Название: Bruce Lee
Автор: John Little
Издательство: Bookwire
Жанр: Сделай Сам
Серия: Karate
isbn: 9788499109220
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He dicho a menudo que mi primer encuentro con Bruce fue una experiencia asombrosa. Sin embargo, tuve también la fortuna de poder experimentar los otros muchos aspectos de su personalidad, tales como el cómico adolescente y el filósofo maduro. Me sentí particularmente encantado por esta última característica, y de algún modo supe que debía seguirle.
Para quienes no están familiarizados con el historial de Bruce Lee –el hombre que con el tiempo escribiría el libro que ahora tienes en las manos– les puede ser de ayuda que yo explique cómo él llego a introducir el gung fu, un arte exclusivamente chino, en Norteamérica. Bruce llegó a Seattle en 1959 a la edad de 18 años tras una breve estancia en San Francisco. Con la ayuda de varias apariciones en la televisión local y demostraciones públicas, Bruce comenzó a enseñar a todos los americanos sin tener en cuenta la raza, el credo o el origen nacional.
Incluso mientras crecía en Hong Kong, Bruce padeció su buena dosis de prejuicios y discriminación. Esto le llevó a involucrarse en las artes marciales para protegerse tanto mental como físicamente. Me habló con frecuencia del modo en el que los oficiales británicos despreciaban y maltrataban a los chinos. Con estos antecedentes, Bruce juró usar las artes marciales como una herramienta para expresar su mayor deseo: crear igualdad entre la gente del mundo.
Incluso en Seattle, durante la primera etapa del viaje de su vida, Bruce denunció la “confusión clásica” y promocionó el arte de la simplicidad y la armonía. Con el tiempo, Bruce llegaría a modificar sus vastos conocimientos de las muchas artes para llegar a la última fase de la simplicidad realista: el jeet kune do. Sin embargo, tanto si enseñaba a sus estudiantes en el método jun fan del gung fu o en jeet kune do, Bruce entendía que, en cualquier caso, la simplicidad, la honestidad y el deseo sólo llegan desde lo profundo del corazón, e incorporó esta preciosa característica a todas sus enseñanzas.
Bruce estaba especialmente dotado con determinados dones con los que ya había nacido: velocidad, coordinación, elegancia, mentalidad superior y encanto. Todos estos factores intensificaban su aguda capacidad para discernir entre la realidad y la fantasía. En lugar de condenar algún sistema concreto de arte marcial, Bruce absorbía lo que era útil y descartaba lo inútil, y nos enseñaba lo que consideraba la “realidad” del arte marcial: simplicidad, armonía e integridad.
En muchos sentidos esto es comparable a la extrema belleza que reside en el modo en el que los niños pequeños se expresan con la mayor sencillez, espontaneidad y fluidez. La sinceridad de sus emociones sale con naturalidad. Bruce nos predicó sobre los hechos fríos de la vida: por ejemplo, si quieres ser un nadador, no puedes serlo en tierra firme; has de meterte en el agua. Compartió conmigo y con todos los que estudiaron con él los absolutos: la honestidad, el respeto por los demás, la humildad, la confianza y el cultivar un deseo insaciable por llegar al objetivo.
Cuando Bruce vivía, siempre me empujaba en una dirección que creo que deseaba que siguiéramos todos nosotros: desarrollar al máximo nuestras capacidades físicas, que nos permiten identificar con humildad y orgullo quiénes somos en realidad. Una vez logrado esto, la puerta se abrirá y entrarás en el reino de la espiritualidad filosófica.
El currículo de Seattle que Bruce me confió para que lo enseñara y que John ha incluido en el apéndice de este libro empezó con este único y sencillo concepto de verdad y realidad.
Incluso ahora, mi sangre se agita cuando reflexiono sobre aquellos días pasados en los que Bruce y yo estábamos juntos. Él me ayudó ingeniosamente a recuperar los días que había perdido internado durante 5 años en un campo de concentración americano por el mero hecho de ser de ascendencia japonesa. Acababa de graduarme del instituto y Bruce me facilitó una especie de terapia para ser simplemente capaz de seguir adelante y hacer algunas de las cosas alegres y alocadas que había echado de menos y de las que me había visto privado durante mi internamiento. La amargura, el negativismo y el sentimiento de total inferioridad que me acosaban antes de que Bruce apareciera en mi vida son –como resultado directo de sus enseñanzas y de mi propia buena disposición a aplicarlas– agua que ya ha pasado por debajo del puente. Ahora comprendo que hubo un enriquecimiento disimulado y oculto que extraje de mis experiencias, tanto de las positivas como de las negativas, que me sirvió para hacerme hoy una persona mejor.
Bruce solía decir: “El que sabe pero no sabe que sabe que está dormido, despiértale.” Aunque no llegué a valorar esta aseveración hasta muchos años después, estoy agradecido de que “llenara mi vaso” sin que ni siquiera me percatara, sabiendo de alguna manera que yo “no sabía que sabía”.
Tengo muchos recuerdos buenos de Bruce. Nos entrenábamos juntos, comíamos juntos, íbamos juntos al cine y hablábamos de todo lo que ocurría bajo el sol. Recuerdo claramente aparecer con Bruce cuando hacía exhibiciones de artes marciales en Seattle y California, donde experimenté la terrible impresión que producía hallarse frente a sus puñetazos y patadas, que explotaban hacia mí con la potencia y la velocidad de un huracán y se detenían a una pequeña fracción de centímetro de mi cara. La fuerza del viento producido por sus golpes me hacía literalmente “la raya” en mi cabello.
Bruce fue mi mentor, mi sifu, mi consejero y, sobre todo, mi amigo. Encarnaba los más elevados principios del verdadero artista marcial.
INTRODUCCIÓN
Bruce Lee
Este libro no fue escrito con ninguna intención de presentar una obra de texto completa sobre el boxeo chino. Producir tal volumen ocuparía una parte demasiado grande del resto de la vida de sus autores. Sería tan voluminoso que el coste de su publicación resultaría prohibitivo y no les quedaría a nuestros editores ningún beneficio. Por último, alrededor del 95% del mismo sería incomprensible, y nada práctico para aproximadamente el 99% de sus posibles lectores.
Este libro fue escrito para la defensa personal tal como se enseña en China y tal como se usa en emergencias reales. Hemos seleccionado sólo aquellos movimientos que se pueden efectuar sólo con un pequeño gasto de fuerza y sin entrenamiento o experiencia previos.
Finalmente, hemos de resaltar encarecidamente que estos movimientos no pueden dominarse sin práctica, más práctica y aún más práctica, tal como debe hacerse para llegar a ser un buen jugador de tenis o de golf, un buen boxeador o un buen practicante de cualquier otro deporte, pues no se logra sin un estudio y una práctica constantes.
El boxeo chino se viene practicando en China desde hace más de cuatro mil años. Consta de modos de lucha sin usar armas o contra armas, utilizando las piernas, los brazos y otras partes del cuerpo. Cada clan tenía su propio método, difiriendo en algunos aspectos de los métodos de los demás. Había casi tantos métodos como clanes.
Deseo expresar mi gratitud a mi maestro durante muchos años, el señor Yip Man, líder de la Wing Chun Chinese Boxing Association (WCCBA) (Asociación de boxeo chino Wing Chun).
Parte 1
¿QUÉ ES EL GUNG FU?
INTRODUCCIÓN AL GUNG FU CHINO
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