Teoría crip. Robert McRuer
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Название: Teoría crip

Автор: Robert McRuer

Издательство: Bookwire

Жанр: Социология

Серия:

isbn: 9788412405514

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СКАЧАТЬ movimientos contemporáneos de liberación que han creado las personas queer y las personas con discapacidad.

      ¿Y si esto es tan bueno como parece? No son solo las premiadas películas de Hollywood las que provocan esta resignación. Cuando George W. Bush asumió el cargo en 2001, el nombramiento de un republicano abiertamente gay para el cargo de coordinador de las políticas contra el sida ocultó las alianzas antigais que habían impulsado a la nueva administración al poder, del mismo modo que la firma casi inmediata de la “Iniciativa Nueva Libertad” enmascaraba las posiciones fundamentalmente anti-discapacidad que apoyan tanto los republicanos como sus predecesores y aliados de la Nueva Democracia. La Iniciativa Nueva Libertad permite que las personas con discapacidad obtengan préstamos a bajo interés para comprar equipos en empresas y centros de rehabilitación, pero no hace nada para abordar la desigualdad económica sistémica a la que se enfrentan muchas personas con discapacidad. Lo más importante es que son las empresas y los centros de rehabilitación los que reciben las subvenciones de la iniciativa, no las propias personas con discapacidad. Más allá de eso, el énfasis general en un “gobierno más pequeño” tanto por parte de los nuevos demócratas como de los republicanos requiere inevitablemente recortar programas de los que las personas con discapacidad a menudo dependen para sobrevivir. A pesar del supuesto énfasis en la diversidad, y a pesar de la visibilidad temporal de la discapacidad y la homosexualidad incluso en la administración Bush, las estrategias corporativas flexibles que actualmente sustentan la economía, la política y la cultura contemporáneas invariablemente producen un mundo en el que la discapacidad y lo queer se subordinan o eliminan por completo25.

      De hecho, la campaña presidencial de 2004 ejemplifica las formas en que ambos partidos políticos estadounidenses operan de acuerdo con la lógica flexible que he esbozado. En la década de 1990, puede que la administración Clinton incluyera numerosos nombramientos de personas abiertamente LGBT, pero eso no impidió que el ex presidente sugiriera, tras la fallida candidatura presidencial del senador John Kerry, que Kerry debería haber apoyado más las iniciativas anti-LGBT. Bush, por el contrario, puede que apelara a su base conservadora y cristiana a través del apoyo a una enmienda constitucional que definía para siempre el matrimonio en los Estados Unidos como la unión de un hombre y una mujer, pero eso no le impidió, en un llamado a los “moderados”, sugerir al final de la campaña que la defensa de las uniones civiles para parejas del mismo sexo podría ser apropiado en ciertas ocasiones. El hecho de que la homofobia de una de las partes sea más virulenta, en estos ejemplos, no debe hacernos olvidar hasta qué punto ambas dependen de cuerpos flexibles. Sin duda, el neoliberalismo continuará exhibiendo o exigiendo tal dependencia, aunque es probable que haya vacilaciones entre extremos aparentemente más fóbicos y menos fóbicos.

      De acuerdo con la lógica flexible del neoliberalismo, todas las variedades de lo queer —y, en realidad, todas las discapacidades— son esencialmente temporales, y aparecen solo cuando -y en la medida en que- son necesarias. Aunque las discapacidades resultantes de la agresión a Simon en As Good As It Gets parecen diferir de las discapacidades (como la de Melvin) que se pueden “transformar y mejorar” y de las discapacidades o enfermedades (como la de Spence) que son más crónicas, en última instancia, todas sirven para la ampliación de la identidad de la capacidad corporal y, lo que es más importante, pueden desplazarse desde el centro del escenario a medida que se produce esa ampliación. De manera similar, el modelo que golpea a Simon y es inicialmente representado como un estafador callejero, y el amigo y colega gay negro de Simon, Frank Sachs (Cuba Gooding Jr.), que es retratado como un personaje mucho más extravagante que Simon, podrían tener vidas muy diferentes a las del propio Simon; todos tienen sexualidades, a su vez, que son diferentes de las “sexualidades” de la madre de Spence y Carol, Beverly (Shirley Knight) (de hecho, se representa a Spence y Beverly como si no tuvieran sexualidad). Sin embargo, en última instancia, la gama de identidades sexuales reales o potenciales solo facilita el emparejamiento heteronormativo representado por Melvin y Carol al final de la película; ya no es necesaria una vez que el emparejamiento está asegurado.

      Al final, entonces, ni el género en disputaxiini la capacidad en disputa son suficientes por sí mismos para desmontar la heterosexualidad obligatoria o la capacidad corporal obligatoria. Butler reconoce este problema: “Esta incapacidad de acercarse a la norma… no es lo mismo que la subversión de la norma. No hay ninguna promesa de que la reiteración de las normas constitutivas vaya a propiciar la subversión; no hay garantía de que la exposición del estado naturalizado de la heterosexualidad propiciará su subversión” (“Critically Queer”, 22; citado en Warner, “Normal and Normaller”, 168–169 n. 87). Para Warner, este reconocimiento de Butler localiza una brecha potencial en su teoría, “digamos, entre virtualmente queer y críticamente queer” (“Normal and Normaller”, 168-169 n.87). En contraste con una identidad virtualmente queer, que sería experimentada por cualquiera que fuera incapaz de representar la heterosexualidad sin contradicción ni incoherencia (es decir, todas las personas), una perspectiva críticamente queer podría presumiblemente utilizar el inevitable fracaso en aproximarse a la norma para colectivamente “aprovechar la debilidad de la norma”, por usar la expresión de Butler (“Critically Queer”, 26).

      Una brecha similar podría identificarse en relación a la discapacidad. Todas las personas tenemos virtualmente una discapacidad, tanto en el sentido de que las normas de la capacidad corporal son “intrínsecamente imposibles de encarnar” por completo y en el sentido de que el estatus de capacidad corporal es siempre temporal, ya que la discapacidad es la única categoría de identidad que todas las personas van a encarnar si viven lo suficiente. Sin embargo, lo que podríamos llamar una posición críticamente discapacitada diferiría de esa posición virtualmente discapacitada; aquella posición llamaría la atención sobre las formas en que el movimiento por los derechos de las personas con discapacidad y los estudios sobre la discapacidad se han resistido a las demandas de la capacidad corporal obligatoria y han exigido el acceso a una esfera pública recientemente imaginada y configurada donde la participación plena no depende de un cuerpo capacitado.

      De hecho, podríamos ampliar el concepto y ver tal perspectiva no como críticamente discapacitada, sino como severamente discapacitada, donde severo funciona de forma similar a la crítica queer que se ha hecho de fabuloso. Tony Kushner escribe lo siguiente:

      Fabuloso se convirtió en una palabra popular en la comunidad queer; bueno, nunca fue impopular, pero durante un tiempo se convirtió en el grito de guerra de una nueva política queer, carnavalesca y camp, agresivamente marica, festiva y cañera como una drag queen arrabalera: “¡FAAAAABULOSO!”… Fabuloso es una de esas palabras que proporcionan una medida del grado en que una persona o un acontecimiento manifiestan las características más distintivas y enérgicas de una subcultura particular, generalmente oprimida. (vii)

      Severo, aunque menos común que fabuloso, tiene una historia queer similar: una crítica severa es una crítica feroz, una crítica desafiante, que interpreta cuidadosamente y a fondo una situación, y me refiero a interpretar en el sentido de la calle, de señalar en voz alta las deficiencias de una situación, persona, texto o ideología determinados. “Severamente discapacitado/a”, según una concepción queer, revertiría la visión capacitista de los cuerpos severamente discapacitados como los más marginados, los más excluidos de una normalidad privilegiada y siempre esquiva, y, en cambio, sugeriría que son precisamente esos cuerpos los que están mejor posicionados para rechazar la “mera tolerancia” y para señalar las deficiencias de la capacidad corporal obligatoria. Ya se trate del “ejército de mujeres con un solo pecho” que Audre Lorde imagina descendiendo sobre el Congreso; los Rolling Quads, cuya resistencia provocó el movimiento de vida independiente en Berkeley, California; los/las estudiantes sordos/as cerrando la Universidad Gallaudet en la acción Deaf President Now (Un/a presidente/a sordo/a ya); o ACT UP irrumpiendo en los Institutos Nacionales de Salud o en la Administración de Alimentos y Medicamentos; en todos estos casos, los cuerpos severamente discapacitados/críticamente queer ya han generado problemas a la capacidad, rediseñando la esfera pública y repensando y remodelando las formas limitadas de corporalidad СКАЧАТЬ