Economía española y del País Valenciano. Autores Varios
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Название: Economía española y del País Valenciano

Автор: Autores Varios

Издательство: Bookwire

Жанр: Социология

Серия: Educació. Sèrie Materials

isbn: 9788437082837

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СКАЧАТЬ En cuanto al crecimiento económico (Myro, 2007: 48), entre 1961 y el 2006, medido en términos de crecimiento de la renta nacional, éste ha sido importante: se ha multiplicado por seis. Y la tasa media anual ha sido del 3,1, mientras que la de los países comunitarios fue del 2,5, lo que muestra la mayor capacidad de crecimiento de las economías más retrasadas –la española lo era relativamente– cuando las tasas de ahorro y de incremento de la población son parecidas. En todo caso, el perfil temporal seguido por este indicador se parece mucho al comunitario, según se refleja en el gráfico 1.2.

       Crecimiento relativo en España y la Unión Europea, 1961-2006 (tasas anuales de variación del PIB per cápita)

      Nota: Desde 1991 se recogen los datos de la Alemania unificada.

      Fuente: Eurostat y elaboración de Rafael Myro.

      La mayor tasa de crecimiento ha permitido que la convergencia con la UE-15 en términos de renta per cápita, por ejemplo, haya alcanzado prácticamente 20 puntos en poco más de 20 años. Según Eurostat, en 1985 se lograba sólo el 71,5% de la media europea y en el 2007 el nivel es del 91,2%. En tres fases: un recorte de 9,2 puntos en el tramo 1985-1991, una divergencia de 3,1 en el período 1991-1994 y una nueva convergencia de 13,6 puntos entre 1994 y el 2007. Aunque la desaceleración económica posterior crea las peores condiciones para mantener la lógica de la convergencia.

      Vale la pena dedicar especial interés al largo período de crecimiento que se inició en 1994, por la proximidad temporal, pero también por la singularidad de su naturaleza. Empezamos por hacer patente que esto se puede explicar por varias causas. En principio y como hemos señalado antes, la expansión de las exportaciones a raíz de las devaluaciones de la peseta de 1992 y 1993. Posteriormente, tuvieron un papel más importante los beneficios esperados y reales de un marco económico estable, con la entrada en el proceso de unión monetaria y la consiguiente convergencia a la baja de los tipos de interés, todo aderezado con una política fiscal prudente y una recuperación de la tasa de ahorro público. Fue decisiva la bajada del tipo de interés, que permitió incrementar la inversión empresarial y reducir los costes financieros.

      Por su parte, el sector de la construcción se benefició mucho de que el sector inmobiliario fuera el más importante receptor del ahorro en este período, hecho que se explica en buena medida no sólo por la bajada del tipo de interés hipotecario, sino también por las sacudidas e incertidumbres bursátiles de los últimos años. Hay que mencionar que, a principios de la década de los noventa, los valores mobiliarios contratados en la bolsa habían sido de especial interés, incluso para los pequeños ahorradores, dada la creciente cultura financiera que se había extendido por todas partes en una sociedad que ampliaba su capacidad de ahorro por el aumento de la renta disponible.

      Todo ello hace que el crecimiento a partir de 1998 cambie de lógica y se haga de manera bastante desequilibrada, porque toman protagonismo la expansión del consumo interno y de la construcción (inversión residencial y negocios conexos) y no la de la demanda exterior y la formación bruta de capital o inversiones productivas. Todo ello genera, entre otros efectos, un alto endeudamiento de las familias y de las empresas, totalmente vulnerables, por lo tanto, a cualquier eventual subida de los tipos de interés. Tradicionalmente, el recurso a la deuda solucionaba temporalmente la escasez de ahorro que era necesaria para mantener una tasa de crecimiento de estas inversiones superior al 4% anual acumulativo.

      Recordemos que, desde la entrada en la UE (1986), esta escasez de ahorro era solucionada en parte por importantes transferencias de capital con cargo a los fondos estructurales europeos. Después, se sumarían los fondos de cohesión, también procedentes de la UE; pero es que, desde 1999, se dispondrá de una importante entrada de capital privado procedente principalmente del área del euro, lo que ha permitido incrementar aún más las dotaciones de capital físico (residencial y productivo) y servicios.

      De hecho, en los últimos años, a pesar de los superávits públicos, la demanda dineraria ha superado de lejos el ahorro interior en España, de manera que la financiación exterior ha sido decisiva. Por otra parte, la convergencia nominal, imprescindible para entrar en la moneda única, redujo la presión en los mercados financieros, como ya se ha señalado anteriormente, y originó la caída de los tipos de interés y, por lo tanto, de las cargas financieras de las deudas.

      Por contraste, la subida de los tipos de interés durante el 2007 y, sobre todo, la falta de liquidez en el mercado interbancario posterior, a partir del otoño del 2008, han creado problemas muy graves en la economía real, a pesar de la bajada del tipo de interés de referencia realizada por el Banco Central Europeo posteriormente.

      Hay que reiterar que se trata de unas circunstancias que han detenido gravemente la dinámica económica anterior y que hacen pensar en una crisis de características inéditas, tanto por su profundidad como por su alcance literalmente global.

      1.3.1.2 Cambio estructural

      En cuanto al cambio estructural, también podemos reiterar algunos rasgos bastante significativos en este largo período de casi medio siglo (Myro, 2007: 61-64). El primero es que el cambio de la estructura productiva ha sido a favor de la industria y los servicios y a costa de la agricultura. En el segundo bloque (capítulos 2 al 6) y en el tercero (capítulos 7 al 12) se verá con profundidad.

      Segundo, que ha habido una gradual apertura comercial al exterior, intensificada a raíz de la entrada en la UE (los flujos de comercio exterior –exportaciones más importaciones– que eran del 26% del PIB en el año 1986, suponían el 43,5% en el 2006, veinte años más tarde). El capítulo 13 lo explica con la atención debida.

      Tercero, se ha asistido a una creciente importancia de las administraciones públicas en la economía (el gasto público sobre el PIB ha pasado en los mismos años (1960-2006) del 15% a casi el 40%) menor, eso sí, que en Francia, Alemania o Italia, pero mayor que en Gran Bretaña, como resultado, en buena parte, de la implantación del Estado del Bienestar (un porcentaje que había llegado prácticamente al 50% en 1993). El capítulo 14 lo trata más detenidamente.

      Y cuarto, se ha dado una mejor distribución de la renta en la medida en que el decil superior de renta familiar disponible ha pasado de disponer del 39% de la renta total, a principios de los setenta, al 23%, un cuarto de siglo más tarde, como se estudia a fondo en el capítulo 3.

      1.3.2 Singularidades valencianas

      1.3.2.1 Crecimiento

      Este crecimiento y este cambio estructural también se han vivido en el País Valenciano si bien con ciertas singularidades. El crecimiento económico, por ejemplo, siempre ha sido superior en el caso valenciano que en el español en todas las fases de expansión económica, mientras que las recesiones también han sido más profundas en el caso valenciano.

      Dicho lo cual, hay que subrayar que, durante el tramo final del último período de crecimiento –desde el 2003 hasta el 2007–, la economía valenciana ha crecido menos que la española, por primera vez en un período expansivo: una media anual del 3,28 frente al 3,49 español, según СКАЧАТЬ