la tesis no es tomada como posibilidad de agencia moral, pero sí nos sirve como una explicación no mecanicista del obrar humano en general, en cuanto, como el mismo Kant expone, la libertad trascendental es la capacidad de empezar un estado espontáneamente12. Por tanto, el problema de la justificación moral, si bien no es trabajado por Kant en la antinomia, sí es una tensión que podemos leer allí. De vuelta al problema, según Allison, la tesis es justificada por Kant gracias a la lectura que hace de la antítesis como contradictoria al no cumplir con el principio de razón suficiente13, pues la causalidad que exige que un evento sea causado por otro y este a su vez sea causado por otro evento, no tendría nunca una serie completa, y ello sugeriría no poseer una explicación adecuada de la totalidad de los elementos14.
Una interpretación similar a esta es la de Carlos Pereda, quien sostiene que la tesis se justifica sobre la antítesis cuando exige a esta última dar cuenta de los principios de finitud y compleción, siendo el primer principio la exigencia incumplible de un regreso al infinito en la explicación causal, y el segundo el que las causas nunca se observan como totalidad15.
Continuando con nuestra reconstrucción, la prueba de la tesis expone, a nuestro juicio, tres elementos puntuales que podemos identificar para reconocer su validez: i) suponiendo que no hay otra causalidad distinta a la naturaleza, todo en cuanto sucede presupone estados previos encadenados a una regla16; ii) una causa presupone a su vez otra causa, y esto nos lleva a un regreso ad infinitum en el que no existiría una integridad en la serie de las causas; y, iii) de los dos elementos enunciados, se infiere que el primer comienzo tuvo que ser incondicionado, puesto que:
nada sucede sin causa suficientemente determinada a priori. Así, pues, la proposición según la cual toda causalidad es sólo posible según leyes de la naturaleza se contradice a sí misma en su universalidad ilimitada. No podemos, por tanto, admitir que tal causalidad sea la única17.
Con estos tres elementos, la tesis, en principio, parece triunfar sobre la antítesis. Bajo esta óptica sin una primera causa incondicionada, las causas que constituyen la serie fenoménica no se encontrarán lo suficientemente determinadas a priori, por lo tanto, no se podrán explicar los fenómenos que acaecen en el mundo. Desde nuestra lectura, es una forma de reducción al absurdo, empero, Kant sigue un procedimiento similar para mostrar que el argumento puede estar a favor de la antítesis.
Evaluando esa última, rescatamos igualmente tres elementos de la proposición que adscriben la posibilidad causal únicamente a la naturaleza: i) suponiendo una libertad trascendental que diera inicio a un estado de cosas condicionado por este inicio absoluto, no podría ser consecuencia de una causa anterior; ii) dicho de esta forma, todo lo que acontece se origina en esta causa incondicionada, pero esta causa al no tener causa, viola precisamente la ley de la causalidad; y, iii) con base en lo anterior:
una conexión de estados sucesivos de las causas eficientes según la cual es imposible toda unidad de la experiencia y que, consiguientemente, tampoco se halle en ninguna experiencia, no es más que un puro producto mental18.
De manera análoga al caso de la tesis, en la antítesis se argumenta que, si se reconoce la libertad trascendental, se supone una creación ex nihilo que altera la unidad de la experiencia y por tanto trasgrede la naturaleza19. Con la revisión de ambas proposiciones concluimos dos aspectos. Primero, creemos que el objetivo de la antinomia, al ser presentada como irresoluble formalmente, en principio se confunde por suponer características fenoménicas a la libertad. Explicar lo incondicionado desde parámetros condicionados genera una contradicción evidente y, por tanto, una invitación a no generar más representaciones de lo que no se puede representar fenoménicamente. Asumimos, entonces, que es una restricción sana de los límites de nuestro conocimiento y de ahí por qué la libertad surge como un problema teórico en principio.
Segundo aspecto: la tercera antinomia presenta, provisionalmente, una libertad que surge dentro de un problema cosmológico pero que puede leerse en clave moral20. En este punto vale la pena recordar que en la tercera antinomia СКАЧАТЬ