Название: El misterio de Riddlesdale Lodge
Автор: Дороти Ли Сэйерс
Издательство: Aegitas
Серия: Лорд Питер Уимзи
isbn: 9780369411174
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Mistress Pettigrew-Robinson se levantó de su asiento.
– Theodore, creo que deberíamos prepáranos para ir a la iglesia – dijo.
– Diré que preparen el coche – dijo la duquesa —. Peter, me alegro mucho de verte aquí. No fue conveniente que te marcharas sin dejar la dirección. Llama, si quieres algo más. Ha sido una lástima que no llegaras a tiempo de ver a Gerald.
– No te preocupes – respondió alegremente lord Peter —. Iré a verle a la cárcel. Es preferible lavar la ropa sucia en familia; eso facilita la cosa, sobre todo cuando se trata de un crimen. Estoy muy preocupado por la pobre Polly[7]. ¿Cómo se encuentra?
– Hay que dejarla tranquila todo el día de hoy – dijo la duquesa con decisión.
– ¡De acuerdo! – respondió lord Peter —. No la molestaré. Parker y yo vamos a divertirnos hoy mucho. Va a enseñarme esas huellas de pasos sangrientas… No creas, Helen, que esto es un juramento, sino un adjetivo de cualidad… Espero que la lluvia no las haya borrado.
– No – respondió Parker —. Las he cubierto con macetas.
– Entonces, pásame el pan y la mermelada de naranja – dijo lord Peter – y hazme un relato de todo.
La marcha de los que iban a la iglesia hizo más humana la atmósfera de la casa. Mistress Marchbanks subió al piso para decir a Mary que Peter había llegado y el coronel encendió un enorme cigarro. El honorable Freddy se levantó de la mesa y empujó un sillón de cuero hasta la chimenea, sentándose con los pies apoyados en el guardafuegos, mientras Parker se servía otra taza de café.
– Me figuro que habrás leído los periódicos – dijo.
– Sí, leí la referencia del juicio – contestó lord Peter —. Mira, si me perdonas que lo diga, te diré que me pareció todo un poco sucio.
– ¡Fue escandaloso! – dijo míster Murbles —. ¡Escandaloso! La conducta del coroner fue improcedente. No debió de hacer jamás un resumen semejante. Con un jurado compuesto de campesinos ignorantes, podía esperarse todo. Si yo hubiese podido llegar antes…
– Temo que, en parte, haya sido culpa mía, Wimsey – dijo Parker con aire contrito —. Craikes no está contento conmigo. El comisario de Policía de Stapley nos avisó sin consultarle y, cuando me llegó su mensaje, corrí al despacho del jefe para que me confiara el caso. Pensé que si había dificultades o inconvenientes, a ti te gustaría que fuese yo, y no otro, quien se ocupara del caso. Estaba terminando un asunto que tenía entre manos y no pude tomar el tren, con unas cosas y con otras, hasta la noche. Cuando llegué el viernes, Craikes y el coroner estaban ya de acuerdo como gitanos de una feria. Habían fijado el juicio para aquella mañana… lo cual era ridículo… y preparado la cosa para que las declaraciones de los testigos resultaran tan dramáticas como fuera posible… Solo me dio tiempo a recorrer el terreno (desfigurado, siento decirlo, por las huellas de Craikes y de sus rufianes de la localidad), y no tuve nada que llevar al jurado.
– No te preocupes – dijo Wimsey —. No te hecho la culpa. Además, todo eso hace más emocionante la caza.
– El hecho es – dijo el honorable Freddy – que nosotros no somos populares entre los abogados. Aristócratas vagos y franceses inmorales. Lamento que no oyeras a miss Lydia Cathcart. Te hubiera agradado. Se marchó a Golders Green, llevándose el cadáver con ella.
– Bueno. Me figuro que no habrá nada misterioso respecto al cadáver, ¿verdad? – preguntó Wimsey.
– No – respondió Parker —. El forense fue muy claro. Cathcart recibió un tiro en pleno pecho que le atravesó el pulmón. Esto es todo.
– Pero no se suicidó, téngalo en cuenta – dijo el honorable Freddy —. Yo no he dicho nada para no tirar por tierra el relato de Gerald; pero todo eso de que Cathcart estaba fuera de sí y furioso, son fantasías para mí.
– ¿Cómo lo sabes? – preguntó Peter.
– Amigo mío, Cathcart y yo subimos juntos para acostarnos. Yo estaba un poco disgustado, debido a la baja de unas acciones que me producían una pérdida de dinero considerable. Aquella mañana, durante la cacería, yo no había matado nada. Tenía una apuesta con el coronel a propósito del número de dedos que tenían las patas de los gatos y yo la había perdido. Dije a Cathcart que la vida era un infierno en este maldito mundo o palabras por el estilo. “Nada de eso”, me respondió. “La vida es estupenda. Mañana voy a pedir a Mary que fije la fecha de nuestro matrimonio y nos iremos a vivir a París, donde se comprende el amor”. No recuerdo lo que le contesté y él se separó de mí silbando.
Parker había adquirido un aspecto grave. El coronel se aclaró la voz.
– ¿Qué quiere usted? – dijo —. No podemos hacernos cuenta de lo que pensaba un hombre como Cathcart. En absoluto. Educado en Francia, ya lo saben ustedes. Nada de común con un inglés. Siempre arriba y abajo, abajo y arriba. ¡Pobre muchacho! ¡Es muy triste! En fin, Peter, espero que míster Parker y usted logren descubrir algo. Debemos de procurar que el pobre Denver salga de la cárcel cuanto antes. Es muy doloroso para él, sobre todo con la cantidad de “pájaros” que hay este año. Espero que hará usted una inspección, ¿no, míster Parker?.. Freddy, ¿qué le parece si echásemos una partida al billar?
– ¡Magnífica idea, coronel! – respondió el honorable Freddy —. Tendrá que darme cien carambolas de ventaja, por lo menos, amigo mío.
– ¡Tonterías, tonterías! – exclamó el veterano militar de excelente humor —. Juega usted tan bien como yo.
Cuando se retiró míster Murbles, Wimsey y Parker quedaron sentados frente a frente en la mesa, СКАЧАТЬ
7
Diminutivo que en Inglaterra se da a las mujeres llamadas Mary.