Marlon Brando tenía un bulldog. Juan José Arjona Muñoz
Чтение книги онлайн.

Читать онлайн книгу Marlon Brando tenía un bulldog - Juan José Arjona Muñoz страница 2

СКАЧАТЬ

       EL EPÍLOGO

       LAS ESTRATEGIAS DEL PERSONAJE

       EL ARCO DEL PERSONAJE

       4. La creación del personaje

       DESARROLLANDO AL PERSONAJE

       ¿QUÉ RETOS ENFRENTO PARA INTERPRETAR A ESTE PERSONAJE?

       EL TRABAJO DEL PERSONAJE

       RASGOS DE TRASTORNO MENTAL

       PASADO DE LOS SUCESOS Y PASADO DE LAS RELACIONES

       LA BIOGRAFÍA DEL PERSONAJE

       5. Las escenas

       TRABAJANDO LAS ESCENAS

       MI PERSONAJE EN LA ESCENA

       TRABAJANDO LOS DIÁLOGOS

       El monólogo interior

       El subtexto

       JUGANDO CONTRA LAS LÍNEAS

       EL OBJETO SIMBÓLICO

       6. La carrera profesional

       CONSTRUYE TU CARRERA PROFESIONAL

       CONSIDERACIONES FINALES

       En el casting

       En el llamado

       En la grabación

       Nota del Autor

       Bibliografía

       Autor

      Prefacio

      LAS ‘HISTORIAS’ SON UN ELEMENTO clave de la comunicación humana y, por ello, de la civilización, pues nos instruyen sobre qué es un “ser humano” y tantas otras grandes cuestiones que nos inquietan. Por este motivo encontramos historias en todas las épocas y en todas las sociedades, ya sea en textos religiosos, mitos, leyendas, cuentos, novelas, obras de teatro o películas.

      ¿Qué provoca que algunas historias sobresalgan? Son muchas las circunstancias diferentes que podemos encontrar, pero el motivo siempre tiene que ver con los personajes, ya que, como espectadores o lectores, experimentamos las historias a través de los ojos de esos personajes. Por este motivo, el éxito de la carrera de un actor, escritor o director dependerá de que consiga crear personajes que enamoren y fascinen. Personajes que permanezcan en la memoria de los espectadores.

      A lo largo de estas páginas responderemos a esa pregunta desde la perspectiva del trabajo del actor, ya que él es el ‘vehículo’ final desde el que los personajes se materializan y expresan.

      Son muchos los autores que se han dedicado a escribir sobre la actuación. Hay infinidad de métodos y puntos de vista sobre el proceso de dar vida a un personaje. Este libro no trata de enseñarte un método de actuación porque, en mi opinión, cada profesional desarrolla el suyo propio según avanza en su carrera, incorporando únicamente aquello que le funciona y se adapta a su personalidad, y desechando aquello que no. Además, es muy fácil observar que no hay un método único que sea el que funcione. A diferentes actores les funcionan métodos diferentes, y un mismo método será entendido de forma diferente por distintas personas. Como muestra de esto, piensa en los diferentes “métodos” que maestros como Lee Strasberg o Stella Adler desarrollaron basándose en el trabajo de Stanislavski, y en las diferentes escuelas que crearon.

      Muchos de los actores que admiras siguen diversos métodos. Otros siguen esos mismos métodos... pero no despiertan tu admiración. «Creo que cada uno encuentra su propio camino —dice Meryl Streep—, y tiene sus propias reglas. Tienes tu propio entendimiento de ti mismo, y eso es con lo que vas a contar. Al final, eso es lo que te hace sentir bien. No es lo que te dijo tu madre. No es lo que te dijo una actriz. No es lo que nadie más te dijo, sino la voz interior, suave y apacible».

      Ahora bien, sí hay un elemento común en los actores que admiramos: todos ellos son verdaderos artistas creadores de sus personajes.

      Entonces, ¿dónde está la diferencia? En el proceso de creación del personaje. Y de eso trata este libro.

      Decía Marlon Brando: «Todos somos actores, todos actuamos en nuestro día a día», lo cual es cierto y además nos sale perfecto. Pero es que representamos a un personaje que hemos creado a lo largo de toda nuestra vida, un personaje al que conocemos perfectamente. Por eso nos interpretamos de forma magistral.

      La diferencia estriba en que los actores profesionales interpretamos a personajes que en un principio son completamente desconocidos y ajenos a nosotros.

      Es común encontrar actores que, en una primera lectura del guion, dan intención al texto como si ya supieran cómo se expresa, se comporta y piensa ese completo desconocido. Me parece muy arriesgado pretender comprender a un completo desconocido desde la primera impresión. Lo previsible será que nos quedemos en la superficie, en el cliché. Y el cliché, en la mayoría de los casos, es algo de lo que un actor debería huir.

      La cualidad más importante que debe tener cualquier profesional es la seguridad en lo que está haciendo. Esta seguridad surge del trabajo de preparación.

      Cuando trabajamos superficialmente, centrándonos en memorizar los diálogos de nuestro personaje, tratamos de ser el personaje creado por el guionista. Esto origina que nos sintamos inseguros por intentar ser alguien ajeno a nosotros. En cambio, cuando creamos a nuestro personaje, con el material que el guionista nos proporcionó, pero llevándole un paso más allá, el resultado es muy diferente.

      La labor de un artista es ser inconformista y trabajar con rigor y profundidad para alcanzar las sutilezas de una gran creación

      Distingo dos fases bien diferenciadas del proceso del trabajo de un actor; la fase de creación del personaje y una segunda en la que permitimos que el personaje se exprese en la obra, película o serie en cuestión.

      El problema suele ser que pasamos por la primera demasiado rápido, como si nos incomodara. Estamos como locos por subirnos al escenario, y lo que mostramos al público es al actor, y no el personaje. Vemos al actor actuando, y no a un personaje siendo. Esto se observa con mayor frecuencia en el teatro, al no tener la posibilidad de repetir la toma y no estar limitados a lo que el director nos muestra a través de la cámara y por medio del montaje y la edición. «Mi preparación —dice Michael Fassbender— siempre es igual, sin importar si se trata de una película СКАЧАТЬ