Название: Comentario de los salmos
Автор: Samuel Pagán
Издательство: Bookwire
Жанр: Религия: прочее
isbn: 9781646911929
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DAVID, «EL DULCE CANTOR DE ISRAEL»
La importante relación de David con el libro de los Salmos se pone claramente de manifiesto en la gran cantidad de poemas que se le atribuyen, o que se relacionan con su dinastía (¡73!). Las Escrituras hebreas son testigos de la muy antigua tradición que le atribuía al monarca dones especiales para la música y la composición. Inclusive es conocido como «el dulce cantor de Israel» (2 S 23.1), que es una manera de enfatizar sus capacidades poéticas y de destacar sus virtudes literarias, y también una forma de reconocimiento y aceptación de sus composiciones. Y esos extraordinarios dones poéticos y musicales, según las narraciones bíblicas, le fueron dados por el Señor28 .
De acuerdo con el testimonio bíblico, los cánticos y la música de David liberaban al rey Saúl de los malos espíritus que le atormentaban (1 S 16.14-23); los relatos bíblicos aluden a sus cánticos en medio de catástrofes nacionales (2 S 1.17-27; 3.33-34); e, inclusive, se le atribuye al famoso soberano israelita la elaboración de diversos instrumentos musicales (véase, p.ej., 2 Cr 7.6; Neh 12.36; Am 6.5). Posteriormente en la historia, cuando la institución de la monarquía había dejado de existir en Israel, se reconocía que David había sido el organizador principal de los diversos grupos de cantantes y músicos en el Templo de Jerusalén (1 Cr 15.16-24; 16.4-6; 25.1-31). Y por el año 190 a.C., el sabio Jesús hijo de Sira presentó poéticamente la vida de David y lo describe cantando salmos al Señor en diversas etapas de su vida, e identificando la música necesaria para las diversas festividades nacionales del pueblo de Israel (Ec 47.8-10).
En el período neotestamentario es muy generalizado el reconocimiento de David como autor principal del libro de los Salmos. De esa época, uno de los manuscritos de Qumrán (11 QPsa) incluye una importante nota en torno a las composiciones poéticas de David, que le fueron dadas por Dios: Tres mil seiscientas (3,600) alabanzas, 446 cánticos para la adoración diaria y eventos especiales, y cuatro canciones que debían entonarse con harpas o liras para liberar a personas atormentadas por espíritus. ¡Un gran total de 4,050 composiciones!
El Nuevo Testamento se hace eco de esas tradiciones antiguas y atribuye a David algunas citas de salmos que tienen interpretaciones mesiánicas. De acuerdo con esa comprensión del Salterio y de David, el antiguo monarca hablaba «por el espíritu» o «profetizaba». Dios mismo y el Espíritu Santo hablaban a través de él (Sal 110 en Mr 12.36-37; Sal 69 y 109 en Hch 1.16-22; Sal 16 y 110 en Hch 2.29-42; Sal 32 en Ro 4.6-8; Sal 95 en Heb 4.7). Posteriormente, en el siglo segundo de la iglesia, una opinión rabínica de gran importancia indica claramente que David escribió los Salmos, con la ayuda de Adán, Melquisedek, Abraham, Moisés, Hemán, Jedutún, Asaf y los tres hijos de Coré. Generalmente se entendía que los salmos eran el trabajo profético de David.
La erudición moderna, que intenta fundamentar sus conclusiones en la evidencia literaria, el análisis histórico y la reflexión teológica crítica, ha revisado esas afirmaciones y se ha replanteado seriamente la afirmación de la autoría davídica de muchos salmos. Las notas históricas que se incluyen como epígrafes, suscripciones o títulos hebreos de 13 salmos, son evidentemente añadiduras posteriores que intentan relacionar alguna frase o palabra del salmo con varios incidentes en la vida del famoso monarca israelita (véase, p.ej., Salmo 3 y la tabla a continuación).
La referencia «a David» en muchos títulos de salmos no son necesariamente afirmaciones de autoría sino de reconocimiento de autoridad. Y aunque es muy difícil relacionar algún poema específico del Salterio con su autoría particular, David es ciertamente el líder que inspira la música cúltica e incentiva las alabanzas a Dios de parte de la comunidad. En ese sentido figurado, David es, en efecto, el «autor del Salterio» por excelencia, pues es su autoridad como músico y poeta la que le brinda al libro de los Salmos el reconocimiento público y el aprecio del pueblo de Israel y, posteriormente, de las iglesias.
Tabla de salmos con algunas referencias a varios episodios en la vida de David
Salmo | Referencia histórica |
3 | 2 Samuel 15–19 |
7 | 2 Samuel 18.21 |
18 | 2 Samuel 22 |
34 | 1 Samuel 21.14 |
51 | 2 Samuel 11–12 |
52 | 1 Samuel 22.9 |
54 | 1 Samuel 23.19; 26.1 |
56 | 1 Samuel 21.11; 27.2 |
57 | 1 Samuel 22.1; 24.3 |
59 | 1 Samuel 19.11 |
60 | 2 Samuel 8.3; 1 Cr 18.1-12 |
63 | 1 Samuel 23.14; 24.1; 26.2 |
142 | 1 Samuel 22.1; 24.3 |
MUJERES SALMISTAS
Para la comprensión adecuada del Salterio debemos tomar en consideración las contribuciones de las mujeres a la liturgia y las ceremonias religiosas antiguas. En los anales pictóricos provenientes de Egipto y Asiria, se pone claramente de manifiesto la participación destacada de las mujeres como bailarinas, cantantes e instrumentistas. Además, aunque los autores de los antiguos himnos sumerios generalmente no son identificados, un muy importante y revelador ciclo de 42 poemas y cánticos, que destaca de forma extraordinaria las virtudes de sus templos y divinidades, es atribuido a la princesa Enheduanna, hija del rey Sargón, que es descrita como una poetisa virtuosa29 .
A esta realidad internacional, que se revela del estudio sistemático de la literatura del antiguo Oriente Medio, debemos añadir el gran valor que se daba en la sociedad israelita a las mujeres cantantes. Sabemos por el testimonio bíblico que cantaban en ceremonias fúnebres (2 Cr 35.25), y que también participaban de eventos de importancia en el palacio real (2 S 19.35). Inclusive, algunas mujeres fueron enviadas como parte del tributo que Judá pagó a los asirios, para salvar la ciudad de Jerusalén en la crisis del 701 a.C. Posiblemente, estaban organizadas en grupos, como se desprende del relato que identifica a un grupo de 200 cantantes que llegó del exilio (Esd 2.65).
De acuerdo con esta información, por lo menos durante el período de la monarquía, había participación destacada de mujeres en las ceremonias que se llevan a efecto en el Templo, posiblemente, como cantantes e instrumentistas. Estaban en la importante tradición de María la profetisa, que inspiró a un grupo de mujeres a cantarle al Señor un himno de triunfo con panderos y alabanzas, y danzar de alegría ante las intervenciones salvadoras de Dios con el pueblo de Israel (Éx 15.20-21). Las mujeres salmistas siguen el ejemplo de Débora, que a la vez era jueza y profetisa, que se inspiró y entonó uno de los himnos de triunfo más importante en la historia del pueblo de Israel (Jue 5.1,7). En esa misma vertiente poética e hímnica, está Ana, la mamá de Samuel, que se allega al santuario de Silo a presentar sus ofrendas y votos, y canta un himno al Señor que es una especie de anticipación al reinado del Mesías (1 S 2).
El Salterio recoge esas importantes contribuciones de mujeres a la vida cúltica del pueblo, y las incorpora en una gran ceremonia y procesión de alabanzas al Señor, en la que participan también un grupo de cantores y músicos. Y en medio de esa algarabía de entusiasmo y celebración, se identifican a las mujeres que van cantando y bailado con panderos y con gestos de gratitud y felicidad (Sal 68.25). Esas contribuciones femeninas le añadían a las ceremonias entonaciones vocales complementarias y movimientos rítmicos alternos al que producían sus compañeros varones, y de esa forma contribuían positivamente a la belleza estética de las celebraciones.
EL TEXTO HEBREO DE LOS SALMOS
Al igual que el resto del Antiguo Testamento, el texto hebreo del Salterio fue fijado con sus consonantes mediante el trabajo de los escribas judíos del siglo 1 d.C., y desde entonces, ese texto ha sido preservado con bastante fidelidad a través de los siglos. Posteriormente, con el СКАЧАТЬ