Filosofía y Sociedad hoy. John Dunn
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Название: Filosofía y Sociedad hoy

Автор: John Dunn

Издательство: Bookwire

Жанр: Документальная литература

Серия: Humanidades

isbn: 9786079761707

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СКАЧАТЬ Las relaciones sociales entre individuos, grupos y naciones. Se trata de que el creciente individualismo no haga desaparecer el sentido de comunidad y su tejido o red de relaciones. Ello requiere la afirmación tanto de la autonomía del individuo como de la cohesión social y la solidaridad. Para ello es necesario empezar por lo más básico: una mejor distribución de la riqueza, y a partir de ahí repensar y reactivar la justicia, dinamizar la solidaridad y establecer instancias de diálogo en todos los niveles, hasta en el intercultural.

      c. Repensar el papel de la religión como dadora de sentido, que es a la vez orientación y motivación. Se ha dicho que en ella se cumple la segunda ley de la termodinámica, según la cual la energía no desaparece, sino que se transforma, algo semejante ocurre con la religión; por tanto, mejor reconocerla que tenerla como algo reprimido en un Estado laico excluyente, incapaz de dar ni orientación ni motivación. Nuestras sociedades al no saber dar cauce a esta clase de inquietudes pueden convertirse en un eventual factor que más bien favorece el fanatismo y el fundamentalismo. Si antes aludí al diálogo intercultural, aquí surge la necesidad del inter-religioso.

      d. El arte y la estética como el ámbito en el que uno se abre al campo del sentido. En arte lo relevante no es tanto el material como la forma y a lo que apunta, lo que dice; la obra de arte habla, ciertamente a través de los significantes que usa, pero sobre todo por su discurso, su mensaje.

      En definitiva los grandes temas continúan siendo, bajo mi punto de vista, la ética, la política, la religión y el arte, cuyas raíces son la metafísica, como afirmó Descartes.

      En cuanto a los autores, me parecen especialmente dignos de mención los grandes clásicos. Creo que en la formación actual de los filósofos se tiende a dar mucha contemporaneidad y poca modernidad y todavía menos filosofía clásica griega. En este sentido recomendaría sobre todo Platón y Aristóteles y San Agustín, Kant y Hegel, Marx y Kierkegaard, Husserl y Heidegger, la Escuela de Frankfurt, Wittgenstein, Zubiri. Obviamente para cualquier cuestión hay que añadir los autores competentes de entre los actuales, aquellos suministran una buena base, que después tiene que completarse desde la actualidad.

      3. En términos generales puede decirse que es muy parecida a la descrita en el punto 1. Ciertamente con sus peculiaridades, la primera de las cuales es el corte que se produce con la guerra civil en 1936-39 y la consiguiente represión y exilio de muchos intelectuales y filósofos. Ello supone un corte en una situación que prometía. Es verdad que la universidad española a pesar de la cerrazón oficial de horizontes y con grandes dificultades estaba en conexión con los demás centros de pensamiento europeo y americano, de modo que las mismas “modas” o movimientos que se daban en el extranjero también estuvieron presentes en el nuestro.

      Creo que también en España se dan los tres 'continentes' de que hablaba Ferrater: fenomenología, filosofía analítica y marxismo. En cuanto a la primera, unos insisten más en Husserl y otros en Heidegger o incluso en otros autores, como pueden ser Sartre, Merleau-Ponty o Lévinas; también puede cultivarse como metafísica o como hermenéutica. Ha sido muy viva la conexión de Heidegger-Nietzsche. De este último se ha traducido de nuevo toda su obra, las cartas y los fragmentos póstumos. En cambio, la edición de las obras de Heidegger se encuentra dispersa en diferentes editoriales y colecciones y no es completa, aunque sí la mayor parte. Se puede decir que esta conexión ha dado lugar a una metafísica de aire nihilista y que es de las más cultivadas actualmente. La filosofía analítica, por su parte, vive ciertamente sus horas más bajas; puede considerarse que al menos se encuentra de modo indirecto en la filosofía de la ciencia y en los lógicos, y en gran parte de los dedicados a la filosofía del lenguaje. El marxismo se cultiva más bien desde sus nuevas versiones o recepciones, como puede ser Walter Benjamin o la Escuela de Frankfurt.

      Durante años la disciplina de la filosofía más cultivada era la ética, y en este caso se debía ser kantiano, aunque con correcciones y transformaciones, fueran propias o las de la ética del discurso. También excepcionalmente era permitido ser utilitarista.

      En los últimos decenios se han cultivado mucho más los grandes clásicos, en especial la filosofía clásica alemana y la filosofía griega clásica, sin olvidar la Edad Media, con sociedades constituidas a tal efecto y con sus congresos o jornadas periódicas y sus revistas especializadas, como por ejemplo la Sociedad Española de Estudios Clásicos, Sociedad Española de Estudios Medievales, Sociedad Española de Estudios sobre Hegel, Sociedad Española de Estudios sobre Nietzsche, Sociedad Española de Fenomenología, etc.

      Finalmente como una peculiaridad española cabe señalar el cultivo de los tres grandes pensadores españoles del siglo XX: Miguel de Unamuno, José Ortega y Gasset y Xavier Zubiri. Solamente del segundo se cuenta con edición crítica de su obra, de los otros dos se dispone de lo más importante de su obra, aunque sin edición crítica. En todo caso todos ellos son objeto de creciente interés y estudio, quizás sobre todo Zubiri, que parece va creando escuela.

      4. En líneas generales mi labor puede describirse como el cultivo de tres grandes campos: la antropología filosófica, la filosofía de la religión y la filosofía moderna y contemporánea, especialmente la de Hegel.

      Mi primera incursión en el ámbito de la antropología filosófica ya empezó en mis años de estudio, con la tesina de licenciatura sobre Gabriel Marcel y la tesis doctoral sobre Ludwig Feuerbach. Un nuevo impulso vino a raíz de lo que en aquellos años se denominaba antihumanismo, del que me pareció que compartía muchas de sus críticas al humanismo, especialmente al sujeto trascendental, a la concepción de un sujeto como fundamento inconcuso, cierto de sí mismo y hecho por sí mismo. Dicha crítica la tomaba como punto de partida para una nueva concepción del sujeto y del ser humano como alguien siempre en proceso y en proceso de socialización y a la vez de personalización o individuación, lo cual se lleva a cabo por las relaciones personales y sociales, de modo que la crítica que hacía el antihumanismo me parecía como una pista de acceso a una concepción del sujeto solidario.9

      Una segunda incursión vino de la propuesta de escribir un manual de antropología filosófica. Ello me obligó a plantear en conjunto toda la antropología, sus temas, su estructura, su articulación. Para mí fue muy enriquecedor, después de años de tratar cuestiones aisladas.10 A partir de esta visión, o en el curso de su elaboración, noté el malestar o incluso confusión que había en torno al concepto de persona, declarado por unos como fundamental y por otros como inútil, impertinente, en definitiva, fracasado. Me pareció que una de las causas de la crisis del concepto se debía a que de ser un concepto fundamental, un principio de la ética, presupuesto incuestionable, como en Kant, había pasado a ser un criterio de aplicación ética en el campo de la bioética. Ello me impulsó a estudiar cómo era tratado en este ámbito y en general en la filosofía analítica y en el naturalismo. En la discusión actual detecté dos grandes referentes: Locke y Kant. A su vez Locke proponía un concepto de persona reducido a unas cualidades puramente mentales, la conciencia, con ello no hacía más que recepcionar el concepto clásico que los medievales habían formulado, porque a ellos les interesaba un concepto que fuera aplicable a Dios (a las tres personas de la Trinidad) y al hombre. Sin darse cuenta del enorme traspaso que hacía, Locke convertía en antropológico un concepto teológico y por ello le resultaba el concepto puramente mentalista. Ahí noté el cambio que había que introducir y no tratar en general del concepto de persona, sino el de persona humana. Para comprobar las diferentes aportaciones busqué en la historia de la filosofía las posiciones características al respecto (antecedentes estoicos, San Agustín, Boecio, Edad Media) y las diferentes aportaciones que las corrientes actuales ofrecen: personalismo y fenomenología, filosofía analítica, el naturalismo, la bioética y algunas posiciones críticas con el naturalismo, concluyendo con un capítulo que quiere esbozar las líneas fundamentales del concepto de persona, que se deducen de la confrontación entre las contrapartes de la confrontación actual.11

      Dentro de la antropología filosófica incluyo también СКАЧАТЬ