La cábala. Mario Saban
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Название: La cábala

Автор: Mario Saban

Издательство: Bookwire

Жанр: Зарубежная психология

Серия: Psicología

isbn: 9788499888163

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СКАЧАТЬ debe trabajar en las diez dimensiones diferentes otorgando validez e invalidez simultáneamente a diferentes marcos argumentales. Por este motivo, la comprensión del Daat (el Conocimiento) como la energía sustancial de los 22 canales y como la energía que alimenta toda la estructura del Árbol de la Vida es fundamental porque permite una flexibilidad mental para subir o bajar de cada universo dimensional. Un dominio explicativo (Sefirá) no puede ser dogmatizado porque provocamos la consiguiente invalidez del resto de las dimensiones. Todo dominio explicativo es válido en su nivel dimensional específico, y esa validez es objetiva. Por lo tanto, tenemos dos estructuras de objetivación de la realidad anteriores a nuestra perspectiva subjetiva. La realidad eterna del Ein Sof es la primera realidad objetiva, y la clasificación de las Sefirot representa un segundo estadio de realidad objetiva.

      Así que podemos comprender cada Sefirá y la relación de cada acto subjetivo de la realidad dentro de dicha dimensión, y podemos integrar dentro del Árbol de la Vida todas las teorías explicativas del ser humano porque cada Sefirá representa un símbolo arquetípico de cada energía dentro de la realidad general. Las diez dimensiones representan diez realidades objetivas diferentes, y la diferencia de la magnitud energética que opera dentro de cada dimensión se fundamenta sobre la diversa correlación de las dos variables fundamentales del Universo contraído de la Briá (el tiempo y el espacio). En cada dimensión en particular, al modificarse la correlación entre tiempo y espacio, se produce una magnitud energética diferencial, y esta diferencia no pertenece al grado de subjetividad de la psique, sino que son diferencias objetivas. Por lo tanto, si pudiéramos modificar las variables de tiempo y de espacio, entonces podríamos físicamente operar en cualquiera de las realidades objetivas al cambiar la magnitud de las energías en cada nivel dimensional.

      Así pues, aunque existe la «objetividad» dentro de la Eternidad, desde nuestra perspectiva operamos sobre diez diferentes grados de objetividad diferencial, por lo que no es simplemente la subjetividad del sujeto la que altera el grado de percepción de la realidad, sino la posición objetiva dentro de un marco conceptual específico (Sefirá). Aunque hipotéticamente dos personas piensen exactamente igual, si se encuentran posicionadas en marcos objetivos diferentes, por el grado de magnitud energética los argumentos serán diferentes. Si traducimos lo que estamos explicando dentro del misticismo judío en términos de la psicología junguiana podemos decir que la realidad eterna del Ein Sof, es decir, el grado de máxima realidad objetiva, se denominaría con el nombre del «Self», que representa el arquetipo de la «Totalidad» y la trascendencia, y aunque Jung declaró la existencia de un «arquetipo», para la mística judía aplicada a la psicología, en realidad el Self no es «arquetipable». Si el Self es arquetipable, entonces no hace referencia a la realidad objetiva del Ein Sof, sino a una dimensión en particular. Como para Jung el Self es arquetipable, entonces no estamos trabajando dentro del marco de la realidad objetiva fundamental del Ein Sof, sino dentro de la dimensión de Keter (la más alta de las dimensiones del Árbol de la Vida).

      Cuando hacemos referencia entonces a la realidad objetiva y eterna del Ein Sof, no podemos pensar en ningún grado de simbolización arquetípica posible. El Ein Sof es, en realidad, la raíz única no-simbolizable de todas las realidades simbolizables.

      3. Lo junguiano y su relación con el misticismo judío

      «Habría que hacer una zambullida profunda en la historia de la mente judía, esto nos llevaría más allá de la ortodoxia judía en los funcionamientos subterráneos del Jasidismo, y luego en las complejidades de la cábala que aún permanece sin explorar psicológicamente».

      JUNG

      ¿Por qué motivo lo junguiano se aproxima tanto al estilo de la aplicación del misticismo judío a la Psicología? Porque Jung ha reconocido (a diferencia de otras escuelas) la pluralidad de dimensiones del ser humano. Y mientras no aceptemos esta pluralidad, todo análisis será válido exclusivamente en un marco conceptual cerrado dentro de una dimensión. Ahora bien, la tendencia a validar dentro de un sistema cerrado hace que se creen inevitablemente dogmatismos antagónicos. Como dice Robin Robertson en su obra:23

      «Después de ser excomulgado de la pequeña comunidad psicoanalítica, Jung intentó comprender por qué él y Freud habían discrepado tanto. ¿Cómo podía ser que tanto Freud como Adler insistieran sobre una única fuerza motivadora? Jung, al contrario, creía que tenemos múltiples instintos que nos van impulsando por la vida. La sexualidad y el deseo de poder son impulsos innatos, pero ninguno de ellos necesariamente excluye a los otros. Ni tampoco se trataba únicamente de impulsos. Siempre creyó que existía una llamada del espíritu que determinaba el curso de nuestra vida, y no pensaba que el espíritu fuera necesariamente más débil que los impulsos instintivos. Si lo fuera, nunca hubiéramos construido ninguna catedral».

      La mística judía aplicada a la Psicología entiende, siguiendo la posición junguiana, que existen muchas dimensiones en el ser humano, porque en realidad dentro del Cosmos participan diversas fuerzas objetivas que se interrelacionan y nuestro ser subjetivo y finito es un pequeño Cosmos. Posicionarse exclusivamente desde una idea/dogma es validar una serie de verdades dentro de un sistema específico. Por lo tanto, si la mente del sujeto adquiere mayor flexibilidad, no puede situar en un punto único (dogma) el fundamento de toda la realidad. Y no podemos decir que el Ein Sof es un dogma, porque el Ein Sof es la raíz de todas las diferentes energías que operan dentro de la realidad, y todas se encuentran en potencia dentro de Él.

      Cuando cualquier posición subjetiva finita quiere reducir la realidad manifestada de acuerdo a un impulso único, entonces otorga validez a sus verdades dentro de su sistema cerrado; lo que lamentablemente sucede entonces es que, cuando se quiere percibir la totalidad de las manifestaciones en un solo nivel superior, todo se vuelve incomprensible. Además, debemos agregar el gran problema del lenguaje, que en cierto modo complica la situación, ya que operamos dentro de las fuertes restricciones de cada concepto; y como todos operamos con sentidos subjetivos diferentes, dentro de cada concepto pueden surgir contradicciones que no se corresponden necesariamente con los diferentes niveles operativos, sino con los diversos grados interpretativos que el sujeto introduce en cada concepto.

      4. La tendencia al dogmatismo

      «Las respuestas ocultan la esencia de las cosas».

      NAJMÁN DE BRATSLAV

      Es preferible declarar nuestra ignorancia de las interconexiones reales de las diferentes energías, que explicar la totalidad a través de una variable exclusiva, como si dicha variable fuera el fundamento total y único de todo el sistema. El problema es que todo sujeto empatiza automáticamente con su situación espacio-temporal; y esto provoca que sin una intención deliberada toda situación fija subjetiva se convierte en un dogma.

      Hemos pasado del dogmatismo pagano al dogmatismo monoteísta, y del dogmatismo medieval al dogmatismo ilustrado, y del dogmatismo teológico al dogmatismo psicológico. En realidad, vamos cambiando los nombres, pero en el fondo se mantiene la misma actitud dogmática, porque toda concepción dogmática aparece cuando la psique del sujeto se sitúa fijamente en un punto determinado de la realidad espacio-temporal.

      ¿En qué cambia un psicólogo encerrado en su escuela de pensamiento de un religioso ortodoxo encerrado dentro de su sistema? Los dos parecen que piensan (y en verdad piensan, y mucho), pero el problema es que otorgan validez a sus ideas dentro de un sistema cerrado autorreferencial. El misticismo judío aplicado a la Psicología debe destruir todo dogmatismo,24 porque el dogmatismo es la visión cerrada, consecuencia inevitable de posicionarse de modo estático desde algunas de las dimensiones como si fuera la dimensión elegida el único fundamento de toda la realidad.25

      La diferencia objetiva de estos diez dominios explicativos diferentes (Sefirot) es la que produjo СКАЧАТЬ