Название: Neoliberalizando la naturaleza
Автор: Arturo Villavicencio
Издательство: Bookwire
Жанр: Математика
Серия: Ciencias Sociales
isbn: 9788432320217
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Como parte de ese proceso de acumulación por desposesión surge desde hace algunos años, en el marco del discurso sobre la conservación de la naturaleza y la biodiversidad, un fenómeno que continúa afianzándose. Se trata del fenómeno de apropiación de tierras y recursos conocido como apropiación verde (green grabbing), término acuñado por el periodista John Vidal[9] para describir la apropiación, a gran escala y global, de tierras, recursos, y agua; apropiación justificada bajo la conservación del ambiente y financiada, principalmente, a través de mecanismos relacionados con la mitigación del cambio de clima. El adjetivo «verde» es usado para subrayar la supuesta legitimidad de la apropiación en nombre de la protección de los bosques, paisajes, el clima y la biodiversidad. Este proceso ha sido visto como una estrategia para suavizar el impacto ambiental del capitalismo sobre la naturaleza y simplemente cuestionado como un maquillaje para una explotación sostenible.
El fenómeno de acumulación por desposesión ciertamente no es nuevo. Sus orígenes se remontan a las historias conocidas de épocas coloniales de la alienación de recursos en nombre de la protección del ambiente, ya sea bajo la forma de parques, reservas forestales, con el pretexto de evitar prácticas destructivas de pueblos locales. Sin embargo, algo nuevo está en marcha en términos de actores, así como de las lógicas económica y cultural y la dinámica política subyacente. Bajo nuevas formas de valoración, mercantilización y creación de mercados para partes o aspectos de la naturaleza, nuevos actores y alianzas, como fondos de pensiones y capitales de riesgo, consultores y brockers, emprendimientos de negocios, compañías de ecoturismo, activistas ecológicos y consumidores, así como ONG e instituciones estatales y hasta universidades, se han lanzado con inusitada efervescencia en estrategias de control y acceso de los recursos de la naturaleza[10]. En el siglo xx la preocupación por las áreas protegidas y los parques nacionales era tema de los Estados, organismos de conservación y la comunidad científica. En la actualidad, además del número creciente de actores implicados, lo que es nuevo es su involucramiento en redes capitalistas que operan a lo largo de diferentes escalas con profundas implicaciones para la protección y conservación de la naturaleza. Este proceso implica la restructuración de las reglas y autoridad sobre el acceso, el uso y manejo de los recursos, el establecimiento de nuevas relaciones laborales la definición de relaciones humano-ecológicas que pueden tener profundos efectos alienantes (Brockington y Duffy, 2011; Fairhead, Leach y Scoones, 2013).
La apropiación verde se presenta básicamente bajo tres modalidades (McAfee, 1999; Fairhead, Leach y Scoones, 2013; Kelly, 2011; Ojeda, 2012). La primera consiste en la compra por parte de gente adinerada, generalmente del Norte, de extensas áreas de tierras en el Sur, bajo el justificativo de conservar los bosques, proteger la biodiversidad o prevenir la aceleración del cambio de clima[11]. ONG transnacionales como World Wildlife Fund (WWF), Conservation International y Nature Conservancy han conseguido atraer billones de dólares de inversión para el establecimiento de parques y áreas protegidas, lo que ha sido calificado simplemente como un ecocolonialismo (McAfee, 2012). Los mecanismos son conocidos: grandes extensiones de tierra son adquiridas no solamente para una agricultura más eficiente sino, sobre todo, para aliviar la presión sobre los bosques. La expansión masiva de plantaciones de palma no está destinada únicamente a la producción de agrocombustibles, sino de combustibles neutrales en carbono. Esta instancias, ciertamente representan extensiones de lo que llamamos apropiación verde, pero el termino se refiere más concretamente a instancias en las que los motores de este fenómeno son las agendas ambientales, ya sea la conservación de la biodiversidad, el almacenamiento y captura de carbono, la protección de servicios ecosistémicos, el ecoturismo y las compensaciones ambientales (Fairhead, Leach y Scoones, 2013).
Una segunda forma de despojo verde consiste en la apropiación o control de grandes extensiones de tierra estimulada principalmente por las políticas globales de mitigación del calentamiento global. En el marco del Mecanismo de Desarrollo Limpio, los programas de almacenamiento de carbono, producción de agrocombustibles o desarrollo de proyectos de energías renovables, implican diferentes modalidades de control del suelo con fines de reforestación o conservación de bosques, plantaciones de palma africana, soja o maíz para la producción de combustibles, o simplemente espacio para las instalaciones de energías renovables (solar, eólica e hidráulica).
Una tercera forma de apropiación es aquella relacionada con el desarrollo de actividades ecoturísticas y de bioprospección. La apropiación con fines verdes no siempre implica la alienación de la tierra de sus demandantes; implica también el uso de derechos y control de los recursos que una vez fueron públicos o propiedad privada, o ni siquiera objetos de propiedad, a grupos poderosos de interés. En el caso del ecoturismo, el despojo verde significa una reestructuración de las normas y autoridad sobre su acceso, del uso y manejo de los recursos, de las relaciones sociales-ecológicas que pueden tener profundos efectos alienantes (Pleumarom, 1996; Honey, 2008; Duffy, 2002). En este contexto, la producción de la naturaleza para el «consumo ecoturístico», en muchos casos se traduce en la exclusión de poblaciones indígenas vulnerables de sus tierras tradicionales para asegurar el espacio de reservas y parque naturales como atracciones turísticas. Esta forma de apropiación no necesariamente tiene lugar mediante mecanismos violentos e inmediatos; estos pueden ser lentos y difusos en la medida en que van conformando espacios en constante expansión donde la posesión por desposesión pueda ocurrir y la economía de mercado expandirse[12].
A estas tres formas de desposesión añadimos una cuarta, que tiene que ver con la proliferación a escala mundial de parques nacionales, reservas ecológicas o áreas protegidas. La creación de estos espacios de naturaleza ha sido cuestionada desde diferentes ángulos. En algunos casos, la imposición de parques nacionales y reservas ha tenido lugar mediante la criminalización de costumbres y prácticas tradicionales; en otros, a través de la marginación social y política las poblaciones asentadas en las áreas objeto de protección y conservación. Sea cual fuesen los mecanismos, hay que reconocer que el papel de los actores institucionales involucrados a nivel local en el manejo colectivo de ciertos recursos naturales ha sido debilitado o alterado por los nuevos regímenes de «manejo científico» de las áreas protegidas y parques naturales.
El discurso convencional presenta a los parques y áreas protegidas como propiedad pública (de propiedad y manejada por el Estado), no como una propiedad privada creada a partir de un bien comunal. Más aún, se predica que estas áreas y los ingresos que ellas generan son ostensiblemente destinados para un bien público, en lugar de una ganancia privada. Aquí señalamos una curiosa paradoja. En el caso de parques nacionales y otras áreas que limitan actividades extractivas y de explotación de los recursos, ellas no están siendo mercantilizadas a la manera de una acumulación primitiva, sino por el contrario, al ser el uso del suelo y la producción prohibidos o estrictamente regulados, ellas son aisladas del mercado y es justamente este aislamiento la fuente de ganancias para el capital (Smith, 2007). Aunque la estrategia de parques, reservas o áreas protegidas puede ayudar en el corto plazo al sustento de las poblaciones locales, la pérdida del sentido de propiedad y de pertenencia, así como la negación de la posibilidad de un manejo colectivo de estos espacios constituye un factor negativo en la protección y conservación. Resultados de varias investigaciones demuestran que las comunidades, oficialmente СКАЧАТЬ