Cómo orar con tus problemas y malos momentos. Víctor Manuel Fernández
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Название: Cómo orar con tus problemas y malos momentos

Автор: Víctor Manuel Fernández

Издательство: Bookwire

Жанр: Религия: прочее

Серия: Dalmanuta

isbn: 9789877620740

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СКАЧАТЬ me abandones, roca mía.

      Tú eres mi protección,

      rodéame con tu presencia

      para que ningún mal me alcance.

      Protégeme para que no puedan hacerme daño

      con sus envidias y malas intenciones.

      No permitas que algún envidioso me haga mal,

      no dejes que los espíritus dominantes

      quieran adueñarse de mi vida.

      No dejes que se alegren con mis males

      ni que hagan planes para perjudicarme.

      Tú eres mi único dueño, el Señor de mi existencia,

      nadie tiene derecho a hacerme daño

      ni a desearme el mal,

      porque soy tu creatura, obra tuya, tu hijo.

      Mi vida es tuya y de nadie más.

      Reina en mi existencia con tu gloria,

      cúbreme con tu fuerza protectora.

      Si pongo toda mi confianza en ti,

      podrán hacerme tambalear,

      pero no podrán voltearme;

      podrán lastimarme,

      pero no podrán destruirme;

      podrán complicar mi camino,

      pero no evitarán que llegue a la meta.

      Mi Señor, ellos también son tus hijos,

      y tú no quieres que sufran.

      Yo tampoco necesito su sufrimiento,

      y sé que la venganza es un veneno para mí.

      Son mis hermanos, y tienen derecho a ser felices.

      Si hay algo en mis palabras o en mi modo de mirarlos,

      o en mis gestos y acciones,

      que les hace daño,

      enséñame a cambiar, Señor,

      para hacerles la vida más llevadera a los demás.

      Ayúdame a reconocer mis actitudes de egoísmo,

      vanidad o indiferencia

      que quizás perturban a los demás.

      No dejes que yo sea causa de su dolor,

      transfórmame, Señor,

      y derrama tu amor en ellos a través de mí.

      Tócame con tu Espíritu y derrama en mí virtudes y dones,

      coloca en mí gestos bellos y palabras sanadoras

      para que pueda convivir en paz con los demás.

      Protégeme, mi Salvador,

      de los proyectos de los envidiosos.

      Jesús, quiero dejar que tu sangre preciosa

      rodee todo mi ser y me cubra,

      para preservarme de los que me miran mal.

      Que tu sangre salvadora

      penetre cada rincón de mi existencia

      para que no puedan dañarme.

      Jesús resucitado, lleno de luz y de gloria,

      rodéame con el inmenso poder de tu resurrección.

      Cúbreme y cuídame,

      para que el rencor de los envidiosos

      no pueda quitarme la alegría

      ni el deseo de seguir luchando.

      Señor, mira a esas personas

      que quieren dañarme o desprestigiarme,

      que gozan con mis males,

      que esperan verme caer.

      Bendícelos, Espíritu Santo.

      Muéstrales que esos sentimientos de sus corazones

      son un veneno que terminará dañándolos.

      Ayúdales a ver la fealdad de la envidia.

      Regálame la gracia del perdón liberador

      y el deseo sincero de comprender

      las debilidades de los demás.

      Quiero mirarlos con tus ojos de amor y compasión

      para vencer el mal con el bien.

      Bendigo a los que me envidian y miran mal,

      quiero desearles que les vaya bien y que sean felices,

      que te conozcan, que te amen, que gocen con tu Palabra,

      que sean santos y buenos.

      Yo los bendigo, Señor, porque así, tarde o temprano,

      dejarán de desear mi mal.

      Sánalos, Señor, libéralos de la envidia y de la maldad,

      derrama en ellos buenos sentimientos

      y ayúdalos a mirarme con afecto y comprensión.

      Dales paz interior, Dios mío,

      para que ya no necesiten hacerme

      daño ni verme sufrir.

      Señor Jesús, contemplo lo que hiciste por mí en la cruz

      miro todos tus sufrimientos para salvarme.

      Hoy quiero aceptar mis penas

      y ofrecerte algunos de los sufrimientos

      que me causan los malos deseos de los demás.

      A ti te persiguieron injustamente

      y te hicieron mucho daño.

      Yo también puedo aceptar algunas angustias

      para unirme a ti en la cruz.

      Te СКАЧАТЬ