Reavívanos . Mark Finley
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Название: Reavívanos

Автор: Mark Finley

Издательство: Bookwire

Жанр: Документальная литература

Серия: Reavivamiento y reforma

isbn: 9789877983944

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СКАЧАТЬ segundo principio de una vida devocional revitalizada es este:

      2. Lea la Biblia en oración y permita que el Espíritu Santo impresione su mente. Permita que la Palabra de Dios se convierta en el tema de sus oraciones. Si la oración es el aliento del reavivamiento, el estudio de la Biblia es su corazón. La oración y el estudio de la Biblia son los mellizos siameses del reavivamiento. Están interconectados. Mientras más ore, más hambre tendrá de la Palabra de Dios. Mientras más estudie la Palabra de Dios, más deseará orar. He aquí algunas sugerencias prácticas:

      a. Tome un Salmo a la vez. Lea algunos versículos. Pregúntese qué le está diciendo Dios en estos versículos. Hable con él, en oración, sobre lo que el Espíritu le está indicando. A medida que ore mientras lee los Salmos, escuchará la voz de Dios hablándole al corazón, como lo hizo con los salmistas.

      b. Tal vez desee también concentrar su devoción personal en las últimas escenas de la vida de Cristo. La Biblia contiene seis capítulos sobre la muerte de Cristo: Salmo 22, Isaías 53, Mateo 27, Marcos 15, Lucas 23 y Juan 19. Tome un capítulo a la vez. Lea unos pocos versículos. Visualice los sufrimientos de Cristo en su favor. Permita que el Espíritu Santo lo impresione con la enorme magnitud de su sacrificio. Encontrará que su corazón se quebrantará por los pecados que lo llevaron a la cruz. Sentirá que su amor lo abriga; se sentirá atraído hacia él por su gracia y abrumado por su sacrificio.

      Estudie con oración los grandes pasajes de la Biblia. Esto marcará una diferencia notable en su vida devocional. Permita que Dios le hable por medio de su Palabra. Ore con el salmista: “Vivifícame con tu palabra” (Sal. 119:154).

      Si seguimos este consejo de la mensajera de Dios para los últimos días, veremos resultados maravillosos: “Tomad la Biblia y, sobre vuestras rodillas, rogad a Dios que ilumine vuestra mente. Si estudiáramos diligentemente y con oración la Biblia día tras día, veríamos cotidianamente alguna hermosa verdad bajo una luz nueva, clara y vigorosa” (Consejos sobre la obra de la Escuela Sabática, p. 24).

      Ahora hemos llegado al tercer principio de una vida de oración reavivada.

      3. Aprenda a orar en voz alta. La oración secreta no es necesariamente silenciosa. Durante nuestras actividades diarias, a menudo resulta apropiado enviar al Cielo peticiones silenciosas. Pero, durante nuestros momentos de devoción, orar en voz alta mantiene la mente concentrada en Dios. Jesús oraba en voz alta.

      Los discípulos quedaron tan impresionados cuando escucharon al Salvador orar en voz alta que le pidieron que les enseñara a orar (Luc. 11:1). En el Getsemaní, Jesús determinó hacer la voluntad del Padre sin importar el costo. El Evangelio de Mateo registra que Jesús cayó tres veces sobre su rostro, a la vez que decía: “No sea como yo quiero, sino como tú”. Es obvio que Jesús estaba orando en voz alta (ver Mat. 26:36-44).

      El libro de Hebreos nos dice que Jesús, “ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al que le podía librar de la muerte, fue oído a causa de su temor reverente” (Heb. 5:7).

      Elena de White nos indica que debemos “aprender a orar en voz alta cuando únicamente Dios puede oír” (Nuestra elevada vocación, p. 132).

      No necesitamos temer que Satanás de alguna manera escuche nuestras oraciones, sepa lo que pedimos y prepare estrategias para engañarnos, porque “al sonido de la oración ferviente, toda la hueste de Satanás tiembla”. Y Dios responde a nuestras peticiones enviando a legiones de ángeles que hacen retroceder a las huestes de Satanás (Joyas de los testimonios, t. 1, p. 122).

      Siga el ejemplo de Jesús, y ore en voz alta durante sus momentos de devoción. Al principio le resultará un poco difícil; pero, al continuar, el Espíritu Santo lo conducirá a una rica experiencia con el Maestro.

      Esto nos lleva al cuarto principio de la oración exitosa y al reavivamiento espiritual.

      4. Organice un grupo pequeño de oración de tres a cinco personas y acuerden reunirse al menos una vez por semana para orar. La iglesia del Nuevo Testamento se unía en oración por el poder del Espíritu Santo (Hech. 1:14; 4:31). Jesús instruyó a sus discípulos para que oraran juntos. “Otra vez os digo, que si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquiera cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los cielos. Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos” (Mat. 18:19, 20).

      Al comentar sobre este texto, Elena de White añade: “La promesa se hace sobre la condición de que se ofrezcan las oraciones unidas del pueblo de Dios, y en respuesta a estas oraciones puede esperarse un poder mayor que el que viene en respuesta a la oración privada. El poder conferido será proporcional a la unidad de los miembros y a su amor por Dios, y de uno por el otro” (The Central Advance, 25 de febrero de 1903). Esta es una declaración maravillosa, llena de ánimo para el pueblo de Dios en nuestros días. Hay un poder especial, inusual, en orar juntos. Cuando desechamos nuestras agendas personales, nos unimos en oración y derramamos nuestro corazón ante Dios, él responderá más allá de nuestras expectativas.

      La historia del reavivamiento es la rica historia de un pueblo que ora. Es la historia de la iglesia que busca a Dios en comunidad. La iglesia se reaviva cuando los miembros establecen grupos de oración y derraman su corazón ante Dios.

      ¿Por qué no comienza un grupo de oración en su casa? ¿Por qué no invita a algunos amigos a unírsele para buscar a Dios y obtener una experiencia espiritual más profunda? ¿Por qué no intercede con algunos amigos cercanos por sus familias, sus amigos y sus vecinos que quizá no conocen a Jesús o su mensaje para nuestros tiempos?

      Un padre o una madre que oran pueden ejercer una tremenda influencia en la vida de sus hijos. Un cónyuge que ora puede ejercer una maravillosa influencia en su matrimonio. Los miembros de iglesia que oran pueden tener un efecto enorme en sus iglesias. Los grupos de oración marcan una diferencia en la comunidad. Los estudiantes que oran pueden cambiar la atmósfera en su escuela. El legado de los gigantes de la oración como Moisés, José y Daniel demuestra que las personas que oran cambian el curso de la historia.

      ¿Desea usted plantar las semillas del reavivamiento? Cubra su vida de oración. Cubra su familia con oración. Sature su vecindario con oración. Interceda por su esposa o su esposo, sus compañeros de trabajo, sus amigos y sus vecinos. Eleve sus peticiones al Dios que escucha. Busque a aquel cuyos oídos se inclinan siempre para escuchar los pedidos de sus hijos. Abra su corazón a un Salvador que está más interesado en contestar sus oraciones que usted en formularlas.

      Cuando lo haga, habrá descubierto la clave esencial del reavivamiento para su vida personal y para la iglesia de Dios del tiempo del fin.

       MI APLICACIÓN PERSONAL

      “Reavivamiento significa una renovación de la vida espiritual, una vivificación de las facultades de la mente y del corazón, una resurrección de la muerte espiritual” (Mensajes selectos, t. 1, p. 149). El reavivamiento no ocurre simplemente por el hecho de leer acerca de él, sino cuando ponemos en práctica sus elementos bíblicos. La iglesia del Nuevo Testamento mantenía una experiencia vital con Jesús por medio de la oración, el estudio de la Biblia y la testificación.

      Esta es la primera de una serie de aplicaciones prácticas de los principios espirituales que discutiremos en cada capítulo. Al poner en práctica estos principios en su propia vida, descubrirá la clave del reavivamiento espiritual personal. Su experiencia con Jesús será más profunda y más íntima de lo que alguna vez imaginó.

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