E-Pack HQN Jill Shalvis 2. Jill Shalvis
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Название: E-Pack HQN Jill Shalvis 2

Автор: Jill Shalvis

Издательство: Bookwire

Жанр: Языкознание

Серия: Pack

isbn: 9788413756523

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СКАЧАТЬ allí desde mediados del siglo xix, cuando realmente había vacas en Cow Hollow. El edificio se había construido alrededor de la fuente, y la leyenda decía que, si uno se detenía ante el agua y deseaba el amor verdadero con sinceridad, lo conseguiría.

      Aquel mito se había perpetuado porque había varias parejas que vivían o trabajaban en aquel edificio y que aseguraban que a ellos les había funcionado. Por ese motivo, él prefería rodear a buena distancia la fuente.

      Pero, claro, Molly se había detenido delante.

      Ella miró el agua durante un minuto, con las manos metidas en los bolsillos, y él oyó el tintineo de unas monedas. ¿Iba a pedir el amor verdadero? Él esperaba que no. Y algo de todo eso debió de reflejársele en la cara, porque ella enarcó una ceja.

      –¿Nervioso?

      –No, claro que no.

      –¿Has estado enamorado alguna vez?

      Él se quedó callado, porque no quería hablar de ese tema. Sin embargo, ella se merecía que respondiera con franqueza.

      –Sí –dijo.

      Por su reacción, Lucas se dio cuenta de que Molly no esperaba aquella respuesta.

      –Te has quedado sorprendida –dijo.

      –Sí.

      –¿No crees que yo tengo emociones?

      –Lo que creo es que no admites a menudo que las tienes.

      –Es verdad –dijo él, encogiéndose de hombros–. Pero eso no significa que no las tenga.

      Ella lo miró y ladeó la cabeza.

      –Entonces, has estado enamorado. ¿Qué fue lo que salió mal?

      –Ella murió en un accidente de tráfico.

      –Oh, Dios mío… Lo siento muchísimo. ¿Cuándo ocurrió?

      –Hace ocho años.

      Molly asintió, y dio un paso hacia él.

      –¿Por eso ahora ya no tienes relaciones serias?

      Lucas se encogió de hombros.

      –He sufrido algunas pérdidas, pero también he decepcionado a gente que me importa. No me gusta ese sentimiento, así que supongo que me he condicionado a mí mismo para no implicarme emocionalmente a partir de ciertos límites. Como tú.

      –¿Cómo sabes lo que hago o no hago yo? –preguntó ella.

      –Llevamos dos años trabajando juntos –dijo él–. Nunca te he visto implicarte seriamente en una relación. ¿Me equivoco?

      –No. No te equivocas.

      –¡Molly!

      Los dos se dieron la vuelta y vieron a las amigas de Molly saliendo de la cafetería.

      –Vaya –dijo Sadie, mientras se acercaban, al verle la cara a Molly–. Te brilla la cara.

      Entonces, miró a Lucas con curiosidad. A Sadie no se le escapaba una. De repente, en sus ojos apareció algo así como una advertencia que él entendió perfectamente.

      «Si le haces daño, morirás lentamente y con dolor».

      Él lo entendió, pero Sadie no sabía que había gente que ya estaba dispuesta a matarlo si le hacía daño a Molly, que tendría que ponerse a la cola de Archer y Joe.

      Molly se había puesto las manos en las mejillas.

      –No me brilla la cara. Eso sería raro.

      –No, no es raro –dijo Haley–. Estás muy guapa. Pero también estás… diferente. Hacía mucho tiempo que no te veía tan resplandeciente.

      –Es por el viento frío.

      –Pues a mí no me importaría que me hiciera el mismo efecto –dijo Haley con melancolía.

      –Vamos a cenar –dijo Pru, acariciándose la tripa de embarazada–. ¿Queréis venir?

      –Yo todavía tengo que trabajar –dijo Molly.

      Sadie sonrió y le apretó la mano.

      –Tómatelo con calma, ¿eh?

      –No os preocupéis, estoy bien –dijo Molly.

      Entonces, las dos mujeres se miraron.

      Lucas intentó descifrar aquella mirada, pero no lo consiguió. Sabía que, algunas veces, la gente veía a Molly como una delicada florecilla, pero él, no. Para él era delicada como una… bomba.

      –Esta mañana he hecho demasiado esfuerzo en el gimnasio, nada más –dijo Molly.

      –Tienes que venir a yoga alguna vez conmigo –le dijo Elle.

      –Sí, puede que sí –dijo Molly–. Si es yoga tranquilo, y puedo llevar pantalones de algodón y tirarme al suelo.

      Elle se echó a reír.

      –Los pantalones de chándal de algodón son una llamada de socorro.

      –Eh, no hay ningún motivo por el que una llamada de socorro no pueda ser cómoda. Buenas noches, chicas –dijo Molly.

      Comenzó a andar, y Lucas la siguió. Notaba que las mujeres los seguían con la mirada, pero no parecía que Molly le diera importancia.

      Pocos minutos después, estaban en el coche de Lucas. Alguien lo llamó por teléfono. Al ver que era Joe, apagó el bluetooth del coche y respondió al móvil.

      –Dime.

      –Estoy en el pub con Kylie –dijo Joe–. Te he visto atravesar el patio con Molly. ¿Qué pasa?

      ¿Que qué estaba pasando? En primer lugar, que había besado a Molly y había estado a punto de olvidarse de su propio nombre. En segundo lugar, que ella lo había besado a él. En tercer lugar, que aquellos besos era lo mejor que le había ocurrido desde hacía mucho tiempo, y solo podía pensar en que quería sentar a Molly en su regazo y tomar un poco más de lo que ella le había ofrecido con tanta dulzura.

      –Ya te llamaré después.

      –No, ni hablar –respondió Joe–. Cuéntamelo ahora.

      De acuerdo. Miró a Molly para indicarle que necesitaba hablar en privado un momento y salió del coche. Cerró la puerta y se alejó unos pasos.

      –Ya se lo he dicho a Archer. Va a aceptar el caso fuera del trabajo, y no hay forma de detenerla –dijo en voz baja.

      Joe se quedó en silencio un momento. Después dijo algo que él no oyó. Sin embargo, se dio cuenta de que estaba hablando con Archer.

      Perfecto. СКАЧАТЬ