GB84. David Peace
Чтение книги онлайн.

Читать онлайн книгу GB84 - David Peace страница 30

Название: GB84

Автор: David Peace

Издательство: Bookwire

Жанр: Языкознание

Серия: Sensibles a las Letras

isbn: 9788416537723

isbn:

СКАЧАТЬ

      Se levantaron de la mesa. Atravesaron la sala…

      No hubo ovaciones. No hubo aplausos. No hubo canciones. No hubo autógrafos. Allí, no.

      Un hombre se levantó de su asiento. Un hombre se adelantó corriendo…

      Pasó por el lado de Terry dándole un empujón. Pasó por el lado de Len dándole un empujón. Hincó el dedo al presidente en el pecho.

      —Como impongas la huelga a los miembros, te llevaré a juicio —dijo.

      —Siéntate, Fred —dijo Henry—. Te estás poniendo en ridículo.

      El presidente miró el dedo que tenía en el pecho. Alzó la vista a la cara del hombre. El presidente sonrió.

      —Entonces nos veremos en los tribunales, camarada —dijo.

      El helicóptero está en el taller. El Judío necesita que Neil lo lleve en coche a su casa de Suffolk; Colditz, como es conocida por todos los que la han visitado. Todos menos el Judío…

      Neil Fontaine llama una vez a la puerta de la suite del Judío en la cuarta planta de Claridge’s. Neil entra. El Judío está al teléfono en medio de un mar oscuro de mapas y planos.

      —Ella teme un derrumbe por parte de Nottingham —está diciendo—. Teme que él tenga la iniciativa…

      Neil Fontaine recoge los mapas y los planos. Los mete en el maletín.

      El Judío cuelga. Mira a Neil. Sacude la cabeza.

      Neil Fontaine le da al Judío una carpeta.

      —Un poco de lectura para el viaje, señor.

      El Judío abre la carpeta. Examina los recortes. Arquea la ceja. Sonríe.

      —Vaya, gracias, Neil —dice.

      Neil Fontaine lleva el maletín y un pequeño bolso de viaje al Mercedes.

      Parten a Colditz.

      El Judío lee los recortes en voz alta. El Judío se acaricia el bigote. El Judío sonríe. Baja la mampara a unos quince kilómetros de Londres. Está entusiasmado. Puede ver las posibilidades…

      —Interesante, Neil —comenta—. Tal vez deberías hacer una visita personal a esa gente. A esos sitios. Evaluar el potencial. Las posibilidades…

      Neil Fontaine asiente con la cabeza.

      —Desde luego, señor —dice.

      El hijo de puta se sienta. El hijo de puta le da un ejemplar doblado del Times de hoy.

      El Mecánico lo abre. Dentro hay un sobre. Lo abre…

      Hay una Polaroid dentro; Jen aparece sentada en una silla sosteniendo el mismo periódico.

      El Mecánico se queda mirando la foto.

      El hijo de puta enciende un cigarrillo. El hijo de puta aspira.

      El Mecánico se mete la foto en el bolsillo.

      —¿Dónde está? —pregunta.

      El hijo de puta espira. El hijo de puta niega con la cabeza.

      —¿Les has dicho lo que te dije?

      El hijo de puta asiente con la cabeza.

      —¿Qué han dicho?

      El hijo de puta levanta dos dedos.

      —Uno menos —dice el hijo de puta—. Falta el segundo.

      —Ya te lo he dicho, joder. No tengo el diario. No estaba allí.

      El hijo de puta apaga el cigarrillo.

      —Les diré lo que me has dicho —dice el hijo de puta.

      El Mecánico saca la llave.

      —He encontrado a Schaub. Ahora quiero que me devuelvas a mi mujer.

      El hijo de puta niega otra vez con la cabeza. El hijo de puta levanta otra vez dos dedos.

      El Mecánico deja la llave en la mesa.

      —Quiero que me la devuelvas, Neil.

      El hijo de puta recoge la llave. El hijo de puta se la queda mirando.

      —La amo —dice el Mecánico—. Siempre la he amado y siempre la amaré.

      Neil Fontaine niega con la cabeza. Levanta dos dedos. Por última vez.

      El Judío pidió una lista al presidente del consejo de la Compañía Nacional del Carbón. El presidente del consejo se dirigió al ministro del Interior. El ministro del Interior le dio al presidente la lista. El presidente entregó la lista al Judío. El Judío pasó la lista a Neil Fontaine…

      A Neil Fontaine le gustan las listas. Neil hace listas. Le encantan las listas:

      Listas de abogados. Abogados que podrían ayudar a los mineros. Mineros que podrían ser de ayuda…

      Neil Fontaine aparca en la calle principal de Ripley. Neil Fontaine abre la puerta a Fred. Fred Wallace baja del coche con los brazos llenos de libros y papeles. Neil Fontaine y Fred Wallace entran en Reid & Taylor. Tienen una cita para ver a Dominic Reid. Fred Wallace está nervioso. No está seguro de que sea lo correcto…

      En su fuero interno.

      Neil Fontaine también está preocupado. No está seguro de que esos sean los hombres indicados para el trabajo.

      Dominic Reid sale a recibirlos. Les tiende la mano. Es joven. Suda. Neil Fontaine repasa su lista. Pasan al despacho. Se sientan.

      —Señor Reid —dice Neil Fontaine—. Este es Fred Wallace. Fred Wallace es un minero. Trabaja en la mina de carbón de Pye Hill. O al menos le gustaría trabajar. Como seguramente ya sabe, Fred y la mayoría de sus compañeros de Nottinghamshire votaron en contra de participar en la huelga en apoyo de los mineros de Yorkshire…

      »Sin embargo, los líderes del num de Nottinghamshire han actuado en contra de los deseos de sus afiliados. Los líderes han declarado la zona oficialmente en huelga. Han dado instrucciones a los afiliados de que respeten los piquetes…

      »Fred solo tiene una sencilla pregunta que hacerle —dice Neil—. ¿Verdad que sí, Fred?

      Fred Wallace asiente con la cabeza.

      —¿Es estrictamente legal? —pregunta Fred Wallace al joven abogado.

      Martin

      El cielo. Los acantilados. El mar… No volver nunca a casa. Nunca más. Día 56. Vuelta a la realidad. Pete ha llamado cuando Cath estaba comprando… No puedo estar en casa sin hacer nada. Me escondo en el jardín. Él lo sabe. Sabe que lo he intentado. Incluso he llamado al número de atención de los despidos. СКАЧАТЬ